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Promueven aplicación de nuevas técnicas de conservación para acervos

Domingo 28 de agosto, 2011.
09:00 am
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Oaxaca, México.- El uso de fungicidas basados en la semilla de toronja, o que se aplican mediante aparatos nebulizadores que usan enfermos de asma, son sólo algunos de los tratamiento por los que han optado en los últimos años restauradores y especialistas en archivos bibliográficos, para contrarrestar el ataque de hongos en libros de fondos antiguos de los siglos XVI al XIX. Estas novedosas técnicas para la atención del patrimonio documental del país, fueron dados a conocer por el restaurador Ricardo Paquini Vega, conservador del Fondo Antiguo y Colecciones Especiales de la UNAM, al participar en el Coloquio para Caracterización y Tratamiento de Hongos en Libros de Fondo Antiguo, que se realizó la víspera en el Museo Nacional del Virreinato, en Estado de México. En el foro, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), junto con la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM, el especialista destacó las ventajas de este tipo de tratamientos, que además de mostrar efectividad en el combate de plagas en acervos antiguos, son de bajo costo y no afectan al ambiente. Durante el coloquio, que permitió dar a conocer estudios sobre la identificación de microorganismos, propuestas de tratamiento para su combate, medidas de conservación preventivas y mecanismos de seguridad e higiene para el manejo de acervos bibliográficos, Paquini Vega comentó que en México ha comenzado a surgir una cultura de la conservación de estos materiales, no obstante que la formación de especialistas aún es escasa. “La Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH imparte un seminario de restauración y encuadernación del libro antiguo, del que cada año egresan una decena de restauradores especializados. Somos muy pocos, sin embargo, también hay algunos técnicos formados en otras instituciones que buscan atender este vasto patrimonio”. Al impartir la conferencia Medidas preventivas y correctivas para el tratamiento de los libros afectados por hongos, el restaurador egresado de la ENCRyM comentó que en la adopción de nuevos tratamientos se ha optado por técnicas más ecológicas, como el uso del citricidin. “Se trata de un fungicida que se extrae de la semilla de la toronja, el cual ha resultado muy benéfico, ya que las colecciones sometidas a este tipo de fumigación siguen estables. El citricidin se diluye en alcohol y se aplica mediante la técnica de hisopo directamente en el sitio donde estuvo la colonia. La única desventaja es que se mantiene la huella donde estuvieron estos hongos, pero ya no siguen activos”. Detalló que otra técnica es la nebulización, que recurre a los aparatos nebulizadores que utilizan los enfermos de asma. “Creamos una nube de fungicida alrededor del área afectada que cae directamente sobre el papel. Esto ayuda a que las fibras no se hinchen demasiado y también se elimina la colonia de hongos”. Tras comentar que estas técnicas se han aplicado en los acervos del Fondo Antiguo de la Biblioteca Central de la UNAM, Ricardo Paquini señaló que son métodos novedosos, en particular la del nebulizador, que no tiene arriba de cinco años de haber sido adoptado, además de que no implican grandes costos, pues un aparato de este tipo se vende en el mercado desde los 450 hasta los mil 500 pesos. Por su parte, la restauradora Xochipilli Rossell Pedraza, responsable del Departamento de Conservación del Museo Nacional del Virreinato (MNV) —que resguarda un fondo bibliográfico con volúmenes que van de los siglos XVI al XIX—, comentó que el coloquio surgió a partir de un convenio con la FES Cuautitlán, que tiene una Unidad de Investigación de Granos y Semillas que se especializa en el problema de los hongos. “Ellos conocen las mejores técnicas y procedimientos para combatir el problema que causan los microorganismos en los fondos documentales, por lo que decidimos organizar este encuentro que ayude a los especialistas a la óptima preservación de los materiales históricos, a partir del establecimiento de un protocolo de conservación”. Con respecto al estado de conservación del fondo antiguo que resguarda el MNV, aseveró que es bueno, aunque algunos ejemplares sí han sufrido el ataque de hongos, lo que vuelve urgente la aplicación de un tratamiento para su preservación. Añadió que los efectos más visibles son las manchas y la degradación del material, por lo que los volúmenes afectados han tenido que ser separados del resto de los libros para evitar la propagación de los hongos. Rossell Pedraza añadió que se trata de un problema muy severo que es necesario detener a tiempo, antes de que el daño se vuelva irreversible, ya que se trata de documentos de gran importancia histórica, muchos de ellos considerados auténticos tesoros por su antigüedad y temática. Agregó que como medidas preventivas, el MNV implementa un sistema de control de humedad y temperatura, que son factores básicos para la mejor preservación de los ejemplares, además de evitar el contacto directo mediante el uso de guantes y cubrebocas. La Biblioteca “Pedro Reales” del MNV alberga una colección de cuatro mil ejemplares en el fondo antiguo, que datan de los siglos XVI al XIX, impresos en distintas ciudades europeas y novohispanas, así como una colección de 94 libros de coro. Las temáticas de los volúmenes son diversas, van desde el derecho canónico, hasta la filosofía, hagiografía (historia de la vida de los santos), historia eclesiástica, homilética (alusivo a homilías o sermones), mariología (sobre la vida de la Virgen María), sagradas escrituras, literatura, física, medicina, geografía, gramática y diccionarios. Entre los participantes en el coloquio también estuvieron José Luis Osorio Juárez, a cargo del Archivo General y del Consejo de la Judicatura Federal; la química farmacéutica bióloga Juana Oropeza Esquivel, de la UNAM; Rosa María Escobedo, coordinadora de bibliotecas y hemerotecas de la FES Cuautitlán; el restaurador Gilherme Fracornel, especialista en fotografía; y la bióloga Elva Bazán Mora, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, entre otros.
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