Tributaron Gil Gutiérrez y Coro de Nueva York a Oaxaca

Fortino TORRENTERA O.   Oaxaca. México. Con una cerrada ovación, el público reconoció el talento del guitarrista oaxaqueño, Gil Gutiérrez y del Coro de Nueva York que la noche de este miércoles ofrecieron un concierto memorable.   El esplendoroso Teatro Macedonio Alcalá fue el marco de esta velada que en su primera parte interpretaron de Elliot Z. Levine “There is no fear in love”, seguida de “Domine fili unigenite” del Gloria de Antonio Vivaldi.     [caption id="attachment_63710" align="alignleft" width="300" caption="Una velada con la tradición coral neoyorkina y el virtuosismo de Gil Gutiérrez."][/caption] El que es considerado uno de los ensambles vocales con mayor tradición en la Unión Americana, deleitó del réquiem de Wolfang Amadeus Mozart su “Domine Jese Christie & hostias”, así como el “Kirye eleison” del réquiem de Maurice Duruflé.   Las voces de cada uno de los integrantes crispaban los sentidos al interpretar “Chichester psalms” de Leonard Berenstein, con la soprano, Kate Chaffree; la alto, Joana Gossman; el tenor, David Larrabee y el bajo, Martín Fikelman, cerrando esa parte con “Turn the world around” de Harry Belafonte y los arreglos de R. de Cormier.   En la segunda parte, el director del coro, John Daly Goodwin distinguió la ejecución del pianista David Ralph y presentó al guitarrista oaxaqueño, Gil Gutiérrez, por quien se concretó la invitación de este coro que accedió de manera voluntaria a ofrecer este concierto en Oaxaca.   Ahí el director comentó que al asentarse en San Miguel Allende, Guanajuato, preguntó quién era el músico más talentoso de la zona, recomendándole a Gil Gutiérrez a quien al escucharlo “me enamoré de su música y dije tengo que tocar con él, es un sueño que hoy se hace realidad”.   Para la segunda parte, dedicada a México, se demostró la calidad de este coro le ha valido el éxito en giras internacionales, al interpretar “Al Fredom” y más tarde “La Paloma Azul” del maestro Carlos Chávez.   Vinieron entonces las composiciones de Gil Gutiérrez, “Delfis”, dedicada a su madre a un año de su deceso; melodía que estructura un remanso que hace imaginar al oyente paisajes de armonía.   “Lágrima del Toro” es una pieza que retomando esta figura que representa el dolor de un astado al entrar al ruedo, pero que refleja la pesadumbre del autor en torno a los feminicidios iniciados en Ciudad Juárez.   Luego, Goodwin explicó que esta pieza de Gutiérrez, titulada “Xilitla”, es una acuarela de una población huasteca, donde el director del coro realizó los arreglos vocales.   Este coro interpretó luego “La Charreada” de Felipe Bermejo; seguido de “México lindo y querido” de Chucho Monge, lo que motivó cierta emoción nacionalista en la sala.     Para cerrar este concierto, interpretaron un tema muy popular, “Si nos dejan”  con arreglos de X. Hernández y como hancore ofrecieron nuevamente la composición de José Alfredo Jiménez.