Oaxaca recupera bienes culturales a través del INAH

  Oaxaca, México.- Un programa de valoración y conservación preventiva de bienes culturales, que se trabaja de manera conjunta con las comunidades, es el que aplica desde hace 10 años el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), mediante el cual se ha atendido la restauración de bienes culturales de más de 100 localidades, entre ellas, del estado de Oaxaca y todo el país. Pinturas, esculturas, retablos, objetos litúrgicos, pintura mural y acabados arquitectónicos, son algunas de las piezas intervenidas por parte de especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, y que son de gran importancia para las poblaciones por su significado y valor simbólico, particularmente al tratarse en muchas ocasiones de objetos de culto religioso. En la actualidad, se realizan 20 proyectos en distintas comunidades del país, entre ellos la limpieza y restauración del retablo principal de la Iglesia de la Natividad de María en Coatepec, en el municipio mexiquense de Ixtapaluca; otro es la reproducción de cinco cuadros y cuatro esculturas del Templo de San Miguel Acambay, en Hidalgo, tras el robo de estos bienes hace dos años. La restauradora Blanca Noval Vilar, responsable del Área de Atención Técnica a Grupos Sociales, de la CNCPC, comentó que este trabajo que ha hecho el INAH para atender y apoyar a las comunidades en la preservación de su patrimonio, ha mostrado “una cara muy humana” y con ello se han fortalecido los lazos con los pobladores, en pro de la preservación de sus bienes culturales. La especialista comentó que varios años atrás, los expertos restauraban obras que, poco tiempo después, nuevamente estaban deterioradas, por lo cual se tenía que atender de nuevo, lo que implicaba más gastos y la duplicidad del trabajo. A partir de esta reflexión, dijo, surgió la iniciativa de involucrar a la gente en el conocimiento y cuidado de su patrimonio, por ser ellos quienes lo usan; de este modo, se ha logrado la incorporación de las comunidades en materia de conservación preventiva, lo que conlleva también a la recuperación del legado histórico e identidad de cada localidad. “Estamos convencidos de que si no trabajamos con la gente, cualquier inversión en restauración, a la larga se pierde. Lo que se necesita primero es que las comunidades quieran colaborar con nosotros, que se comprometan en el cuidado de su patrimonio y se les otorgue la información suficiente para cumplir con dicho propósito”. Para ello, la CNCPC ha generado diversos materiales impresos —carteles y folletos— en los que se explica qué es el INAH, cómo proteger los bienes culturales que utilizan en procesiones u otras actividades, cómo evitar robos o incendios, qué hacer en caso de que suceda alguno de estos percances, y qué pasos legales hay que seguir para constituirse como grupo coadyuvante. “Se les ofrece información en un lenguaje muy accesible y los orientamos en las gestiones, es decir, en los procesos a seguir para obtener recursos económicos alternos con fundaciones o apoyo de otras asociaciones, destinados a la conservación de sus bienes culturales”. La restauradora Blanca Noval  detalló que existen diferentes niveles de atención: en ocasiones se trata de supervisar alguna obra, en otras se requiere emitir algún dictamen o dar una asesoría, pero muchas veces se evalúa si existen las condiciones para hacer un proyecto integral de restauración, según el interés de la población y de cómo se organice. De ahí la importancia de que un grupo de la comunidad se constituya como coadyuvante del INAH, “ya que hablar de la comunidad puede ser un concepto muy abstracto, necesitamos una representación avalada por la gente y que pueda tomar decisiones para trabajar con nosotros”. La especialista destacó que hay poblaciones con las que se trabaja desde hace varios años, como es el caso de Tejupan de la Unión, en Oaxaca, donde han restaurado varios retablos y se han impartido talleres desde hace ocho años. “El primer año nosotros les dimos los recursos para un proyecto, pero los años subsecuentes ellos comenzaron a gestionar el financiamiento y solo los hemos acompañado con asesorías, supervisiones, talleres de conservación preventiva y valoración del patrimonio. Como ésta hay más comunidades oaxaqueñas con las que trabajamos: Santa Catarina Tayata, Santa María Cuquila y San Pedro Tidaá, entre otras”. Sobre el procedimiento que se realiza para desarrollar un proyecto, a partir de una solicitud presentada en la CNCPC, Blanca Noval comentó que se convoca a una asamblea comunitaria, “que es uno de los órganos de toma de decisiones y representa a la mayor parte de la población, junto con las autoridades municipales y eclesiásticas; ahí se establecen acuerdos y compromisos de trabajo”. Posteriormente, se hace el dictamen del estado de conservación de los bienes culturales, y a partir de éste se elabora el proyecto de restauración; paralelamente se apoya con talleres de conservación preventiva y pláticas sobre cómo cuidar su patrimonio; además, se trabaja mucho con niños y jóvenes para involucrarlos y que tomen conciencia de los procesos mediante talleres de grabado y serigrafía, cuyas imágenes imprimen en camisetas y sirven como difusión de su patrimonio local. Asimismo, se han creado juegos tradicionales, como serpientes y escaleras y un memorama para niños, los cuales les permiten conocer acerca de la conservación del patrimonio cultural de manera lúdica. Para el equipo de Atención Técnica a Grupos Sociales, subrayó la restauradora del INAH, es importante dejar claro que se trata de patrimonio vivo, en uso, por lo cual “hay que darle a la gente un patrimonio digno, sin modificarlo, de lo contrario pierde su valor simbólico ante la misma”. En este sentido, concluyó que no se les puede prohibir llevar las imágenes a procesiones, sino detallarles los cuidados que deben tener y recomendarles cómo vestirlas o a qué distancia colocar las veladoras. También  se les proyectan videos para que vean el deterioro que pueden sufrir las piezas cuando no se toman las medidas adecuadas de conservación.