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Octavio Paz, sin reconocimiento como poeta ni crítico: Castañón

Miércoles 02 de junio, 2010.
03:55 pm
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    Artemisa MEDIZÁBAL/Conaculta Oaxaca, México.- El escritor y editor Adolfo Castañón fue enfático al afirmar que en el caso de Octavio Paz, ni al poeta ni al crítico se les ha hecho justicia y que su obra, tanto en verso como en prosa, lejos de estar agotada tiene todavía mucho camino por recorrer. Sin embargo, Castañón aclaró que eso, tiene que ver con la capacidad de los lectores, aquí y ahora, para sacarla de sus goznes, de sus quicios, contrastarla, compararla y no tener miedo a situarla en la historia, en la geografía y en nuestro propio laberinto.      [caption id="attachment_57181" align="alignright" width="300" caption="Adolfo Castañon, hace un recuento de la trayectoria del escritor y poeta de Octavio Paz"]Adolfo Castañon, hace un recuento de la trayectoria del escritor y poeta de Octavio Paz[/caption] Entrevistado con motivo de su participación en el ciclo La Academia Mexicana de la Lengua ante los Centenarios de las Revoluciones, con la conferencia Octavio Paz: Revuelta, rebelión, revolución, el también académico habló de la visión que el Nobel de Literatura tenía sobre México y su historia.       De acuerdo con Castañón, Octavio Paz fue una persona muy de su momento, que nació en 1914 y que sentía a la Constitución derivada de la Revolución Mexicana, como su hermana menor. Él tuvo como paradigma de la Revolución Mexicana a la Constitución de 1917, unos miramientos familiares que gente de otras generaciones no tiene o no participa de ellos.      En ese sentido, afirmó que la postura del autor de Libertad bajo palabra ante la Revolución Mexicana, fue una postura plural que está en el tiempo y que va cambiando.  Hay un ingrediente en El laberinto de la soledad, de idealización del zapatismo, como señala Alejandro Rossi; pero hay otro en El ogro filantrópico y en textos posteriores, que tiene que ver con la idea de que el mecanismo, el sistema, la fórmula llamada partido único, un país dominado por un partido hegemónico, no es plausible, no es convincente y ha llegado a sus consecuencias últimas y terminales.      “Eso lo dijo Paz desde la década de 1970, al abrir los ojos al proceso de proliferación de la violencia irresponsable, en textos como Bohemia y Revolución, o en La otra cara de la revuelta que forma parte de Itinerario, donde da su opinión en torno a ese presente que él ya sentía como un presente complejo y complicado”, apuntó.      El ganador del Premio Xavier Villaurrutia 2008 explicó que el título de la conferencia Revuelta, revolución, rebelión proviene de uno de los capítulos del libro Corriente alterna que Octavio Paz publicó en Siglo XXI, en 1967, ensayo que consideró de gran importancia en la evolución del pensamiento de Paz, tanto hacia el tiempo pasado del propio poeta como hacia el tiempo por venir. “En cierto sentido diría que es un texto que está entre el pasado y el presente o el futuro”.      [caption id="attachment_49461" align="alignleft" width="195" caption="Las letras de Octavio Paz en vigencia"]Las letras de Octavio Paz en vigencia[/caption] Detalló que ahí, Octavio Paz juega semiológica o filológicamente con el triángulo de esas palabras, para acotar, para asediar el tema del cambio social en la historia. Por otra parte, comentó que si miramos hacia la figura de Paz, recordaremos que fue hijo de un personaje ligado con el zapatismo y nieto de un coronel aliado a Porfirio Díaz en su primera época; un niño que nació en pleno régimen de Victoriano Huerta y antes de que cumpliera un año, Venustiano Carranza accedió al poder, vinieron los marines estadounidenses a Veracruz e inició la Primera Guerra Mundial.      “Octavio Paz nació en el marco de una familia definida y señalada por la historia. Su abuelo participó en contra de la Intervención Francesa, acompañó a Porfirio Díaz en sus primeros dos periodos y luego se convirtió en periodista disidente. Ireneo Paz ya traía el germen de la crítica y lo heredó a Octavio Paz Solórzano, el padre del poeta, abogado que en 1912 entró en contacto con la cúpula zapatista, -tanto que fue enviado por Zapata como su representante a Estados Unidos- y que dejó una serie de estampas muy conmovedoras, vigorosas y literariamente convincentes sobre Zapata, reunidas en el libro Hoguera que fue, recopilado por el investigador hemerográfico Felipe Gálvez y editado por la UAM Xochimilco en 1986”, indicó.      Recordó que el poeta, Octavio Paz Lozano, en varios lugares de su obra  hizo saber que nunca pudo hablar con su padre. Pero la concepción que tuvo Octavio Paz de la Revolución Mexicana, fue una concepción centrada, convergente con el universo de la Revolución del Sur, universo zapatista, como lo señala Alejandro Rossi en el prólogo a El laberinto de la soledad, en la edición del Fondo de Cultura Económica.      En opinión de Adolfo Castañón, Paz Lozano  sostuvo un comercio intelectual e imaginario, crítico, filosófico, con el  discurso de la huestes zapatistas, con Soto y Gama, con el propio Emiliano Zapata. Así, en la conferencia hará una evocación simultánea de los dos Octavio Paz -Solórzano y Lozano- y en esa fricción, desde su punto de vista, la figura  y la obra del poeta, del ensayista, del crítico Paz Lozano, cobrará una dimensión de mayor profundidad, porque no sólo se visitarán los lugares teóricos en torno a las ideas abstractas de revolución, revuelta o rebelión, sino cotejarlas o acompañarlas, con los testimonios de su padre.      Consideró que se trata de una ocasión muy  importante para revisar el pensamiento de Octavio Paz, pero también para ponernos al día sobre la propia historia mexicana y sobre la hondura y profundidad que tiene la historia mexicana en relación con sus protagonistas e intérpretes, sus portavoces más señalados.      El autor de Tránsito de Octavio Paz (1914-1998), subrayó que si bien Paz que tiene el mérito de ser el gran poeta y ensayista que es, “también hay que destacar que en un país, en un contexto donde no hay memoria, no hay tradición, no hay conciencia del pasado, de la continuidad o de la historia, resulta que Paz es en cierto modo, tres veces crítico, porque es el nieto de un crítico que fue Ireneo, el hijo de un revolucionario y crítico que fue Octavio Paz  Solórzano y él mismo, que no cantaba mal las rancheras y los corridos”.      “¿El hijo de un revolucionario  es revolucionario? ¿El nieto de un revolucionario es revolucionario? ¿En qué consiste ser  revolucionario?  Esas son las preguntas que Paz se plantea a sí mismo en el ensayo Revuelta, revolución y rebelión y si uno lo lee junto con los textos de Octavio Paz Solórzano, en cierta forma saltan, brincan, porque permite ver que cuando Paz Lozano hace una especie de filosofía de la historia, también hace una especie de catarsis personal. Y eso es muy valioso, porque es autentico”, destacó.      Si bien Adolfo Castañón reconoció que Octavio Paz fue un intelectual disidente y crítico de la izquierda, manifestó su desacuerdo con quienes lo acusan de reaccionario; sobre todo a partir de sus comentarios sobre el EZLN, pues lejos de debilitar a la izquierda lo que hizo fue fortalecerla.      “Creo que en una de las grandes riquezas que tiene la cultura política mexicana viva, es haber tenido una figura como la de Octavio Paz, quien considero que consolidó a la izquierda y a las ideas progresistas, porque fue capaz de dialogar con ellas de forma viva e intensa, pero también en forma leal”, concluyó.
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