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Participa Dr. Lakra en tributo contemporáneo al dibujo

Lunes 29 de marzo, 2010.
01:31 pm
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Agencias   Oaxaca. México. En la obra de los artistas contemporáneos el dibujo -la más antigua forma de expresión artística del ser humano- está más vigente que nunca.   Dibujan en la piel, en revistas y botellas, en cuadernos normales como los Scribe, en vasos de plástico, en papel. Dibujan con sangre y pelo humano, grafito, pluma Bic y marcadores indelebles, en Braille, con lápices y en la computadora. Dibujan como principio y fin de una obra, como maqueta y planteamiento, como medio para estructurar una pieza. Deforman las imágenes, toman prestado de la ciencia y la arquitectura. Lo hacen como ensayo y error, como instrumento para cuestionar. Y ante todo, dibujan por placer.     [caption id="attachment_49209" align="alignleft" width="203" caption="El Dr. Lakra presenta en esta muestra contemporánea de dibujo. "]El Dr. Lakra presenta en esta muestra contemporánea de dibujo.  [/caption] No le pasa a este arte lo que a la pintura que, para algunos, está en crisis. El dibujo se abre a cada rato nuevos caminos. Así lo confirma un grupo de artistas contemporáneos, mexicanos, que cuenta cómo trabaja con este medio y que crea obras -instalaciones, performances, videos, esculturas y pinturas- en los cuales el dibujo opera como principio, es uno de los medios, aunque no el fin único.   Hector Falcón, Carlos Amorales, Jorge Méndez Blake, Dr. Lakra, Taka Fernández, Daniel Guzmán, Gabriel de la Mora y José Luis Sánchez Rull coinciden en que el dibujo está más fuerte que nunca y está presente en el arte contemporáneo. Es “independiente y autosuficiente”, respetado y, con excepciones, no cae en la trampa de tendencias y estilos.   Escribir es como dibujar   Para Carlos Amorales -quien exhibe en la galería Kurimanzutto la muestra El estudio por la ventana-  “el dibujo es lo más próximo y directo a expresar un pensamiento, es como escribir”. Esa idea la comparte Gabriel de La Mora, un creador que aprendió a dibujar antes que a habar, que experimenta en este arte con pelo humano y sintético sobre papel, con papeles quemados, con sangre, con el dibujo borrado, en collages y en Braille. “El dibujo siempre ha sido la técnica más pura y tradicional que ha existido y, para cualquier artista, la escritura y el dibujo van de la mano. Es una extensión de la escritura y viceversa; los dos van ligados y son la forma en que las ideas quedan plasmadas. Cuando dibujo cuestiono, defino y experimento”.   "El dibujo, desde los 70, ha sido el bravo espadachín que defiende al arte de la supuesta e irremediable perdida del aura Benjaminiana”, afirma José Luis Sánchez Rull, artista y maestro de la Escuela La Esmeralda.   En las obras de Jorge Méndez Blake, el dibujo casi siempre funciona como parte de un sistema más amplio o es complemento de otras piezas. Así lo explica: “En el dibujo puedo vaciar muchos tipos de información e ideas distintas en un solo espacio. Algunas veces es ‘guía’ para otras obras, como esculturas o instalaciones. Me interesa como un estado intermedio entre lo preciso y lo difuso. Entre lo real y lo utópico”.   Universo infinito   De la mano del arte contemporáneo, los artistas han abierto nuevas posibilidades a este arte de larga tradición. “Dibujo es lo que yo hago a veces en la piel -dice desde Oaxaca el Dr. Lakra-, a veces en objetos encontrados (revistas viejas, vasos de plástico etc.); en ocasiones me gusta deformar los dibujos con la fotocopiadora moviendo el papel en el proceso. Muchas veces copio imágenes existentes como portadas de discos, fotonovelas y las acomodo de un modo en que se convierten en otra cosa. Mi dibujo está fuertemente influenciado por los diseños de tatuajes, aunque no es lo único que me inspira”.   Taka Fernández también juega con los soportes y materiales: “Generalmente hago dibujo tradicional, las herramientas y superficies varían, dibujo con grafito, tinta, pluma Bic, marcadores indelebles o no. Dibujo sobre papeles de diferentes tipos, sobre plásticos, revistas, envases de productos, pero por lo general dibujo en mis cuadernos”.   Es un arte aceptadísimo actualmente, plantea José Luis Sánchez Rull: “Desde el dibujo esquemático ingenieril, al dibujo primer pensiere; el dibujo de largo aliento, el de concentración, como extensión de una acción más allá de la representación mimética de la misma”.   Carlos Amorales cuenta: “Lo trabajo de distintas maneras, tanto manuales como digitales. Dibujo a veces tan sólo para expresar una idea técnica o conectar pensamientos; también lo hago como un fin en sí mismo, para hacer un dibujo que me guste y sin finalidades prácticas. He dibujado un archivo vectorial para componer con él y estructurar mi proyecto artístico. Me gusta dibujar porque puede significar hacer algo fresco y directo, sin mayores pretensiones. El dibujo es la parte más íntima en la obra del artista plástico, es donde más nos permitimos cometer errores, ser tontos y sencillos, pero también agudos y, sobre todo, visualmente inteligentes. El arte contemporáneo no le puede cerrar las puertas al dibujo porque se quedaría sin su materia prima”.   El arte de reinventar   Este género, opina Gabriel de La Mora, nunca dejará de reinventarse o redefinirse. Taka Fernández comparte la idea: “Sería mas factible que desapareciera la fotografía que el dibujo”. Con la compañía de las páginas de Kalimán, Órbita, El Esto, Lágrimas y Risas y de la música, Daniel Guzmán se inició en el dibujo y ha creado un arte ajeno a la academia. Este artista ve al dibujo independiente y autosuficiente de medios como la escultura y el video: “El dibujo nunca ha estado muerto, sólo estaba un poco olvidado y demasiado supeditado a otras disciplinas del arte, como la escultura y la pintura”.   “Básicamente los artistas seguimos utilizando los medios de expresión clásicos, pero de una manera contaminada -sostiene Jorge Méndez Blake-. Lo importante es el discurso, más que los medios. Ni un dibujo al carbón con técnica tradicional es necesariamente aburrido, como tampoco es necesariamente interesante una obra realizada con rayos láser y sensores de movimiento”.   José Luis Sánchez Rull opina que el dibujo parece existir en un estado de gracia atemporal, intocable por tendencias y estilos, y que puede darle forma a cualquier practica artística. Pero cree que aún está por darse una particularización especifícamente mexicana al dibujo. En referencia a lo que le pasa al dibujo en contraste con el género de la pintura, el artista Héctor Falcón dice que mucha gente aún ve a éste como un arte menor pero que es en la pintura donde hay más problemas por esa falsa idea de que está “pasada de moda”. Critica, por ejemplo, que para el mercado tenga hoy el doble de valor una imagen en línea hecha con acrílico sobre tela, que la misma hecha con tinta sobre papel.   “Hay formas de ver obsoletas y un poco retrógradas”, dice Falcón y pregunta: “¿Qué culpa tiene el medio de lo que los artistas quieren o pueden hacer con él’? El mercado en México tiene parte de la culpa, en gran medida, por tener conceptos, pobres, pequeños e incluso estúpidos. La gente se preocupa más por el soporte que por la forma, el concepto, el estilo, la idea y el mensaje”.   Larga vida   José Luis Sánchez Rull plantea: “Mínimamente, el dibujo se ha convertido en un protagonista, una antesala a la obra de arte como un fin en sí. Existe problemáticamente como una definición de un medio específico que ha sobrevivido a la muerte de un medio en particular, la pintura. El dibujo vive una suerte de colapso hacia su opuesto, de alcanzar su autonomía del bastidor a enclaustrarse en un páramo legalmente alternativo”.   Carlos Amorales critica algunas prácticas: “Hay una cierta tendencia lastimera (no solo en México) de hacer dibujos en pequeño formato, a propósito ‘mal hechos’, semi-infantiles aunque pervertidos por el mundo pop. Esta tendencia me tiene muy cansado pues se ha vuelto genérica y me hace pensar en el viejo comercial del Gansito de Marinela pero que en vez de decir ‘Recuérdame’, dice ‘Cómprame’. A mí me gustan los dibujos raros, esos que al verlos no tienes idea de qué carajos le cruzó por la cabeza al que los hizo… Si es que algo le cruzo.”   Acerca de cómo se utiliza y percibe el dibujo entre las nuevas generaciones, José Luis Sánchez Rull, maestro de este arte, concluye: “Desgraciadamente el dibujo y sus múltiples posibilidades no aparecen tan múltiples en los estudiantes, en constante lucha con las influencias de algunos dibujantes fuertes y fácilmente copiables, en apariencia.  Algo en la educación del dibujo hace falta inculcar: la libertad de ser uno mismo a través de este medio que promete una fácil expresión no mediada”.   Hay una amplia lista de nombres que los entrevistados citan como grandes dibujantes de la historia junto a los de creadores contemporáneos que sienten que innovan. Algunos ubican en sus preferencias a otros de los entrevistados:   Figuran, entre otros, José Clemente Orozco, Julio Ruelas, José Guadalupe Posada, Ernesto “El Chango” G. Cabral, Miguel Covarrubias, Otto Dix, Paul McCarthy, Franciso de Goya, Pablo Picasso, Lucian Freud, Eva Hesse, Gustave Doré, Gordon Matta-Clark, Joseph Beuys, Fernando Bryce, Daniel Guzmán, Carlos Amorales, Chris Burden, Francis Alÿs, Lygia Pape, Rembrandt, Max Ernst, Paul Klee, Francisco Toledo, Germán Venegas, Gilberto Aceves Navarro y los códices prehispánicos.
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