Certezas y oportunidades del cambio climático en México

Oaxaca, México.- Cada persona tiene demandas particulares. Cuatro quintas partes de la población mundial viven con un dólar o dos diarios. En octubre del año pasado la ONU celebró el nacimiento 7 mil millones. En México somos 8 millones de personas más de lo estimado para el Censo de población y vivienda 2010. ¿Qué pasa con el costo social, económico y ambiental de cada uno de los habitantes de este planeta? La conferencia titulada “Después de la crisis económica, ¿el mundo en peligro? Certezas y oportunidades del cambio climático”, presentada por el director de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), el licenciado Fernando Macotela, fue dirigida por el doctor José Sarukhán (Ciudad de México, 1940), rector de la máxima casa de estudios del país durante el periodo de 1989 a 1996. El título de esta plática sugiere la pregunta: ¿qué va a suceder después de la crisis? La respuesta es contundente: “La crisis no se va a acabar por varias razones globales, y la más importante es que tenemos un sistema financiero y económico totalmente dependiente de un tipo de mercado y producción con un movimiento de bienes insostenible”, explicó el doctor en Ecología por la Universidad de Gales. Esto significa que la demanda que cada uno de nosotros hacemos diariamente, en cuanto a energía y recursos, le exigimos más al planeta. Este panorama empeora si damos cuenta de que continúa existiendo un problema de crecimiento de población exponencial, expuso el investigador del Departamento de Botánica del Instituto de Biología y del Centro de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sarukhán aludió a que el mundo es testigo del cambio climático, por lo que se puede continuar con dicha demanda de bienes, pero de tal forma que no tenga los efectos que ha tenido hasta ahora; por eso “dicha crisis no se acabará hasta que se cambien profundamente los modelos sobre los cuales nos estamos desarrollando”, subrayó. Además, dado que la industria petrolera y automovilística son las que generan mayor emisión de dióxido de carbono (CO2), sugirió que es necesario reactivar el sistema ferroviario del país que se encuentra abandonado. Reabierto por el Estado mexicano, con él se dará oportunidad de trabajo para tantos mexicanos que no la encuentran en el país, aunado a la reducción de gases tóxicos. No obstante, es necesario “la voluntad y visión del gobierno y los empresarios mexicanos”, subrayó. Al respecto, el director de la Facultad de Economía de la UNAM, el doctor Leonardo Lomelí, dio a conocer que en dicha carrera ya existe la especialidad de Economía ecológica y ambiental que promete atender estas necesidades. También Sarukhán sugirió introducir con mayor eficacia el uso de las energías renovables, como la solar y la eólica. Refirió al caso de Alemania en donde, aun cuando su clima tiende a ser nublado, es el país con mayor aprovechamiento de energía solar de todo el mundo. A su vez, hizo énfasis en que la solución está en cada uno de nosotros al informarse acerca de lo que está aconteciendo y hacer el cambio de actitud necesario para que esto cambie a profundidad; de lo contrario, “las futuras generaciones tendrán la información, pero no el tiempo”, concluyó.