Margarito Escudero echaza Premio Estatal de Periodismo en Veracruz

Coatzacoalcos, Ver. Juan Antonio Valencia.-En protesta y solidaridad con las familias de 12 periodistas asesinados, otros encarcelados, amenazados  y perseguidos por el gobierno estatal de Veracruz,  Margarito Escudero Luis, nominado al premio estatal de periodismo, renunció al citado galardón. Bajo la estimación de que poco se ha hecho para esclarecer los homicidios y siguen siendo nulas las garantías para el ejercicio periodístico en el estado de Veracruz, Margarito Escudero Luis, reportero y columnista del periódico El Heraldo, declinó el ofrecimiento. En su retórica, explica lo siguiente: “Es muy agradable saber que el trabajo que uno realiza es observado y calificado por instancias importantes y consideran que se trata de una labor ejercida con profesionalismo y honestidad, como sucede con el Club de periodistas de México A.C, delegación Veracruz, que preside José Uriel Rosas Martínez. Entonces es bueno agradecer que el trabajo que realiza este redactor sea considerado para ser premiado por el Club mencionado, con motivo de la próxima celebración del Día de la Libertad de Expresión. El sábado pasado, quien esto escribe tuvo el honor de recibir la notificación del Club de Periodistas de México, en un documento donde se me informa que a nombre del Consejo de directores del Club de Periodistas de México y sus organismos filiales, me otorgan el Premio Estatal de Periodismo, mismo que se ha venido entregando desde hace 36 años. Muy halagador. Pero aunque ya me fue otorgado este mismo premio hace algunos años; en esta ocasión considero inmerecido recibir una presea de esta naturaleza, cuando el gremio del periodismo ha sufrido una serie de bajas sensibles y muchas de ellas no han sido totalmente esclarecidas y las mismas autoridades se han encargado de cubrir con un velo de misterio. Desde este mismo espacio hemos mostrado nuestra solidaridad con esos compañeros cuyo único premio por ejercer el periodismo ha sido la persecución policiaca, insultos, vejaciones y, en el más dramático de los casos, el gran premio fue una fosa clandestina. Peor aún, quienes perdieron la vida violentamente, de inmediato se  ha pretendido desacreditar, insinuando o señalando directamente haber pertenecido a alguna banda delincuencial y que “algo debían”. En todos los casos se ha pretendido minimizar el hecho, si no ha sido por la presión ejercida por el mismo gremio, los casos que señalamos hubieran pasado desapercibidos. Un recuerdo para nuestro compañero Gregorio Jiménez, cuyo galardón fue un cuchillo cortándole el cuello hasta cercenarle la cabeza y la celebración fue un festín de gusanos en una fosa clandestina.  También recuerdo a Regina Martínez, asesinada en el interior de su propia casa y la investigación del caso sigue empantanada, las autoridades encarcelaron a una persona que luego quedó en libertad y fue aprendido otra vez, pero presume inocencia. Y 10 periodistas más arteramente asesinados, siempre por causas de su profesión, siempre porque alguna incomodidad provocó a quien decidió terminar con sus vidas, a quienes se yerguen como jueces implacables de aquellos que se atreven a desnudar sus corruptelas, a exhibir la corrupción, a denunciar las tropelías cometidas desde un cargo con una cuota de poder. Entonces, de nada sirve realizar ceremonias fastuosas en complicidad con aquellos que no han sabido o no han querido aplicar la justicia en su real dimensión. Ante tantos compañero perseguidos y encarcelados injustamente, por venganzas y desquites del poder, no puedo recibir un premio por muy merecido que sea, dijo Agradezco en todo lo que vale el gesto de los compañeros que decidieron tomarme en cuenta para recibir el galardón, sobre todo en aquellos que al enterarse, se tomaron la molestia de llamar para dar una cálida felicitación, que al final de cuentas es el mejor regalo que puedan entregar por realizar un trabajo. Al Club de Escritores de México también va mi agradecimiento, ya que el nombre de este redactor está en sus listas, considerado para ser premiado reconociendo la labor que realizamos desde esta trinchera, esperando que mi argumento para declinar el honor sea también aceptado como parte del ejercicio de la Libertad de Expresión que ahora celebramos. Para todos los compañeros periodistas que ahora reciben el Premio Estatal de Periodismo, envío una cordial felicitación esperando que lo tomen como un reconocimiento a su trabajo, pero también les pido que no olviden los días de marchas y reclamos callejeros, exigiendo la aparición con vida de algún periodista desaparecido. Que no olviden el estatus que le han dado al Estado de Veracruz organizaciones de periodistas y de  Derechos Humanos en el extranjero. Ratifico mi agradecimiento por tomar en cuenta el trabajo de este redactor, pero intento ser congruente con la posición que hemos adoptado muchos periodistas ante el trágico fin de nuestros colegas y la terrible suerte que corren aquellos que son perseguidos”. Con esta declinación, son ya, dos rechazos, a recibir premios, que se dan en Coatzacoalcos, por diversas razones y en consecuencia de que sus integrantes son perseguidos y otros asesinados. El estado de Veracruz, ocupa actualmente el primer lugar en el mundo, en donde más periodistas han sido asesinados.