Derechos de autor, para compositores de cine: Eduardo Gamboa

Oaxaca, México.- Durante su participación,  en el Laboratorio de Música para Cine, el compositor Eduardo Gamboa, afirmó que el creador de bandas sonoras debe tener una formación académica musical sólida para conocer los diversos géneros y contrastes que puede llevar una obra para la pantalla. “El solfeo, el contrapunto, la armonía, las constantes sesiones de escucha, son elementos que deben vestir los cimientos de un compositor de películas, porque eso no sólo va a enriquecer su trabajo sino lo va a facilitar”. Formado por el célebre compositor Joaquín Gutiérrez Heras y autor de bandas sonoras de películas como La máscara del zorro, protagonizada por Antonio Banderas, Gamboa se definió como un tutor no teórico dentro del laboratorio organizado en la Fonoteca Nacional. El músico dirigió su charla hacia el tema de los derechos de autor y los contratos que debe firmar un compositor, que se basan en los derechos morales, patrimoniales y de sincronización par la explotación comercial. Mencionó que los derechos morales van a pertenecer siempre al compositor, mientras que los patrimoniales se pueden negociar cuando se hace la música para el cine. “La ley tiene desafortunadamente artículos muy ventajosos para los productores, por ello un aspecto que nos conviene a los compositores es la creación de licencias de uso y explotación y obra musical para ser sincronizada para determinado proyecto, una leyenda legal que siempre debe ir a la cabeza de un contrato”. Dijo que en este ámbito puede haber licencia exclusiva y no exclusiva, tomando en cuenta que con la segunda la banda sonora se puede volver a utilizar para otro proyecto. “Obviamente hay una parte ética y un compositor no va a volver a utilizar esa música para otra película, pero sí va a poder usarla, por ejemplo, para un concierto o un proyecto de otro tipo”. Mencionó que en los contratos de los compositores de cine se deben evitar los términos como “obra por encargo”, pues esto predispone que la obra va a ser desde el principio casi universales para aquella película que adquiere los derechos patrimoniales. “Hay casos muy graves en el que un compositor pierde los derechos de su música y después los productores la recortan y la utilizan no sólo para otras producciones, sino incluso para comerciales, y por ello obviamente no se recibe dinero”. Explicó que el compositor de películas tiene el derecho de recibir dos tipos de regalías, la de ejecución pública y la de derechos fonomecánicos, a través de una sociedad de gestión pública. “Yo lo que hago es elaborar dos contratos, una con los derechos de licencia y sincronización de la banda sonora y otro como productor musical, pues en países como México los autores no sólo se encargan de realizar las composiciones, sino de elaborar y grabar a nivel técnico”. Afirmó que los compositores cuando empiezan a trabajar no se inscriben en ninguna sociedad de autores, sin saber que a menudo sus regalías por explotación internacional llegan  a estas sociedades, siendo posible su repartición a terceros después de tres años de no ser reclamadas. Dijo también que otro punto que debe ser muy cuidado es el de los derechos editoriales, pues muchas veces aunque un compositor sea completamente dueño de sus composiciones, si no tiene una editorial o está amparado por una de estas, los derechos adicionales de la explotación de su música se perderán en un limbo. “Lo importante es investigar todos los puntos que nos pueden hacer vivir de nuestro trabajo. Yo cuando hice la música para La máscara del zorro no había investigado mucho, fue por ello que después decidí crear mi propia editora para recibir a través de ella el fruto de mi trabajo”. Y agregó: “La ley dictamina que en el caso de las obras audiovisuales el dueño de la película es el productor, el hecho de que nosotros protejamos nuestra música no les afecta en nada, por eso se debe avanzar en México en el tema del respaldo de los derechos para el beneficio y sobrevivencia de nuestro gremio”.