Para imagen oficial, la protección de migrantes en la frontera sur

Delia MARTÍNEZ/UAM Oaxaca, México.- El gobierno de México justifica la militarización de la frontera sur del país argumentando que con esta acción pretende proteger los derechos humanos de los migrantes, violentados por bandas del crimen organizado, pero esto es más una imagen que una realidad, aseguró el maestro Alberto Arroyo Picard, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). En entrevista, el profesor del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa subrayó que la realidad es otra, ya que lo que pretenden las autoridades mexicanas es hacerle el trabajo a Estados Unidos. El catedrático universitario indicó que los indocumentados que vienen de Centro y Sudamérica no son un problema para el territorio nacional, porque únicamente pasan por México, ya que su propósito es seguir su camino hacia el norte y cruzar al vecino país. El ejército mexicano está realizando constantes operativos en todo el territorio del estado de Chiapas, especialmente en los municipios que colindan con Guatemala, en donde han arribado más efectivos militares, lo cual perjudica al país, “ya que una presencia masiva de fuerzas federales, como la que se está dando en Chiapas, provocará problemas como los que actualmente tiene Ciudad Juárez”. Arroyo Picard sostuvo que con la presencia militar el gobierno mexicano busca limpiar un poco el descrédito que ha tenido a nivel internacional por la matanza de indocumentados en varios estados de la República Mexicana, evitando violaciones extremas o escandalosas de los derechos humanos de los migrantes. En entrevista por separado, el doctor Jorge Fuentes Morúa, investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa, aclaró que su opinión es ciertamente especulativa, ya que está fundada en la analogía que hace a partir de lo que ha ocurrido con otras bases militares que no son las recientemente instaladas en la frontera con Guatemala, pero sí en el estado de Chiapas. Dichas bases castrenses, afirmó, pueden provocar un riesgo social debido a que esta gente requerirá una serie de insumos para vivir y desarrollar su vida. Si bien significa una mínima derrama económica, puede acarrear problemas de orden cultural y ético. Con las bases militares, los migrantes podrían verse beneficiados teniendo un poco más de seguridad, sin embargo, “esto es hipotético, porque en otros lugares donde existe la presencia militar, ésta no ha sido favorable para la seguridad de los ciudadanos, un caso muy claro es Ciudad Juárez, Chihuahua”.