Agencias
Oaxaca. México. La nostalgia culinaria de los migrantes mexicanos en Estados Unidos abrió un mercado que Catalina Sánchez y su grupo de 170 mujeres del pueblo de Ayoquesco de Aldama, Oaxaca, supieron utilizar para salir de la pobreza.
Lo lograron haciendo de manera renovada lo de siempre: cultivar el cacto llamado nopal en sus huertos caseros. Recientemente sumaron el mole y el chocolate.
[caption id="attachment_38067" align="alignleft" width="300" caption="Mujeres del pueblo de Ayoquesco de Aldama han innovado con esta forma de organización empresarial."]
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Estas mujeres invirtieron las remesas que sus maridos migrantes les enviaban desde Estados Unidos en la producción de alimentos nostálgicos que procesan y exportan.
La asociación con una empresa de compatriotas al otro lado de la frontera les permitió comercializar sus productos y hacer crecer la planta elaboradora de alimentos.
El proceso tomó tiempo y en el camino tuvieron ayuda del gobierno local y estatal, de ONG, hasta alcanzar el éxito. En noviembre obtuvieron el segundo lugar del concurso Experiencias en Innovación Social, de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), con el apoyo de Fundación Kellogg.
Modelo integrador
El jurado explicó las razones del premio al Proyecto Binacional de Inversión de Remesas , por “su capacidad de aumentar el ingreso de las familias productoras y a la vez atraer la inversión de los migrantes, quienes apoyan la idea y buscan el retorno de su capital”.
Es innovador, sostenible, eficiente en sus costos y fácil de replicar. Entre sus valores destaca surgir desde la comunidad en asociación con organizaciones de la sociedad civil y del sector público.
En Oaxaca, uno de los estados más pobres y con más migrantes de México, la economía de las comunidades rurales se feminizó. Las mujeres se quedan a cargo de las escasas actividades agrícolas y reciben las remesas, que disminuyeron en 2009.
En este contexto, el grupo encabezado por Catalina Sánchez pidió apoyo al gobierno local para llegar con sus nopales a la capital de Oaxaca. El gobierno les propuso agregarle valor, envasándolos en salmuera y escabeche, y les facilitó apoyo técnico.
En ese momento se aliaron con la Fundación para la Productividad en el Campo (Fuproca), que trabaja con migrantes promoviendo la inversión en proyectos productivos para crear empleo en las comunidades de origen.
Esta alianza floreció en la organización de Mujeres Envasadoras de Nopal (MENA), fundada en 2001 por 120 cultivadoras, y se tomó la decisión de viabilizar el negocio mediante el aumento de la producción y calidad del nopal con agricultura orgánica.
El siguiente reto fue conseguir recursos para una planta de procesamiento, para salir de las casas de las socias. Fuproca gestionó recursos en la Secretaría de Agricultura del Gobierno Federal, y se sumó a la sociedad la empresa de migrantes Chapulín Distributors Inc.
Ahora, la empresa genera empleo, tiene un gerente y una ingeniera en alimentos para el control de calidad y desarrollo de nuevos productos. Además se crearon fuentes de empleo en Estados Unidos, donde Chapulín tiene socios que complementan sus ingresos a través de las “tiendas rodantes”, que distribuyen los productos directamente a las casas.
Llamado de la ONU
El 18 de diciembre Naciones Unidas (ONU) celebra el Día Internacional de los Migrantes.
En su mensaje, Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, llama a los gobiernos a “proteger los derechos humanos de los migrantes, a situar estos derechos en el centro de la política de migración, a aumentar el conocimiento sobre las positivas contribuciones económicas, sociales y culturales que los migrantes hacen a los países anfitriones”.
Las remesas son fuente importante de recursos para muchos países de Latinoamérica. Este año la región recibiría alrededor de 62,000 millones de dólares en remesas, lo que representaría una caída del 11 por ciento con respecto al año pasado, según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).