Exigencias laborales y crisis, quebrantan salud de los trabajadores en México

  UAM/Ciencias Sociales   Oaxaca, México.- De acuerdo con los reportes oficiales la tasa nacional de accidentes laborales por 100 empleados fue de 2.9 y la de enfermedades en este mismo rubro de 0.03; sin embargo, algunos estudios de caso evidencian que los primeros registran índices hasta 12.5 veces más altos y las segundas son hasta 12 mil 633 veces mayores.   El maestro Mariano Noriega Elío, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), advirtió que el siglo XXI en México inició con el incumplimiento cada vez más grave de la legislación en materia de trabajo y de salud, por lo que se vislumbra un deterioro profundo de las condiciones de los empleados en dichos ámbitos.   [caption id="attachment_42264" align="alignleft" width="250" caption="La salud de los trabajadores en quebranto permanente"][/caption] El académico del Departamento de Atención a la Salud indicó que en este contexto son cada vez más limitadas las acciones de seguridad social, mientras que las empresas nacionales y trasnacionales violan en forma sistemática la ley y los derechos de los asalariados, aprovechando la ausencia de vigilancia a su seguridad y salud.   Frente a una ofensiva patronal que no se detiene en el planteamiento de modificar la Constitución y la Ley Federal del Trabajo para avalar la precarización laboral que ya se practica en todo el país –ocupación por horas, salario por productividad, flexibilidad en la contratación, supresión de la seguridad social, entre otros aspectos– la salud de los asalariados se agravará por el abanico amplio de exigencia en sus empleos.   El profesor resaltó que el reconocimiento de los accidentes y enfermedades tipificados como del trabajo será cada vez más difícil, ya que la movilidad y polivalencia de los empleados darán argumentos para desconocer su causalidad laboral, y puede preverse que la morbilidad se incrementará en forma notable en aquellos padecimientos aún no reconocidos como producto de la ocupación.   En opinión del académico el controversial descenso que muestran las cifras oficiales de 2008 sobre los accidentes y enfermedades laborales y que señalan que la tasa nacional de accidentes laborales por 100 empleados fue de 2.9 y la de enfermedades en este mismo rubro de 0.03, se explica por el incremento en términos absolutos y relativos de la población ocupada en actividades menos peligrosas para la generación de accidentes, como las del sector terciario (turismo, comercio, comunicación, educación y transporte); es también sabido que muchos de los percances son atendidos en los servicios médicos de las empresas y no en los de seguridad social. Una causa del subregistro de las enfermedades de trabajo es la falta de formación profesional de los médicos en relación con los temas de patología laboral, lo que constituye una limitante para el diagnóstico, ya que sólo 50 por ciento de las escuelas del tipo en el país incluyen en sus programas algunas horas o temas relacionados con la medicina del trabajo y a nivel de posgrado se prepara un exiguo número de especialistas.   Por otra parte, existe un conflicto de interés de los galenos de empresa entre su obligación profesional y la que tienen con su patrón, en este sentido, muchos niegan u ocultan el diagnóstico de los males laborales para no poner en riesgo su empleo, apuntó el investigador de la Maestría en Ciencias en Salud de los Trabajadores de la Unidad Xochimilco.   Respecto a los trabajadores que cuentan con seguridad social es frecuente que los médicos de estas instituciones califiquen a los empleados de “simuladores” y les nieguen el reconocimiento del daño, intentando así resguardar a la instancia de “problemas financieros”, sin saber que el efecto es el contrario, pues esto libera a las empresas de su obligación de pagar las cuotas correspondientes por accidentes y enfermedades de trabajo al Instituto Mexicano del Seguro Social y descapitaliza a la institución.