Comunidades rurales y pueblos originarios de Oaxaca en lacerante marginación: Max Vargas

Oaxaca, México.- “A 97 años de la promulgación de la Ley Agraria y dadas las condiciones de pobreza que de manera particular registra la zona rural oaxaqueña en la región de la Mixteca, indudablemente que son motivo para continuar por la lucha social en el campo”, subrayó el parlamentario Max Vargas Betanzos. Nativo de esta zona, una de las regiones de Oaxaca y que al igual que los estados de Guerrero y Chiapas, registran una lacerante marginación y consecuente migración, enfatizó que al igual que las comunidades de la Mixteca alta y baja, otras demarcaciones del Estado también comparten con otros pueblos originarios su tristeza e inconformidad ante la lacerante marginación y pobreza que aún se encuentran.   La celebración de un aniversario más de la Ley Agraria, atajó, indiscutiblemente debe motivar no sólo a los legisladores sino a los servidores públicos de los diversos niveles de gobierno para coadyuvar y asumir un compromiso apartado de intereses partidistas o políticos, a efecto de avocarnos al fortalecimiento de la producción y productividad agropecuaria pero con sentido social, esto es, con el fortalecimiento del Ejido y la Comunidad. “Resulta por demás lamentable, que la mayoría de la población inscrita en nuestras regiones rurales e indígenas subsisten en pobreza y pobreza extrema, lo que significa que su situación es cada vez más crítica”. Por ello, Vargas Betanzos, lamentó que las políticas públicas de la administración federal continúen privilegiando el interés de una minoría de productores agropecuarios privados, incluso transnacionales, con la argucia de una presunta mayor competitividad y rentabilidad económica. Esto, atajó, únicamente ha propiciando que se ignore a nuestros productores y campesinos, al igual que se ignoren sus esquemas de agricultura de auto subsistencia, tanto en ejidos como en comunidades agrarias, haciendo a un lado la importancia de la soberanía alimentaria como expresión viva de la realidad del campo y necesarias para la estabilidad social y el desarrollo de la Nación Mexicana. Es preocupante, insistió que en las zonas rurales y urbanas día con día se está empobreciendo el campo mexicano, de ahí que resulte de suma urgencia construir una nueva estructura productiva partiendo de la propiedad social de la tierra. La realidad del campo mexicano, es evidente, encontramos pobreza, desigualdad, minifundismo, vaciamiento y migración en el agro, pérdida de soberanía alimentaria, así como exclusión y pobreza extrema en las comunidades de los pueblos indígenas, a la cual se suman rezagos históricos no superados, conflictos agrarios con muertes inútiles; todo ello tan lejos de los objetivos que se propusieron los revolucionarios de principios del siglo pasado que soñaron con un México con justicia agraria para bien de las familias campesinas. Los tres niveles de gobierno deben brindar a las regiones de baja, muy baja, mediana, alta y muy alta marginación de Oaxaca acciones de transferencia tecnológica e infraestructura productiva a la par de proyectos de desarrollo que partan de las micro regiones y que reactiven la economía interior. El presidente de la Comisión de Asuntos Migratorios, puntualizó que sólo de esta manera pueden brindarse alternativas a las mujeres productoras así como a los campesinos oaxaqueños para apuntalar su autosuficiencia alimentaria y con ello, concluyó, evitar su emigración ante los abismos de marginación, pobreza y desigualdad en el que subsisten hoy a 97 años de la promulgación de la Ley Agraria.