Urge focalizar gasto en la prevención y reducir la vulnerabilidad:Apurva Sanghi

  Oaxaca, México.- No existe una solo medida para evitar los desastres, el riesgo es un conjunto de medidas que requieren la participación de muchos factores, señaló  Apurva Sanghi, funcionario del Banco Mundial, al participar con el tema Fenómenos Naturales Desastres Evitables: la economía de la prevención eficaz, en la Conferencia Internacional Gestión de Riesgos de Desastres en el Sector de Agua y Saneamiento, que ese organismo internacional realiza en Oaxaca en coordinación con la Secretaría de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable. El especialista en Economía recalcó en Conferencia Magistral la importancia de la focalización del gasto en la prevención, para acceder a información certera sobre los peligros y así generar acciones  que reduzcan la vulnerabilidad ante riesgos que afecten a la población, tras advertir que el cambio climático “engrosa el extremo” de la distribución de los daños. Apurva Sanghi añadió que en los países en desarrollo, los desastres de gran magnitud ocasionan un aumento del déficit presupuestario que oscila entre el 0,23 por ciento y el 1,1 por ciento y citó los ejemplos de Pakistán y Filipinas. En el primer caso antes de las inundaciones, el déficit presupuestario ascendía al 4,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), ahora podría llegar al seis o siete por ciento. El especialista de origen indio reiteró que la prevención vale la pena, no siempre es más cara y la mayor exposición no aumentará necesariamente la vulnerabilidad. Por otra parte, Geoffrey Cannock, consultor del Programa de Agua y Saneamiento del Banco Mundial, explicó que una evaluación del impacto económico del sismo del 2007 en Perú, demostró que si las empresas hubieran hecho mantenimiento preventivo, construcción de sistemas, componentes de agua y saneamiento con material sismo-resistente, el país sudamericano se hubiera ahorrado hasta 20 veces el costo de la rehabilitación de los sistemas en la reconstrucción. Al presentar la ponencia Impacto económico del terremoto del 2007 en los servicios de agua y saneamiento del sur de Perú, Cannok destacó que de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el impacto negativo de desastres en la población afecta más a la gente pobre y en especial a las mujeres. En su momento, la oficial a cargo de la Unidad de Desarrollo Social y Punto focal Subregional de Evaluación de Desastres de la CEPAL, Myriam Urzúa, indicó que el organismo internacional está participando en el proyecto de Agua y Saneamiento con ocho agencias de Naciones Unidas y el Gobierno de México, a fin de empujar la gestión democrática del agua y fortalecer los procesos de participación ciudadana en ese tema. En su conferencia titulada La gestión de riesgos de desastres  de agua y saneamiento en el nivel local para apoyar el logro de los objetivos del Milenio: Caso México, la urbanista señaló que la CEPAL trabaja en temas de vulnerabilidad a riesgos hidrometereológicos, en comunidades de nueve municipios de Tabasco, Veracruz y Chiapas. Comentó que son muchas estrategias implementadas en materia de riesgos, desde campañas mediáticas y de  educación que desarrollan CEPAL, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), este último fortaleciendo el enfoque de género y equidad. La CEPAL –dijo- ha creado  diagnósticos para la prevención y mitigación de riesgos hidrometereológicos en los mismos municipios, con participación ciudadana en la prevención y mitigación de riesgos hidrometereológicos, y agregó que Oaxaca puede solicitar la implementación de estos programas. La Conferencia Internacional Gestión de Riesgos de Desastres en el Sector de Agua y Saneamiento que concluye este jueves, es un esfuerzo coordinado del Banco Mundial y el Gobierno de Estado de Oaxaca, a través de la Secretaría de las Infraestructuras y el Ordenamiento Territorial Sustentable (SINFRA), con el objetivo de identificar una agenda para lograr la efectiva implementación de políticas y prácticas de gestión de riesgos de desastres en la prestación de los servicios de agua potable y saneamiento en la región.