Hijos de inmigrantes en EEUU: El beneficio de la "doble nacionalidad"

 Oaxaca, México.-Johnny Ortiz repasa su guión en una banqueta de Beverly Hills. Es el actor principal en la película “Soy Negro”, basada en la vida de un indocumentado que luego de combatir en Irak fue deportado a México. Ortiz, quien saltó a la fama por su participación en el filme McFarland USA, que trata sobre estudiantes mexicoamericanos que ganaron una competencia de campo traviesa en 1987, no tuvo problemas para grabar hace unos días en Mexicali, donde se montaron las escenas de guerra en Medio Oriente. ¿La razón? Hace un par de semanas el actor angelino y de 18 años obtuvo la nacionalidad mexicana a través de su padre, originario de ese país. El trámite lo realizó en el Consulado de México en esta ciudad. “Se siente bien sabiendo mis raíces y tener un pasaporte mexicano me hace sentir orgulloso”, dice. Foto: Isaías Alvarado/La Opinión El actor es uno de los 557 estadounidenses que adoptaron la nacionalidad de sus padres en dicha sede diplomática del 1 de enero al 12 de junio de este año. Esta cifra, no obstante, es menor comparada con otros consulados más pequeños, lo cual se atribuye a la falta de difusión de sus beneficios. Comprar y heredar propiedades en el vecino país, estudiar en escuelas públicas (incluidas universidades de prestigio), recibir servicios médicos gratuitos, participar en el ámbito político y no pagar cuotas de ingreso, son algunas de las ventajas de poseer una “doble nacionalidad”, concedida desde 1998. Un nuevo fenómeno En años recientes los hijos de inmigrantes le han encontrado otra utilidad: representar a México en competencias deportivas internacionales, algo que es más complicado por el alto nivel selectivo de Estados Unidos, o jugar en equipos de fútbol sin ocupar las escasas fichas para los extranjeros. Y en México, sabedores del excelente entrenamiento que ofrece este país en distintas disciplinas los han recibido con los brazos abiertos. Ahora los futbolistas mexicoamericanos, estrellas de la liga azteca, son codiciados por las selecciones nacionales en ambos lados de la frontera. Hace cuatro años, el representativo azteca de waterpolo fue reforzado con ocho jugadoras de la ciudad de Commerce. De hecho, el resto del equipo, doce mexicanas, vinieron a entrenar a ese municipio, en el sureste del condado de Los Ángeles, buscando un espacio en los Juegos Olímpicos de Londres. Este año, el consulado mexicano en esta ciudad ha naturalizado a unos ocho jóvenes estadounidenses que tienen la firme intensión de levantar la bandera azteca en distintas justas deportivas. “Los beneficios son múltiples y no afectan en nada, porque no se pierde la ciudadanía estadounidense”, dijo el cónsul Carlos Sada, quien atribuye a que pocos de sus paisanos realizan este trámite debido a un temor infundado durante la época en que se pedía el acta de nacimiento original de los hijos. “Ahora que mucha gente se ha regresado a México por voluntad propia o sin voluntad propia, se dan cuenta del beneficio de tener registro como mexicano y tener sus documentos en orden”, agregó. Ortiz viajó este sábado a Tijuana, donde se grabaron escenas sobre las dificultades que pasó Nero Maldonado, el veterano de guerra que interpreta, cuando éste fue deportado. Ortiz comenta en un breve descanso de la filmación de la película en Beverly Hills que seguirá usando con orgullo su pasaporte mexicano. “Me va a seguir ayudando, puedo viajar más fácil”, dice. De Compton al futbol mexicano Los “cañonazos”, como se conoce en el argot futbolístico a patear el balón con fuerza, son naturales en Juan Alvízar, un chico de Compton que ha sido fichado por el equipo Querétaro, subcampeón en México. Los directivos del conjunto “Gallos Blancos” pusieron el ojo en el muchacho angelino -quien juega como delantero y medio- y no dudaron en llevarlo a su cantera. Alvízar se concentrará desde el 20 de junio. “Estoy alegre porque he trabajado duro para jugar a gran nivel”, dice Alvízar, de solo 17 años. Juan (izq.) y José Alvízar ambos gozan de doble nacionalidad. Foto: Ciro Cesar/La Opinión El equipo está interesado en fichar a su hermano, José, de 18 años, quien juega como medio-central. Los hermanos recién adoptaron la ciudadanía mexicana, facilitando el proceso de contratación de Juan y ampliando las oportunidades para José. Ellos sueñan en grande mientras describen las habilidades de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, sus ídolos en este deporte que los cautivó desde niños. Sus anhelos son jugar en la liga mexicana, en Europa y en un Mundial de la FIFA. Su doble nacionalidad les permitiría elegir entre la selección de México y la de Estados Unidos, pero ellos ya tomaron una decisión. “Con México, porque a mi papá le gusta México”, comenta Juan. “Desde niño miramos el fútbol mexicano y a la selección”, dice, por su parte, José. La madre de estos muchachos, María Isabel Alvízar, es quien les ha pasado la nacionalidad mexicana. Ella es fanática de las “Chivas” del Guadalajara por ser nativa de Jalisco, pero dice que cuando su equipo se enfrente al Querétaro hará una excepción. “Le voy a donde jueguen ellos”, comenta entre risas. Alvízar celebra que el horizonte deportivo de sus hijos sea amplio. “Está bien que sean de aquí y de allá”. La señora María Isabel entristece al mencionar que su hijo estará lejos y que quizás el otro también se vaya. Se conformaría viéndolos jugar en la televisión. “Ojalá, si Dios quiere”, dice.  

Trámite

Para solicitar el trámite de la ciudadanía mexicana para los hijos se debe hacer una cita en el Consulado de México en Los Ángeles en los teléfonos 1-877-639-4835 y (213) 351-6800 extensión 2518.