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Protesta por techado del Auditorio Guelaguetza

Lunes 08 de febrero, 2010.
03:10 pm
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Carolina QUEZADA   Oaxaca, México.-  Ricardo Canseco Flores, en un manifiesto a la opinión pública, condenó las obras que realiza la Secretaria de Obras Pública del gobierno estatal para techar el auditorio Guelaguetza, al considerar que no solo atenta contra el patrimonio edificado sino contra la dignidad e historia de los oaxaqueños.   A continuación el texto de la carta enviada a diversas personalidades en las que Canseco Gómez, expone su inconformidad   MTRO. FRANCISCO TOLEDO MIEMBRO DISTINGUIDÍSIMO DEL ARTE Y LA CULTURA INTERNACIONAL LIC. RUBEN VASCONCELOS BELTRAN CRONISTA DE LA CIUDAD DE OAXACA Y MIEMBRO DEL SEMINARIO DE CULTURA MEXICANA. DN. HUMBERTO CRUZ MATIAS LIDER DE OPINION EN EL ESTADO   MUY DISTINGUIDOS SEÑORES:   Me dirijo a Ustedes de una manera muy atenta y respetuosa para exponerles  lo siguiente:   [caption id="attachment_42399" align="alignleft" width="300" caption="Protesta por el techado del auditorio Guelaguetza"]Protesta por el techado del auditorio Guelaguetza[/caption] Hace pocos días me enteré por uno de los principales diarios que circulan en nuestro estado, que se había dado inicio a una más de las aberraciones de este gobierno estatal, con respecto a la cultura del pueblo de Oaxaca, al principiar el techado del denominado Auditorio de la Guelaguetza, en el Cerro del Fortín, lo que constituye un verdadero atentado tanto a las tradiciones del pueblo Oaxaqueño como a su historia, sus costumbres y su folclor.   Desde su inicio, este gobierno estatal ha dado al traste con los sitios históricos y las costumbres de nuestro pueblo, como el haber permitido que se convirtiera el palacio de gobierno en un monumento a la teatralidad, al postín y a la vanidad de las clases privilegiadas, rompiendo irracionalmente con la historia del edificio en el que despacharon todos los gobernantes de Oaxaca, incluidos don Benito Juárez y don Porfirio Díaz y estigmatizándonos ante el país y el mundo como uno de los estados mexicanos, de gran historia, que carece de Palacio de Gobierno. De la misma forma, la destrucción del Zócalo de nuestra ciudad capital para convertirlo de un paseo de añeja tradición en un centro comercial plagado de vendedores ambulantes, merolicos, pordioseros y quejosos. Moderno, si, bonito, tal vez, pero sin la identidad, ni la esencia provincial, cultural, ni de calidez que caracterizaba a los Oaxaqueños. Igualmente, el hecho de ubicar en distintos municipios, fuera de la ciudad de Oaxaca, las sedes de los tres poderes cambiando así de forma arbitraria y prepotente la capital del estado, es algo sumamente reprobable. Esto solo por mencionar algunos casos.   Lo inaceptable es que nos hemos dejado imponer esta serie de iniquidades autoritarias, sin que ninguno de nosotros dijera nada. Por un lado, nosotros los ciudadanos comunes que no tenemos ni voz ni voto en estas cuestiones no fuimos convocados por el otro sector, el integrado por las personas con innegable influencia social como los historiadores, los intelectuales, los comunicadores, las cámaras y asociaciones privadas y sociales, colegios o barras de profesionales, para elevar la voz de protesta censurando estas aberraciones propias de gentes sin cognición, sin amor a Oaxaca, alejados de toda tradición y conocimiento de la cultura de nuestro pueblo y sin ningún sentido de pertenencia. Los pocos que aisladamente trataron inútilmente de oponerse a lo irracional, terminaron desalentados y agotados de arar en el desierto frente un gobierno caracterizado por su soberbia y estulticia de frente a la opinión popular.   Ahora bien, es de suma importancia dejar firmemente establecido que esta carta no tiene que ver absolutamente nada con cuestiones de carácter político, ni atiende consigna alguna de los grupos de políticos que actualmente se disputan el poder, como pudiera pensarse, debido a los tiempos de intensa actividad política que estamos viviendo. No, se trata de la defensa de la concepción de un artista oaxaqueñista, de enorme amor por su tierra a la que entregó su vida y su obra, grandísimo conocedor de sus costumbres y tradiciones, uno de los creadores del espectáculo de los lunes del cerro, como lo fue mi abuelo el maestro Alfredo Canseco Feraud,  a quien también se debe la idea de construir en la rotonda de la azucena del cerro del fortín un teatro al aire libre de arquetipo griego, que tuviera como techo el esplendoroso azul del cielo Oaxaqueño y como telón de fondo el hermoso valle de Oaxaca. Mi abuelo propuso al Gobernador Ing. Víctor Bravo Ahuja tal concepto el que lo acogió con entusiasmo gestionando su realización durante su gobierno. El Ing. Bravo Ahuja, otorgó un Diploma al Maestro Canseco Feraud, como autor de la idea, hecho que constata mi dicho. De estos antecedentes y el amor que me infundió mi abuelo por la tierra en que nací,  se deriva mi enérgica protesta.   Por lo anterior, recurro a ustedes, como dignos representantes de la historia,  la cultura y la opinión pública de nuestro pueblo, para pedirles que juntos iniciemos una enérgica protesta contra la afrenta que significa, para quienes aún amamos a nuestra tierra, la aberración de techar el auditorio del cerro del fortín. Imaginemos nada más el espectáculo de la guelaguetza, en la fiesta máxima de nuestro estado, un lunes del cerro, representada en un teatro techado sin el férvido sol, sin el incomparable azul de nuestro cielo y sin el fondo sublime del valle de Oaxaca. O por la noche, sin “esa majestuosa techumbre llovida de doradas luces”. Elevemos nuestra protesta para que, cuando menos, quede constancia que todavía existen oaxaqueños con amor a su tierra, a su cultura,  a su folclor y a sus tradiciones, hoy tan denostadas y vilipendiadas.   Estoy consciente que es muy posible que ninguna protesta tenga éxito ante una decisión arbitraria y autoritaria ya tomada, pero no podemos presentarnos ante las futuras generaciones como “una generación de nuestro tiempo manipulable, disciplinados e incondicionales que nutren, sumisos, los escenarios depredadores” de nuestra cultura y tradiciones y que no fuimos capaces, siquiera, de intentar el menor empeño para evitarlo. Estoy consciente, también, que debemos de cambiar, de transformarnos, pero transformemos y cambiemos lo que tenemos que cambiar, lo que se tiene que transformar, lo que nos perjudica, lo que nos daña, lo que nos vulnera y no transformar, deformar o destruir lo que nos hace diferentes, lo que nos caracteriza frente a los demás pueblos, lo que nos da identidad, lo que es valioso para nuestro pueblo.   Ojalá y esta petición sea escuchada y que sus valiosas voces sirvan para convocar y aglutinar a la opinión pública para que al menos dejemos constancia de que hicimos algo por oponernos a un absurdo capricho que lacera de manera importante la historia, las costumbres, tradiciones y cultura del pueblo oaxaqueño.     

CON MUCHO RESPETO

 

 

Ricardo Canseco Gómez

 

    CCP. TODOS LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, ARTISTAS, INTELECTUALES, PROFESIONISTAS Y PUEBLO EN GENERAL

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30/12/2010 | 03:10 pm | lilia
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