Con aprender a comer, Amparo bajó casi 30 kilos

Oaxaca. México. Amparo observa con atención una fotografía suya, pareciera que algo irreal se muestra ahí, voltea se mira al espejo y sonríe, satisfacción y orgullo son los sentimientos que expresan esos grandes ojos verdes, “ahora me gusta ver mi reflejo, estoy feliz, me gusto a mi misma” expresa. En diez meses Amparo, ha bajado casi 30 kilogramos, reducido cuatro tallas y su índice de masa corporal es de “24”, excelente para una mujer de 43 años de edad. Estoy muy agradecida con los médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), principalmente con mi ginecólogo, Carlos Cervantes, fue él quien me habló con claridad por primera vez, me explicó los riesgos a la salud a los cuales una mujer se enfrenta cuando tiene problemas de obesidad, que yo estaba en un momento determinante para empezar a bajar ya que una vez entrada en la menopausia sería muy difícil reducir mi talla, ese día algo cambió en mi, lloré, abrí los ojos. [caption id="attachment_88650" align="alignleft" width="292" caption="El antes y después que tanto se desea es posible sin riesgos."][/caption] Fue en marzo de 2010 cuando comenzaron las visitas a los médicos del Hospital General de Zona Número 1, ya que recibí tratamiento completo por los doctores del IMSS: pasé con la médico familiar, el ginecólogo, el dermatólogo y hasta con la psiquiatra, fue gracias a esta última con quien pude calmar mis problemas de ansiedad y mejorar mi autoestima. Derivado de que Amparo presentaba trastorno de ansiedad, la atendió la psiquiatra Virgina Ricardez,quien  a su vez, la canalizó con el dermatólogo Francisco Jarquín Cruz, quien le brindó tratamiento para controlar la psoriasis (enfermedad de la piel que causa descamación e inflamación -dolor, hinchazón, calentamiento y coloración- por la acelerada renovación celular, la cual se da en unos cuantos días, mientras que en personas normales este proceso tarda semanas). El apoyo familiar también fue importante para que ella lograra sus objetivos: “Mi madre y mi hija me brindaron su paciencia, me escucharon cuando hacia falta y con sus comentarios me hacían darme cuenta de lo importante de mi encomienda: mejorar mi salud para así brindarme a mi misma y a mis seres queridos una vida de calidad, sin problemas ni preocupaciones, derivados de alguna enfermedad crónico degenerativa como son la diabetes e hipertensión”. Con la médico familiar, Lilia Gabriela Gómez Cruz, aprendí que nunca es tarde para empezar a quererse a uno mismo, no por belleza sino por salud. Derivado de mi problema de obesidad antes no salía, dejé de lado mi vida social y cuando me deprimía solía comer de más y sentarme a ver televisión. Ahora no, salgo cada vez que puedo y cuando lo hago disfruto mucho de la compañía de mis amigas y amigos. El arreglo personal de Amparo también ha cambiado, pasó de usar huipiles y ropa holgada “los cuales usaba para disimular la obesidad” a utilizar mini faldas, blusas sin mangas y pantalones que den muestra de su figura esbelta. Gusta de cambiar el color de su cabello: ha sido café, negro y pelirrojo; a veces lacio y otras más ondulado. La satisfacción por el esfuerzo y constancia realizados, son fácilmente reconocibles en el rostro de Amparo cuando habla de su experiencia, de su compromiso con ella misma para llevar un estilo de vida saludable, el cual se puede resumir, como ella misma dice: en beber como mínimo dos litros de agua, hacer ejercicio, comer frutas y verduras, así como reducir el consumo de carnes rojas y aumentar el de carnes blancas.