La organización ciudadana antídoto contra el partidismo en 2009

Oaxaca, México.- Sin la aprobación por el Congreso local de una reforma constitucional que garantizará la plena participación ciudadana y con partidos políticos de oposición fracturados y sin compromiso social, el Partido Revolucionario Institucional se adelanta al proceso electoral 2009 al comenzar la renuncia de funcionario a contender a las diputaciones federales.

Y mientras el PRD, el PT y Convergencia, mantienen una lucha intestina por apoderarse de las candidaturas ya sea para sus dirigentes o familiares de estos, el PAN no ha logrado consolidar cuadros propios, que lo harán ir por candidatos externos o pseudopanistas quienes luego d logra una posición de representación popular, optan por ponerse al servicio ya sea del gobierno estatal o del priísmo local.

En tanto, el PRI ante el canibalismo y divisionismo de los partidos de supuesta “oposición”, da un paso adelante al poner en el escaparate a los aspirantes a obtener una curul en la próxima Legislatura federal y facilitar así, la sucesión de gobernador en el 2010 a favor de su partido.

Con partidos tan mediocres que no ven más allá que una coyuntura para obtener una dieta de legislador, el priísmo local tiene miras a largo plazo con  “carro completo” en las diputaciones federales, un congreso local con mayoría tricolor y un control político y presupuestal de las autoridades municipales, que le podría garantizar  una sucesión gubernamental sin sobresaltos.

El priísmo oaxaqueño aplicó bien sus estrategias, la mayoría cuestionadas por el abuso de poder, de los recursos públicos y de la manipulación política de muchos actores sociales, para ganar terreno en los pocos bastiones opositores en el interior del estado que sucumbieron a la ambición política y económica.

No debe sorprender entonces afirmar que finalmente el PRI en Oaxaca, es el único partido que cuenta estructura y normas internas que mantienen a una militancia, que si bien no esta de acuerdo con el proceder de sus dirigentes, si esta convencida de la doctrina que enarbola el tricolor.

El PAN local, no puede presumir de lo mismo, pues a pesar de tener una doctrina de derecha bien definida, su militancia cada vez más se desencanta por el proceder unilateral de sus élites, que ha hecho a un lado a panistas comprometidos y con arraigo social para dar entrada al oportunismo y poner en el olvido muchas, por no decir todas, las demandas de la sociedad y de construcción de democracia, omisiones que se reflejan en el ejercicio de la Presidencia de la República.

Del PRD oaxaqueño poco lo ha caracterizado como el partido de la esperanza, pues sus pugnas tribales por los puestos directivos y cargos populares como cotos familiares de decisión y enriquecimiento personal, lo alejan de las preferencias electorales. Finalmente la mayoría de los líderes perredistas siempre sacan a flote al priísta que llevan dentro, sobre todo si se trata de transacciones políticas.

[caption id="attachment_5209" align="aligncenter" width="124" caption="Dejar la flojera de ser ciudadanos para exigir a los abanderados de los partidos políticos ejercer con transparencia y digndad los cargos de elección popular"][/caption]  

Del PT y PVEM, solo podemos  reiterar que son apéndices del partido que mejor ofrezca dádivas y votos para seguir desangrando el erario público en prerrogativas locales y federales.

Pero también el abrumador fortalecimiento del PRI, se debe a la omisión, falta de una participación y demanda social con argumentos y por la vía pacífica de muchos sectores que ven solo en la movilización y la afectación de los derechos de terceros, la única fórmula, no para cambiar el estado de las cosas, sino para negociar prebendas personales y de impunidad.

En contraparte existen movimiento sociales en Oaxaca conscientes de que el cambio no se genera  ni a partir  de una marcha o de una pinta y menos por la vía de la violencia, sino de un lento proceso de construcción individual y colectiva, de propuesta, concertación, diálogo y negociación, entendida ésta como acuerdos que  reconozcan, respeten y satisfagan las expectativas de ambas partes, sin un vencedor ni vencido.

Quizás a eso, es a lo que cada ciudadano debería apostar. Sabemos que los partidos políticos ya han caducado por su falta de compromiso social, sin embargo las leyes y las instituciones los mantienen vigentes. Entonces así como tienen derechos y obligaciones, los ciudadanos tenemos que ir más a la demanda y la denuncia pública para hacerlos cumplir con legalidad y transparencia. Lo mismo con representantes populares,  gobernador, autoridades municipales y funcionarios públicos del nivel jerárquico que sea.

Debemos tomar conciencia que el poder no solo lo tienen los gobernantes, también lo tienen los ciudadanos. El problema es que no nos damos el tiempo para ejercerlo y siempre es más cómodo que sean otros los que protesten en lugar de ir personalmente a interponer una queja a la instancia correspondiente. Nos da flojera ser ciudadanos y por eso optamos por victimizarnos ante los abusos y la impunidad.

La organización ciudadana, concebida como aquella que desde la vía de la legalidad, de manera individual o colectiva evidencia a través de los  propios instrumentos de las instituciones, los actos que afectan los derechos de la sociedad, es un antídoto, que tenemos y que no ejercemos para denunciar arbitrariedades, irregularidades e impunidad de todos aquellos en el ejercicio del poder público sin dignidad.

De ahí que pongamos en práctica nuestra inteligencia ciudadana para el cambio democrático de Oaxaca. Independientemente de nuestras preferencias electorales, de creer o no en los partidos, de los nombre de los aspirantes y de quien resulte ganador en los comicios, la ciudadanía puede y deber pugnar por todas esas leyes y políticas públicas que garanticen justicia así como un desarrollo humano con sustentabilidad de quienes ejercerán el 2009 un puesto de elección popular.