Un novelista compite con sus contemporéneos. David Martín del Campo

José Luis BLANCARTE7Conaculta Oaxaca, México.- El novelista no es ajeno a lo que sucede a su alrededor, tampoco a lo que están publicando las editoriales, porque un novelista compite con sus contemporáneos, señaló el escritor David Martín del Campo, durante la Guía de Lectura que impartió en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia. Acompañado por el poeta Alejandro Sandoval, el escritor recordó que él se formó como escritor en el taller de Miguel Donoso Pareja, aunque su formación es como periodista y cineasta. “Miguel Donoso Pareja tiene la culpa de que yo sea escritor y también de que me haya casado”, recordó. Más que una conferencia, la sesión fue una amena charla entre los dos autores, quienes fueron compartiendo su placer por la lectura. Martín del Campo señaló que para hacer sus novelas a veces se basa en hechos reales o ficticios, pero siempre anclados en la realidad. Visita la hemeroteca para buscar la manera en que sucedían las cosas en el tiempo en que sitúa a los personajes, “porque me gusta mucho abordar los años 40 y 50, que ya no me tocaron a mí, pero es un México que me platicaban mis tías y mis primos”. Señaló que una de sus novelas es “un homenaje a Mark Twain, porque pensé que en México no se había escrito nada sobre la vida ribereña, así que situé a mi personaje, una niña que pasa 11 semanas en la casa de su tía, en Tuxpan, Veracruz”. Refirió, además, que no concibe una novela sin antes perfilar un guión, con todos y cada uno de los elementos que lo componen como son los capítulos, los rasgos que tendrán los personajes, gustos, manías, etcétera.  Como ejemplo, habló de su más reciente novela La noche que murió Freud, que trata de la vida de un psicoanalista que pierde la cabeza. Dijo que como fuentes de inspiración tomó un reportaje realizado hace una década sobre “El psicoanálisis en México”, así como sus experiencias con una amiga que iba al psicoanalista, a la que el escritor acompañaba; además de que su propio hermano tiene esa profesión. “No obstante leí las novelas que tienen ese tema, para no volver a escribir la misma novela que otros ya hicieron”. Ya instalado en la Guía de Lectura, el autor de  Dama de noche, señaló que siempre ha sido un lector de novelas y de algunos ensayos que tienen que ver con lo que escribe. Dijo que siempre es bueno leer a los clásicos, “yo me encuentro en la época Tolstoi”, y también autores que están considerados “clásicos”, como Ernest Hemingway, cuya novela favorita es París era una fiesta (A Moveable Feast, 1964). Se refirió a las lecturas que le han sido significativas recientemente, como La última estación, de Jay Parini, que trata de los últimos 100 días de la vida de Tolstoi; las novelas de Paul Bowles, como El cielo protector; Ian Mc Ewan, autor de las novelas Los perros negros (Black Dogs, 1992, publicada por Anagrama en 1993) y Amor perdurable (Enduring Love, 1997; Anagrama, 2000). Refirió también su fidelidad a autores como Alberto Moravia (La Romana) y Patricia Highsmith, su favorita: Mar de fondo, una novela donde logra que el lector se ponga del lado del criminal y no de la justicia. También elogió las novelas de Cormac MacCarthy (1933), escritor estadounidense ganador del Premio Pulitzer de ficción 2007 por su novela The Road (La carretera), llevada al cine. Y de otra novela: Todos los hermosos caballos (All the Pretty Horses, 1992), que en México circuló en la edición española de Seix Barral. David Martín del Campo (Ciudad de México, 1952) estudió la carrera de periodismo en la UNAM, también en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM. Ha incursionado en todos los géneros asociados a la labor informativa: artículo, ensayo, crónica y entrevista,  publicados en medios de circulación nacional como La Jornada, unomásuno y Reforma, entre otros. Es autor de más de 20 libros, entre los que destacan Las rojas son las carreteras (1976), Los mares de México (1987), Isla de lobos (Premio Nacional de Novela José Rubén Romero 1987), Dama de noche (novela, 1990, llevada al cine), Las viudas de blanco (novela, 1993), Cielito lindo (novela, 2000); las novelas Alas de ángel (Premio Internacional de Novela Diana-Novedades 1990) y El año del fuego; así como los cuentos infantiles El tlacuache lunático (1992). En 1994 ingresó al Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA), del Conaculta. El Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia se encuentra en Nuevo León 91, Colonia Condesa. Abierto de martes a viernes de 11:00  a 21:00 horas.