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Restaura INAH Capilla del Santo Cristo de Tlacolula

Jueves 07 de julio, 2011.
03:09 pm
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  Oaxaca, México.- Singular por sus muros rebosados de relieves dorados e imágenes religiosas, la Capilla del Santo Cristo, en el municipio de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca, es una de las expresiones barrocas más importantes de esa entidad, que está siendo sometida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) a un proceso de restauración, encaminado a su puesta en valor. El oratorio, adosado a la nave principal del Templo de la Asunción, fue construido por la misión dominica en el siglo XVI, y actualmente se le aplican tratamientos de fumigación, limpieza de suciedad, estabilización, recuperación de color y atención de fisuras de seis retablos, además de la restauración de 20 pinturas de caballete y nueve esculturas. La decoración del inmueble histórico y las obras corresponden a los siglos XVII, XVIII y XIX. El proyecto de restauración integral de la capilla de Tlacolula —ubicada a 38 km de la capital oaxaqueña— fue presentado formalmente por Lilia Rivero Weber, coordinadora nacional de Conservación de Patrimonio Cultural (CNCPC), y Nelly Robles, delegada del Centro INAH-Oaxaca, a las autoridades municipales, al párroco Salvador Cruz y a la Junta Vecinal “Comité Pro-Restauración de la Capilla del Señor de Tlacolula”, integrada por representantes de la comunidad. Ahí, la restauradora Lilia Rivero comentó: “desde 2009 que venimos a este lugar determinamos que era muy importante que el INAH, como parte de sus labores de conservar, proteger y difundir el patrimonio cultural, trabajara en Tlacolula, localidad que además del valioso patrimonio inmaterial que preserva, tiene esta destacada joya arquitectónica del arte barroco que hay que poner en valor. “En este sentido, el año pasado expertos del INAH llevaron a cabo un diagnóstico para determinar el estado de conservación de la Capilla del Santo Cristo, a partir del cual se elaboró un proyecto integral de conservación y restauración, que se llevará a cabo con una inversión de 3.7 millones de pesos, aportados por el INAH, autoridades municipales y la sociedad vecinal, y el cual se prevé culminará a principios de 2012”, explicó la funcionaria. Lilia Rivero destacó que la puesta en valor de la capilla se realiza con el apoyo de las autoridades municipales, así como de la comunidad que ha estado al tanto del minucioso trabajo de los restauradores y de los visibles avances. En su intervención, el restaurador Salvador Guillén Jiménez, quien coordina los trabajos de restauración, abundó que “dicho diagnóstico arrojó que los seis retablos barrocos presentan pérdida de color, fisuras y ataque de termitas, factores que impiden la correcta apreciación de las tallas y de la decoración, pero afortunadamente la estructura primaria de estos altares se conserva en buen estado. “Asimismo, las esculturas y relieves de estos retablos tienen acumulación de polvo, pérdida de color y elementos faltantes, mientras que sus pinturas presentan problemas de tensión y oxidación de barniz”, abundó. Los trabajos de restauración de la capilla, dijo, comenzaron el mes pasado con el registro de los deterioros; luego se procedió a fumigar el inmueble a fin de eliminar termitas que afectaban los retablos de madera. “Una vez realizada la fumigación se prosiguió con la intervención de tres retablos ubicados en el transepto (parte media del oratorio) que posiblemente datan del siglo XVIII y están colocados sobre otros de yesería del XVII, de los cuales aún se conservan restos. Al finalizar este trabajo se continuará con los tres retablos restantes. “Las tareas de rehabilitación consisten en eliminación de polvo superficial, así como en limpieza química que se hace con solventes orgánicos; a la par, se consolidan y reponen elementos faltantes con injertos y forros de cedro, y en el caso de los resanes pequeños se realiza con pasta de polvo  de madera y cola animal (pegamento). Finalmente, se reintegrará el color y en los dorados se evaluará la pertinencia de utilizar micas u hoja de oro”, explicó el restaurador Guillén Jiménez. En los que respecta a la atención de las 20 pinturas de caballete, abundó a un lado de la capilla se instaló un taller de restauración, donde ya se atiende a ocho de éstas —que son las de menor tamaño y forman parte de los retablos del transepto del inmueble. Posteriormente, dijo, serán restauradas las 12 obras restantes, entre las que  destacan las conocidas como Cristo de la columna y La Verónica, en las que se hará el retensado de los lienzos, mediante la colocación de bandas perimetrales de lino y, de ser necesario, sustitución de bastidores; además, se fijará la capa pictórica, se resanarán faltantes con una pasta de carbonato de calcio, para finalizar con la reintegración de colores originales. En caso de roturas se aplicarán parches de lino e injertos, apegándose lo más posible a la técnica original de factura. Además de las obras pictóricas, también se recuperarán los tonos originales del altar (verdes y ocres) y se limpiará la baranda de madera cubierta con hoja de plata que data de 1798. El restaurador Salvador Guillén indicó que para este año se tiene contemplado finalizar la restauración de los seis retablos principales y la veintena de pinturas de caballete. “Luego se iniciará la intervención de las decoraciones que hay en la cúpula, la bóveda, muros, arcos y columnas de la nave y el crucero. “Para inicios del próximo año continuarán los trabajos con las decoraciones faltantes, así como la intervención de las nueve esculturas. También se atenderá el retablo principal, que es el único de estilo neoclásico de la capilla y data del siglo XIX”, indicó el restaurador del INAH. Además, el trabajo en las esculturas —de madera policromada, de vestir  y estofados— implicará el retiro de polvo, la estabilización de las partes que lo requieran y resanes con pasta de carbonato de calcio, así como la recuperación de color, abundó el experto. “La talla del Señor de Tlacolula (hecha en el siglo XVIII con pasta de caña policromada), es la imagen principal de la capilla, y en ella la restauración constará en el retiro de polvo y estabilización de uniones, por ejemplo, la parte de los hombros que es una área de carga; además se le harán consolidaciones y fijados de la capa pictórica”, concluyó el restaurador.
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