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Cumple Francisco Toledo su 71 aniversario

Domingo 17 de julio, 2011.
11:23 am
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Javier Rodríguez A/Conaculta Oaxaca, México.- Francisco Toledo nació en Juchitán, Oaxaca, el 17 de julio de 1940; es considerado como uno de los pintores más destacados del país, gracias a que ha trabajado con extraordinario colorismo la acuarela, el óleo, el gouache y el fresco.      A sus 71 años, Conaculta destaca su labor y aportes a la cultura plástica del país; ha incursionado de igual manera en la litografía, el grabado, el diseño de tapices, la cerámica o la escultura en piedra, madera y cera.      En sus trabajos, siempre busca renovar formas y técnicas. Además, es un artista comprometido con sus orígenes indígenas, es uno de los máximos promotores de la defensa del patrimonio artístico del estado de Oaxaca.      Desde su infancia, Francisco Toledo demostró habilidad para el dibujo; su padre alentó esa temprana tendencia al acceder a que utilizara las paredes de la casa para plasmar sus ideas.  [caption id="attachment_115689" align="alignright" width="300" caption="Foto: Lilia Torrentera"][/caption] Su abuelo Benjamín, zapatero del pueblo de Ixtepec, multiplicó su imaginación con salidas campestres en busca de resina vegetal, en las que le contaba relatos populares en los que los seres fantásticos se entremezclaban con todo tipo de animales y personajes legendarios.      A los once años se instaló en la capital de Oaxaca, para cursar la escuela secundaria, y después en el Distrito Federal, para tomar clases en el taller de grabado de la Escuela de Diseños y Artesanías.      Llegó a esa escuela con la experiencia de haber realizado sus primeros grabados en el taller oaxaqueño de Arturo García Bustos. Con apenas diecinueve años, expuso sus obras en México y en Fort Worth, Texas.      El gran contraste y el mestizaje enriquecedor surgieron en su obra entre los años de 1960 y 1965, cuando Toledo vivió becado en París para estudiar y trabajar en el taller de grabado de Stanley Hayter.       A los tres años de estar en Europa presentó su primera muestra en una galería parisina; un año más tarde expuso en Toulouse, pero también en la Tate Gallery de Londres -con catálogo escrito por Henry Miller-, y en Nueva York.       Regresó a México con una técnica pictórica depurada que no dejaría de enriquecer, así como con la influencia de ideas plásticas de artistas de distintas escuelas europeas, como Alberto Durero, Paul Klee o Marc Chagall.       Pero su mayor influencia provino de los códices que recogieron los símbolos prehispánicos, por lo que el artista se convirtió en una especie de tlacuilo, un moderno pintor de códices, un chamán dispuesto a purificar el espíritu.      Toledo recupera técnicas antiguas e investiga con otras nuevas, tanto en la pintura como en la escultura y la cerámica. Diseña tapices que realiza con los artesanos de Teotitlán del Valle.       El color y la riqueza étnica y cultural de Oaxaca catalizan su creatividad y su obra, como la de tantos otros artistas plásticos locales y extranjeros.       De las técnicas que emplea Toledo, destacan el modo obsesivo con que trabaja las texturas y los materiales, tales como la arena o el papel amate, así como la maestría con la que materializa su creación.      Con esos recursos consiguen el efecto de que su obra parezca vibrar como si la criatura híbrida de animal y hombre, o el insecto, o la iguana, o cualquiera de sus seres tropicales, pugnaran por cobrar vida real.       Esa sensación inquietante que percibe el observador, acaba por meterlo  en el realismo fantástico del autor. [caption id="attachment_115688" align="alignleft" width="300" caption="Foto: www.50mm.mx"][/caption] Los animales a través de los que Toledo refleja su apreciación estética de la naturaleza, pero no se asocian con la belleza, sino con insectos, serpientes, sapos, iguanas, murciélagos...       Seres a la vez fantásticos y juguetones, con un humor acre y delirante recorre cada pincelada de sus lienzos o cada incisión de su buril, para dejar un rastro de crudo y juicioso estudio social.      Observador, crítico y ecologista, su obra es también una denuncia de la deforestación y la destrucción de la naturaleza.       Tanto su estilo como su forma metafórica de representar el mundo crearon escuela, sobre todo entre los pintores oaxaqueños, y muchos son los que pintan como Toledo. Pero su obra y su personalidad son únicas.       Francisco Toledo fundó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca que cuenta con el mayor acervo de obra gráfica de creadores internacionales y una completa biblioteca de arte.      Además edita El Alcaraván, una revista imprescindible en el mundo del grabado.      Promovió también la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), inaugurado en 1992 y ubicado en la denominada Casa de Cortés; el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y el Museo de los Pintores.      También impulsó la restauración del emblemático monasterio agustino donde funciona ahora el Centro Cultural Santo Domingo. Con su biblioteca, rescató también las labores de encuadernación y cuidado de los libros.      Toledo creó en Etla, cerca de la ciudad de Oaxaca, un Taller de Papel de materiales orgánicos que da trabajo a la población y rescató parte de una factoría de hilados.      En la ciudad, abrió un cine club gratuito, El Pochote, con muros recubiertos con bajorrelieves de su autoría.       Impulsa el mundo cultural y las posibilidades artísticas de los invidentes con bibliotecas, exposiciones palpables o escuelas de arte y fotografía; lleva libros a las cárceles.      Al frente de la organización Pro-Oax, recupera ex conventos, logra canalizar y tratar aguas negras, o encabeza en la calle movimientos para defender las tradiciones y la comida oaxaqueñas.      Lo mismo se opone tenazmente a la apertura de una tienda de hamburguesas  en la plaza central de Oaxaca, donde organiza tamalizas o reparte tortillas de maíz criollo para mostrar el valor culinario local frente a las compañías multinacionales o los alimentos transgénicos.       Francisco Toledo se ha convertido, como su obra, en símbolo y expresión de los más profundos mitos de México.

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