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Emiliana Cruz, indígena chatina de migrante a académica

Martes 10 de julio, 2012.
09:00 am
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Ernestina GAYTÁN/CIMAC
Oaxaca, México.- Emiliana Cruz es una indígena chatina que viajó “de mojada” a Estados Unidos con el objetivo de ahorrar dinero, pero culminó un doctorado en antropología lingüística y ha cumplido el ideal de elaborar el alfabeto de su lengua materna.
Para obtener sus grados académicos en universidades de Estados Unidos, e impulsada y guiada por lingüistas como Joel Sherzer Nora England y Tony Woodbury, Emiliana hizo la fonología y las funciones de los tonos de la lengua chatina de San Juan Quiahije, su pueblo natal ubicado a cuatro horas de la costa oaxaqueña.
Su investigación es relevante para Oaxaca, ya que es el estado con el mayor número de grupos indígenas en México (16), los cuales conservan idiomas e innumerables variables que se distinguen por sus tonos, pero en su gran mayoría carecen de alfabeto, es decir, se han conservado únicamente por la oralidad.
Emiliana, llamada así en honor del revolucionario Emiliano Zapata, es hija de Isabel Cruz y del líder social Tomás Cruz Lorenzo, asesinado en 1989. Isabel y Tomás enseñaron a sus hijos (Tomás, Yolanda, Carlos, Raquel, Hilaria y Emiliana) el orgullo de ser indígenas, sin el estigma de sentirse ni “pobrecitos” ni inferiores.
Esa manera de ver la vida sembró en Emiliana Cruz la inquietud de querer escribir el idioma de sus antepasados, el que conoció desde niña antes que el español (que aprendió a los 10 años de edad), o el inglés, que conoció a los 25 años. Pero no encontró respuestas en las escuelas de Oaxaca: en la preparatoria preguntaba el por qué entre las materias de idiomas no había lenguas indígenas. “¿Por qué se podían escribir otros idiomas y no el mío?”, se decía Emiliana.
Posteriormente, en un curso al que asistió en Santiago Astata, donde se habló de la importancia de las lenguas y su escritura, Cruz tomó lo mejor de la idea: poner las lenguas indígenas al mismo nivel que el español que se usa en el salón de clases y se escribe en México. Por ello abandonó la idea de ser maestra de educación indígena, para no ser una maestra más dando clases de español.
PREPARACIÓN ACADÉMICA
Tras la muerte de su padre y la necesidad económica, Emiliana se fue “de mojada” (sin documentos migratorios) a Estados Unidos, cargando a su pequeña hija Frida de tres años. En la ciudad de Oaxaca lavaba ropa para mantener sus estudios, en el vecino del norte también hizo lo propio.
No estuvo sola, llegó con familiares y amistades que le ayudaron a cuidar a su hija mientras ella trabajaba y estudiaba el idioma en una escuela para estadounidenses pobres. Fue cuando la guía de Lynnet Gutiérrez la encaminó a un plantel de alfabetización y más adelante para que aplicara en The Evergreen State College, una escuela con maestros indígenas que hablaban de la revitalización de la escritura, la oralidad y las tradiciones.
Emiliana encontró ahí su camino. Aprendió a aplicar las bases de la lingüística a su idioma y se dio cuenta que sí se podía escribir, y lo que había faltado era ese conocimiento.
Ahora cada verano, la indígena regresa a su pueblo para compartir lo aprendido. Desde hace ocho años tiene un proyecto de documentación de la lengua chatina y cuenta con un equipo de cinco lingüistas trabajando en las variedades del chatino en Zenzontepec, Tataltepec y del chatino oriental. Ella en especial se ha dedicado a trabajar con el de San Juan Quiahije.
El chatino de su pueblo ya perdió la penúltima sílaba de la lengua conservadora y es monosilábica, pero tiene 14 tonos léxicos que ella ha descifrado, y sus estudios son relevantes porque son una herramienta para estudiarlos. Asimismo, en reuniones anuales con su comunidad, Emiliana busca conformar el alfabeto que les permita a las y los chatinos escribir su idioma.
Ella les habla de los símbolos que podrían representar los sonidos, para que la población decida cómo van a representar su lengua.
RETO MAYÚSCULO
El reto es grande, porque el chatino, como muchas lenguas indígenas, no ha sido estudiado, y no se sabe cómo funciona, no se sabe qué pueda aportar al mundo, pero para Emiliana es importante para la identidad de su pueblo.
Cruz señala que las y los chatinos de San Juan Quiahije están orgullosos de empezar a escribir su idioma, como lo muestra el letrero que en la entrada de la población indica el nombre del pueblo. Otro logro fue la conformación de un diccionario de la variante conservadora de Zenzontepec con unas 12 mil entradas, y que es lo más cercano a lo que era el proto chatino, la lengua original. Esto ayudará a hacer un trabajo comparativo, y las otras variantes pueden ver cómo se hablaba el chatino más antiguo, dice Emiliana.
También contribuyó para las gramáticas de Tataltepec, Teotepec, Zacatepec y Quiahije. A más de 500 años de resistencia de las lenguas originarias, Emiliana Cruz forma parte de una generación de indígenas conscientes de la importancia de sus idiomas, y que han trabajado por revalorarla y aportar para su preservación.
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