Jaime Sabines debe ser nombrado poeta nacional:Azuela

Heriberto BLANCARTE/Concaulta Oaxaca, México.- Nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Jaime Sabines fue uno de los poetas mexicanos más leídos en vida y querido por sus lectores; es considerado un símbolo indispensable para comprender el desarrollo poético mexicano durante el siglo XX. Nació el 25 de marzo de 1926, por lo cual Conaculta le rinde homenaje a 85 años de su nacimiento. Su deceso ocurrió en 1999. Contrario a lo que otros poetas latinoamericanos de su generación afirmaban con respecto a sus creencias personales, Jaime Sabines confesó siempre ser un ferviente creyente en Dios, más allá del símbolo, del intelecto y de las tradiciones religiosas. “Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos”, afirmaba el poeta en 1996. [caption id="attachment_98652" align="alignright" width="300" caption="Foto:http://elojoenlalengua.blogspot.com/2010/03/jaime-sabines.html"][/caption] Al recordar a su contemporáneo y amigo, el escritor y académico Arturo Azuela, presidente del Seminario de Cultura Mexicana, dijo que se trata de uno de los grandes poetas mexicanos del siglo XX, muy leído por los jóvenes y con una relación especial con el alma y la vida amorosa. Afirmó que con sus poemas, Sabines mostró siempre una sensibilidad a flor de piel que cautiva genuinamente a sus lectores. El poema Los amorosos, me lo sé de memoria. Tuve la oportunidad de viajar con Jaime, su temperamento, era el de un hombre muy firme, muy sólido. Disfrutábamos tertulias en una librería cercana a Insurgentes que era El Ágora. Allí iba con José Luis González, con Enrique González Casanova y con Fernando Benítez. A veces aparecía también Adolfo Sánchez Vázquez. Arturo Azuela agregó que Jaime Sabines es un escritor muy cercano a nosotros, lo leemos siempre con mucho entusiasmo, su poesía no se olvida, es muy profunda y además muy transparente, eso tiene que ver también con su personalidad, fue un poeta muy intenso, pero ante todo, muy claro. En 1945 Jaime Sabines viajó a la Ciudad de México con la intención de estudiar medicina. En una entrevista el poeta recordaba: “En esos tres años de la facultad me hice poeta, con el dolor, la soledad y la angustia. Compraba unas libretas muy grandes, y no había noche que no me pusiera a escribir de mis angustias, de mis penas, de mi tragedia personal. Lo hice en serio cuando sentí la agresión de la capital”. Por su parte, el actor Ignacio López Tarso, recordó a Jaime Sabines en el porche de su casa. “Una tarde calurosa donde lo conocí personalmente a través de Ignacio Retes. En aquella ocasión le autografió el poema La muerte del Mayor Sabines. “Era muy buen conversador, muy buen fumador y muy buen bebedor. Pero fundamental y definitivamente, un extraordinario poeta. Una vez que estaba yo de gira con una obra de teatro, él fue mi invitado de honor. Fue en el año de 1975. Siempre que leo alguna obra suya lo recuerdo como un hombre muy ameno y simpático. A pesar de su muerte, su poesía sigue penetrando más y más en el corazón, en el alma y en el gusto de todos los mexicanos”. Después, de regresar a su natal Chiapas por aproximadamente un año, Sabines volvió en 1949 a la Ciudad de México para ingresar a la Escuela de Filosofa y Letras. El poeta recordaba: “Las clases eran de las cuatro de la tarde a las ocho de la noche todos los días. Uno de mis maestros fue Julio Torri. Yo procuraba sentarme cerca, en primera o segunda fila, para escucharlo. Conocía ya sus escritos, sus poemas en prosa. El maestro al que más admiraba era José Gaos, pero él daba filosofía, siendo estudiante de lengua y literatura me iba a meter a las clases de Gaos, como oyente”. Y añadía: “Allí hice muchos amigos como Ricardo Guerra, que fue marido de Rosario Castellanos, o Fernando Salmerón. También andaba Héctor Azar, quien después se hizo un gran director de teatro. Estaban, además, Emilio Carballido, Sergio Magaña y las poetas Rosario Castellanos, Dolores Castro y Luisa Josefina Hernández. El poeta y ensayista Hugo Gutiérrez Vega aseguró, en breve entrevista, que “si algún autor del siglo XX puede ser considerado, Poeta Nacional, es Jaime Sabines, porque dio a su pueblo las palabras para expresar el amor, el encuentro, el desencuentro, la muerte de los seres amados, la alegría de los hijos, de los nietos, del goce de los alimentos terrenales”. “Sabines ha sido nuestro poeta más memorizado por su pueblo. Lo que significa que caló hondo en la emoción y en la música que suena en las palabras. Por estas razones debemos canonizar a Jaime Sabines, y nombrarlo junto con Acuña y López Velarde, un Poeta Nacional”, advirtió Gutiérrez Vega. El poeta murió en su casa apenas unos días antes de cumplir los 73 años. Durante varios días se celebraron lecturas en su honor y homenajes, además de encuentros literarios a los que acudieron numerosos jóvenes. El dramaturgo y novelista Hugo Hiriart mencionó la importante presencia que Sabines y su obra continúan teniendo en la cultura mexicana y en el gusto de diversas generaciones. El de Sabines es un caso muy raro de un poeta mexicano inmensamente popular y a la vez, delicado, profundo y certero, concluyó Hiriart.