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Con Gabino Cué, el PRI en Oaxaca solo dio un cambio de piel : Julio Hernández

Viernes 26 de noviembre, 2010.
10:11 pm
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  Lilia TORRENTERA G. Parte I Oaxaca, México.-   En Oaxaca, no perdió el PRI, sino se registró una multiplicación de los “priis” envueltos en un cambio de siglas  y que en una supuesta transformación política, son los designios de ex gobernadores como Diódoro Carrasco Altamirano y los vicios como la coptación y los grandes negocios, los que  podrían replicarse en el próximo gobierno que encabezará Gabino Cué, sentenció el periodista Julio Hernández López. Invitado al tercer Encuentro de Periodistas con el tema “Periodismo y Transición”, el columnista del diario La Jornada, deshebró a fondo el contexto social detrás del cambio de gobierno que se avecina y de los entretelones políticos en la asunción de Cué Monteagudo como gobernador de la transición. "Lo  que está sucediendo en Oaxaca, es la reconstitución del priísmo muratista que se hizo de la negociación con los líderes de las organizaciones, la coptación, el uso del presupuesto para establecer pactos políticos que permitieran cierta gobernabilidad”, dijo contundente. juliohernandez2Estas complicidades, reseñó, fueron rotas por  Ruiz Ortiz e cuando trató de distanciarse de su antecesor, José Murat, para establecer diferentes términos de negociación  que provocó un choque con las formas “ulicistas” de hacer política con un modo distinto. Indicó que en el panorama político local, se registra la reconstrucción de ese priísmo pre ulisista  en el contexto de esta amplia alianza de intereses,  que hizo que en Oaxaca, las siglas del PRI cayeran,  “pero no el estilo de hacer política así como tampoco los factores que le dieron viabilidad al proyecto político que llevó a Gabino Cué a la gubernatura”. Señaló que otro factor  se ubica en la radicalización del “PRI malo”, que llevó a Oaxaca al callejón de la violencia, de la corrupción y la violación de los derechos humanos encabezado por Ruiz Ortiz y quien amenaza con  el “nos veremos pronto”. Ello, dijo Julio Hernández, con el objetivo de tratar de recuperar el polo de poder que tuvo y reconstruir la fuerza electoral que fue  Oaxaca como el “granero de votos” del PRI a nivel nacional. A la vez, expuso, también se tiene al ex gobernador José Murat, que se ha erigido como el gran rebelde y que será pronto expulsado del “paraíso tricolor” por su gran calculo oportunista para apoyar  a Gabino Cué. Aunado a ello, dijo,  el gobierno electo, tiene al ex  mandatario, Diódoro Carrasco Altamirano, convertido en  “el gran  poder tras el trono” al señalar que el diodororismo es una forma priísta trasladada a la coptación del PAN y que sigue siendo uno de los señores feudales de la balcanización política en el estado, en la que se incluyen también a Heladio Ramírez López. “Gabino ha llegado al poder en Oaxaca, debiéndoselo a medio mundo. A López Obrador, a Diodoro y también los priístas malos, pues me entero con dolor, que del lado de Cué también está Jorge Franco, el encargado de la represión y que ahora hace pactos y ayuda en la penumbra en espera de su recompensa”. Considero que el  gran ganador en el triunfo de Cue Monteagudo, fue el PRD del ex priísta Marcelo Ebrard, quien mandó recursos y operadores además de firmar  un convenio para transferir  tecnología en el combate de la pobreza y que Oaxaca  aprenda las políticas que se han hecho en el Distrito Federal. Todo ello - manifestó el autor de la columna Astellero-  me lleva a pensar, que el gran movimiento social 2006, sus  proclamas, los ideales y la lucha, acabaron en las alforjas de la clase política tradicional es decir, de poco servió, si al fin de cuenta lo que estamos viendo es un gatopardismo que hoy es  convergente, como si Dante Delgado fuera garantía de un manejo pulcro de la política. En las elecciones se cambiaron siglas pero en el fondo, es la misma clase política. Julio Hernández expresó que si el movimiento social del 2006, fue un ejemplo nacional en el que la ciudadanía pudo pasar de las palabras a los hechos, a la organización y a la protesta pública  también se cuestionó ¿cuál es el camino ahora para el cambio verdadero en Oaxaca y el país? En ese sentido reflexionó al indicar que en Oaxaca, se muestra la absoluta caducidad del sistema político mexicano, pues mientras no exista la posibilidad de que los movimientos sociales y la sociedad en su conjunto puedan tener opciones electorales, la política será rehén de candidaturas, prerrogativas, privilegios e interés que ahora también tiene el gran poder corruptor del dinero del narcotráfico que condiciona ya, no solo el curso de las campañas sino inclusive veta o asesina a candidatos. Advirtió  que si en México no se logra una reforma política que permita válvulas de escape para el desahogo social,  “se generará un sedimento de posibilidades de violencia política que irá más allá de las normas y los límites y sistemas que hasta ahora funciona”. Para el periodista, Oaxaca, ha dado la voz de alerta en este ámbito, porque aun cuando luchando, protestando organizándose, y manifestándose lo que se ha tenido en consecuencia es la represión con el endurecimiento del sistema y la absoluta impunidad. “A ello se suma, indicó. la politiquería de las alianzas que tratan de simplemente instalar, nuevas siglas con los mismos personajes pero  en otros bandos sin un cambio verdadero”. Julio Hernández expresó que le gustaría volver a Oaxaca dentro de un año para constatar que Gabino Cué  y “no se jerció la política de la mano extendida, de los grupos que esperan la gracia y la benevolencia del poderoso para ver si se les asignar, reparte u otorga”. En contraparte,  evocó “yo espero que la dignidad del pueblo oaxaqueño demostrada en múltiples luchas,  pueda encontrar el camino nuevamente para que sea capaz de presionar y organizarse para lograr que esta “transición de siglas”  en Oaxaca se convertir en una oportunidad de cambio verdadero”. Con claridad, señaló que Gabino Cué tiene el bono democrático, pero a la vez consideró que la expectativa generada por un movimiento social que le ha dado una base moral “podría verse  traicionada si al fin de cuenta lo que gobernará son los arreglos, las cesiones y concesiones de los grupos económicos y políticos desplazados por Ruiz Ortiz, y que ahora están al asecho de los grandes negocios que ven a Oaxaca como un botín”. Manifestó que la transición con Gabino Cué se va a definir en términos de evolución o involución: Aun cuando en apariencia todo hace suponer que el cambio es para bien, espero que no se convierta en una desesperanza, una decepción o un retroceso, en lo que únicamente el PRI haya logrado el cambio de piel.

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