INICIO  //  ninez  //  Niños jornaleros nos son prioridad para el gobierno: Armando Bartra
/  

Niños jornaleros nos son prioridad para el gobierno: Armando Bartra

Lunes 14 de febrero, 2011.
09:20 am
303 lecturas | 0 comentarios

COMPARTIR

  UAM/Investigación Oaxaca, México.- Es ingenuo que el gobierno minimice cifras de niños trabajadores agrícolas frente al problema de fondo: se ha destruido la base de la familia campesina en México. Pese a ser un trabajo riesgoso, pesado, sufrido, muy mal pagado y que implica la movilidad de la familia en su conjunto, 50 por ciento de la población económicamente activa en el campo trabaja como jornalero agrícola. Además, debido a la precariedad en que se lleva a cabo, ya hay escasez de mano de obra en nuestro país, pues los jornaleros deciden arriesgar su vida para emplearse en Estados Unidos por mejores salarios. Así lo advirtió el filósofo Armando Bartra, investigador del Departamento de Relaciones Sociales la Unidad Xochimilco, al abordar el tema de los jornaleros agrícolas y la disminución del número de niños con trabajo asalariado en el campo. El académico de la maestría en Desarrollo Rural y del doctorado en Ciencias Sociales señaló que la realidad de los jornaleros es crítica porque no es una relación laboral normal y sus derechos no se respetan. De entrada no sólo no hay contratos que garanticen días de descanso, derechos sociales y seguro médico, sino que no se consideran cuestiones básicas, como un sitio seguro para dormir y comer. El trabajo asalariado agrícola en muchos lugares está asociado con el riesgo de salud por el uso de pesticidas o agrotóxicos empleados indebidamente, pues además de estar prohibidos se utilizan sin las condiciones técnicas adecuadas, por tanto no hay protección y sí altos riesgos laborales. Los campesinos son asalariados, pero con trabajo inestable, debido a la movilidad no se pueden sindicalizar, ya que la condición de sindicalización es formal y se organiza por estados. Por eso la gente migra a Estados Unidos, particularmente a Valle Imperial, California, pues más que el sueño americano es la huída del infierno mexicano, enfatizó. Destacó que 50 por ciento de la población económicamente activa en el campo trabaja como jornalero agrícola, muchos tienen doble adscripción; es decir, trabajan como asalariados y como pequeños productores por la tierra de temporal. La gente que vive en la sierra baja a los valles y a la costa a la pizca de tomate o al café; y quienes viven en Oaxaca y Guerrero migran a los estados de Sonora, Baja California, Sinaloa y Tamaulipas. Una característica del trabajo agrícola, detalló, es que es estacional y hay pocos empleos permanentes, por tanto la mano de obra está muy concentrada en periodos del año, en tiempos de cosecha. La economía debería garantizar a estos trabajadores temporales las condiciones para subsistir el resto del año, pero hay una lógica de contratación-expulsión que deja al trabajador agrícola con una economía y unas condiciones de vida muy frágiles. Por esta razón dobletean con tierras de mala calidad, de las que obtienen una producción de autoconsumo, y por otro lado realizan el trabajo asalariado y aun así su ingreso es precario para completar la sobrevivencia anual de la familia. Economía campesina y trabajo a jornal ha sido hasta hace poco la fórmula más socorrida. Existe una expulsión aproximada de entre 300 y 500 mil jornaleros por año; es decir, un migrante cada dos minutos, pero paradójicamente ya se presenta una crisis de mano de obra en algunos productos, como el café y la caña. Bartra consideró que idealmente los niños no deberían estar realizando labores agrícolas, que son inadecuadas para su edad, por el esfuerzo y los riesgos que representan; deberían estar jugando y estudiando, y no viajar de manera golondrina junto con sus padres. Pero es complejo dignificar las condiciones cuando toda la familia se ve en la necesidad de migrar y no hay con quién dejar a los niños. La idea sería que migren sólo los adultos, pero en realidad el niño representa un ingreso más para la familia y los ponen a cargar bultos o de aguadores. Se debe luchar por los derechos de los niños, pero el problema de fondo es que se ha destruido la base de la familia campesina, señaló. Los niños y los jornaleros en general son parte del problema agrario y éste no es una prioridad para este gobierno; así lo demuestra 40 por ciento de dependencia alimentaria y el hecho de que el campo es el mayor expulsor de la fuerza de trabajo, de familias enteras, todo por la ausencia de políticas de fomento agropecuario. No existe la mínima voluntad de mejorar las condiciones en el sector y estos niños son parte de la juventud de este país que al igual que muchos niños y jóvenes, hijos de madres de maquiladoras y de otros trabajos precarios de las ciudades, viven sistemáticamente amenazados y sin expectativas de futuro.
!

Esta conversación es moderada acorde a las reglas de la comunidad “Ciudadanía Express” . Por favor lee las reglas antes de unirte a ella.
Para revisar las reglas da clic aquí

-
Todos los comentarios (0)

Publica tu comentario

Nombre

E-mail, no será publicado.

Sexo

Comentario * 200 caracteres