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Miércoles 24 de abril, 2024.
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En entrevista el profesor del Departamento de Educación y Comunicación recordó que la “Ley Televisa” fue aprobada por las cámaras de Diputados y de Senadores en el año 2006, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró anticonstitucionales algunos artículos de la misma en 2007, con lo que evitó la consumación de la apropiación del espectro radioeléctrico en favor de las grandes corporaciones del ramo.
Sin embargo, explicó que a pesar de la resolución del máximo tribunal, en la práctica se efectúan acciones por parte de los poderes mediáticos que imponen la agenda de temas y definen a los actores políticos. La fuerza de las televisoras tiene una proporción que ha subordinado a las jurisdicciones republicanas.
En la actualidad, insistió, “asistimos al fenómeno histórico del ‘Estado fallido’ en la comunicación”, que ha dejado que los monopolios formen la opinión pública y definan la agenda nacional, pero que también manejan las elecciones en todos los niveles de gobierno.
De ahí la necesidad de contar con una Ley de Radio, Televisión y de las Telecomunicaciones que provenga de un nuevo marco legislativo en el que se incluya a la sociedad y sus derechos en la materia; se trata de modificar el pacto histórico.
El miembro del Sistema Nacional de Investigadores mencionó que hasta el año 2000 estuvo vigente la alianza entre los concesionarios de los medios de comunicación con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que les permitió cogobernar al país.
En los 10 años panistas se han otorgado más beneficios, prestaciones y favoritismos a los monopolios de la comunicación que en los 70 años del PRI; ahora el gobierno se alía con los concesionarios para tener una política conjunta de gobernabilidad.
Los medios de comunicación fueron organismos de presión en los años sesenta, se convirtieron en el cuarto poder durante la década de los setenta, mutaron para transformarse en el primer ideológico en los años ochenta, hacia el 2000 se consolidaron en poderes fácticos y en el 2010 acumulan poderes fácticos salvajes, que se caracterizan por ser fuerzas que el Estado no puede controlar, son un meta-poder “un Estado dentro de un Estado”, señaló.
Se trata de crear una “Ley anti-Televisa” que retome los derechos ciudadanos y permita la expresión democrática de los actores sociales. Este proceso debiera ser parte de la tarea del Poder Legislativo; sin embargo, éste se encuentra subordinado a los mass media y sólo se tienen algunas excepciones de legisladores con una posición independiente sobre este tema.
El profesor de la Unidad Xochimilco pronosticó que es difícil alcanzar antes de 2012 una nueva Ley Federal de Radio y Televisión, particularmente por la enorme dependencia que tienen los partidos políticos y sus candidatos de contar con una buena imagen televisiva para las próximas contiendas electorales, puntualizó.
El especialista propuso que la sociedad civil presione para alcanzar los cambios sustanciales en materia de radio y televisión, así como que emplee el Internet como una herramienta alternativa con la finalidad de hacer escuchar sus planteamientos.
“No puede seguir la comunicación con dos televisoras y siete grandes consorcios de la radio, se requiere abrir el mercado a otras opciones comunicativas y de la sociedad civil”.
El libro La Ley televisa y la lucha por el poder en México será presentado el miércoles 24 de marzo, a las 18:30 horas, en el patio central del Senado de la República, con la participación de los coordinadores del volumen y los comentaristas Miguel Ángel Granados Chapa, José Woldenberg, Lorenzo Meyer, Javier Solórzano, Ernesto Velázquez y el senador Carlos Navarrete.
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