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El "Códice Sierra" de Oaxaca revela conquista pacífica

Lunes 05 de septiembre, 2011.
09:00 am
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  Oaxaca, México.- Un manuscrito de casi 500 años de antigüedad, en cuyo contenido se registraron los gastos de una comunidad mixteca del siglo XVI —extinta y que habitó en lo que hoy es Oaxaca—, es considerado una prueba documentada del proceso de aculturación indígena, una generación después de la llegada de los españoles. Se trata del Códice Sierra Texupa, uno de los pocos ejemplares originales de ese periodo que se conservan en México. “Elaborado entre 1551 y 1564, este documento es único en su tipo, refiere a un libro de cuentas que además de testimoniar la existencia de la localidad de Santa Catalina Texupa, demuestra el contrapunto de la Conquista, mediante la aceptación de la parafernalia cristiana, a través de la adquisición de objetos eclesiásticos de uso cotidiano y la construcción de una iglesia. “Es uno de los testimonios más claros de la adaptación indígena a la realidad de la dominación española”, destacó Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, al dictar la conferencia El Códice Sierra. Una conquista cultural aceptada, como parte de un ciclo organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), en el marco del 490 aniversario de la caída de Tenochtitlan. En el códice  —escrito en náhuatl con caracteres latinos— se detallan los gastos que asumía la comunidad para la celebración de fiestas religiosas cristianas, reuniones de gobierno, el desarrollo de costumbres civiles y eclesiásticas, entre otros temas, lo que revela el momento en que son adoptados apenas una generación después de la llegada de los españoles, explicó el historiador. Este documento pictográfico, el único en su tipo encontrado hasta ahora, dijo Rueda Smithers, permite vislumbrar el rápido proceso de occidentalización de una comunidad de la Mixteca Alta, y cómo se fueron adoptando elementos materiales traídos por los conquistadores en el ámbito de la cultura. “Lo más notable de ese proceso colonizador es la adaptación del espacio sagrado, es decir la construcción del ambiente físico cristiano, la iglesia, así como la fabricación, compra y uso de los objetos de ornamentación eclesiástica”. De acuerdo con el director del Museo Nacional de Historia, este manuscrito fue creado en el poblado mixteco, prueba de ello es que en su interior se anotó la adquisición de papel y tinta para la creación del libro, la nueva manera de dejar memoria escrita. El antiguo documento consta de 62 hojas de papel europeo, cuya medida del folio es de 30.7 por 21.8 cm. La narración está hecha en textos y pictografías, cuyos colores —obtenidos de pigmentos naturales— conservan su intensidad hasta hoy. El Códice Sierra, resguardado en el fondo restringido de la Biblioteca Histórica “José María Lafragua”, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, llegó en 1828 al museo de la Academia de Bellas Artes de Puebla, probablemente junto con la donación de otras antigüedades. Respecto al poblado de Santa Catalina Texupa —según los primeros estudiosos del códice en 1906 y 1933, hechos por los historiadores Nicolás de León y Federico Gómez Orozco, respectivamente—, hacia los siglos XV y XVI éste se situaba en la Mixteca Alta, en el actual estado de Oaxaca, hoy identificado como una ranchería cercana al pueblo de Santiago Tejupa o Villa de la Unión. De acuerdo con Salvador Rueda Smithers, “Nicolás de León acotó que Santa Catalina existía todavía en el siglo XVIII, sin embargo, poco tiempo después los sonidos de sus campanas, la música de sus fiestas y la voz de sus habitantes dejaron de oírse. Hacia finales del siglo XIX no había más memoria del pueblo que el Códice Sierra y quizá algunos documentos sueltos”. Sobre el contenido del documento colonial, entre los gastos más notables se da cuenta de la adquisición de una campana en 1558, la cual costó 740 pesos y cuatro tomines (1/8 de peso), el más alto plasmado en el códice; la compra de 80 petates labrados de colores, en 1560, quizá utilizados para que los feligreses se sentaran en la iglesia —lo que se considera debido a que no se especifica la obtención de bancas o sillas—. Lo anterior refleja cómo fue ese recinto y la capacidad que tenía; el códice también refiere sobre la compra de instrumentos de viento para celebración de las misas. Otras de los gastos que contiene este manuscrito colonial, además de los gastos religiosos, son la constante adquisición de larvas y plantas de morera para el cultivo de la seda y el pago de un productor español, quien orientó a la población en la crianza del gusano. “Este manuscrito se conservó casi completo, aunque algunas de sus hojas parecen faltar y otras tienen mutilaciones en sus dibujos y texto. Su contenido escueto y sin narración continua, descubre las circunstancias de la invasión de las cosas, los objetos que fueron incorporando en un mundo que cambiaría muchas de sus formas y la totalidad de sus pensamientos”, concluyó el historiador del INAH, Salvador Rueda. El ciclo de conferencias Ecos de la Conquista se lleva a cabo en el Museo Nacional de Antropología; la próxima ponencia —que se efectuará el próximo 8 de septiembre— lleva el título La presencia de la Malinche en la conquista de Tlaxcala y Cholula”, que será dictada por Luis Barjau, investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH.

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