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El cine, ventana para descubrir la naturaleza humana: Alfredo Joskowicz

Viernes 06 de julio, 2012.
01:59 pm
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Oaxaca, México.- "Llega un momento en que todo cineasta se cuestiona el significado de las imágenes en movimiento, acerca de las razones que llevan al ser humano a crear metáforas con esas máquinas del tiempo que son las cámaras de cine".

Así lo expresaba Alfredo Joskowicz en una entrevista concedida a Conaculta, en la que reflexionaba desde el punto de vista filosófico y existencial acerca del oficio cinematográfico al que había dedicado gran parte de su vida.

El cineasta, decano de varias generaciones de realizadores, quien falleció este jueves 5 de julio, fue una pieza clave en el desarrollo de la industria cinematográfica nacional.

"Para mí el cine surgió de la búsqueda de esas imágenes personales que no pueden ser explicadas. De hecho, mi primera intención fue ser dibujante y pintor, y el cine llegaría tiempo después".

Joskowicz recordaba que el cine siempre significo para él una ventana mágica, un universo aparte donde descubría metáforas que lo ayudaban a explicarse muchas cuestiones de la naturaleza humana.

"Esa fue en parte la razón por la que también me acerque a la critica cinematográfica, pues encontraba en el análisis de las películas una manera de disfrutarlas doblemente, y a veces en esa disección que hacia de las secuencias, los diálogos y las personalidades de los personajes, hasta encontraba nuevos significados".

El cineasta recordó que comenzó a estudiar la carrera de cine cuando ya estaba casado y tenía la responsabilidad de mantener hijos y una casa.

"El acercarme a los procesos de producción, de creación de las historias, de la composición de la imagen, fue un paso más para entender esa ventana fascinante del cine a la que termine por dedicar mi vida. A mediados de los años sesenta, cuando el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos comenzaba sus labores, me encantó integrarme a su plan de estudios".

De esas clases, Joskowicz recordaba que existía el planteamiento de adentrarse en las estructuras artísticas de las películas más que en lo técnico, recibiendo clases de personas como García Riera, Jorge Ayala Blanco, Salvador Elizondo e incluso Rosario Castellanos.

"A menudo nos embarcábamos en discusiones filosóficas y hasta comparábamos al cine con el pasaje de La Caverna de Platón, donde un grupo de privilegiados proyectaba sombras en una pared; yo no estaba tan de acuerdo, porque en esa referencia las luces y las sombras se usaban para manipular, en cambio en el cine es para enriquecer el alma y abrir ventanas a otras realidades".

Por esa sólida formación, el cineasta sería invitado en años posteriores a participar en los principales proyectos de formación cinematográfica que emprendió el país, siendo director del Centro de Capacitación Cinematográfica, del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y del Instituto Mexicano de Cinematografía.

"Fueron también años muy convulsos porque había mucha grilla en el medio, había confrontaciones para ser elegido, para ganar espacios, para plantear programas académicos, se dice que los cineastas tienen un gran ego, y en esos años sin duda se evidenció".

A la par de ello, recordaba otros años oscuros en la cinematografía nacional, cuando muchos cineastas y directivos fueron perseguidos por el conflicto del Banco Cinematográfico.

"Lo que puedo decir es que la lucha por forjar una cadena que incluya formación cinematográfica, apoyo a la realización, infraestructura técnica e incluso distribución, es algo que a los cineastas nos ha costado sangre y lágrimas. Las nuevas generaciones muchas veces no saben los sacrificios que tuvieron que hacerse para lograr la libertad y respaldo del que hoy disfrutan".

En este sentido, el decano aseguraba que en la defensa de nuestra cinematografía siempre había que estar alerta, pues los altos costos económicos que necesita el cine para hacerse realidad, a menudo amenazan su supervivencia.

"Nunca falta quien piense que la cinematografía de un país es un gasto superfluo, cuando en realidad representa el rostro de una nación hacia el mundo, muchas veces entre naciones nos conocemos mas por nuestro cine que por cualquier otra cosa, porque a fin de cuentas son pocas las personas que tienen la oportunidad de viajar, y las películas son ventanas, no solo a lo geográfico, sino al alma misma de un pueblo".

Al momento de la presente entrevista, el cineasta se mostraba preocupado por los intentos de diversos sectores por desaparecer al Centro de Capacitación Cinematográfica, y a momentos respondía llamadas telefónicas en las que dejaba en claro su rechazo a aquella imposición.

"Lo digo, nunca falta quien vea en el cine una perdida de dinero y una carga para los presupuestos del país, cuando en realidad es una de las actividades que mas retribuye, tan hay que poner atención en las cifras que generan las industrias culturales a nivel mundial en este sector".

Y agrego: "Yo sueño con ver que algún día la equidad entre lo que producimos y lo que exhibimos sea una realidad. La distribución sigue siendo un embudo con muchos intereses. Pero hay esperanza porque cada vez se hacen mejores películas, figuramos en los mejores festivales del mundo. La distribución tiene que llegar, espero vivir para ver el día  que  nuestra cartelera no sea 90% cine gringo, sino más de la mitad de cine nacional".

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