La Sociedad Astronómica de México renace en su 113 aniversario

Isabel Reviejo / EFE México, DF.- Era tal el grado de abandono que sufría la Sociedad Astronómica de México que en una sede se encontró, tirada en el suelo y al lado de la papelera, una carta de Porfirio Díaz en la que se disculpaba por no poder asistir a una charla; ahora la agrupación renace de sus cenizas en su 113 aniversario. La reapertura del Planetario Joaquín Gallo, situado en la capital, es el gran acto con el que la sociedad abre una nueva etapa, en la que se centra en desarrollar actividades para alcanzar la autosustentabilidad y en buscar una composición heterogénea. Evitando así que se repita la situación que provocó su entrada en decadencia a principios de la década pasada: "Lo que le pasó a la sociedad es que la operaba gente que rondaba los 70 años y obviamente uno se cansa", afirma en una entrevista con Efe el presidente de la agrupación, Alejandro Farah. Sin embargo, presume el director, en estos momentos la edad promedio ha decrecido, ya que se han involucrado muchos estudiantes de carreras afines. Por ejemplo, la coordinación de las actividades del Planetario, que llevaba años cerrado al público, la llevan a cabo ocho jóvenes cuya edad ronda los 25 años. La divulgación es la tarea principal en la que se vuelca la sociedad, mediante actos como conferencias, campamentos astronómicos, noches de observación y talleres. A pesar de que en ocasiones las personas que acuden a las actividades ya tienen conocimientos en la materia, la agrupación se preocupa por acercar la ciencia al público general y a los niños, a través de acuerdos con entidades escolares. Con cuestiones que, aunque sean sencillas, no dejan de ser sorprendentes para muchos, como el hecho de que los días no duran realmente 24 horas, sino un poco más -"es una aproximación", por eso cada cuatro años, en los bisiestos, se suma un día al calendario- o que los equinoccios no suceden en un día específico. Dejan espacio, también, para la explicación al público de conceptos más complejos, como la teoría de cuerdas o la materia y la energía oscura. "Lo importante de la sociedad es que le da cabida a toda la sociedad civil, desde el que no sabe que el Sol es una estrella hasta el que ya ha fabricado telescopios y ha gando concursos", asegura su presidente. En un país en el que la investigación astronómica representa el 2 % del total de la realizada a nivel planetario (según datos del 2013), todavía están extendidos, sobre todo en los niveles sociales más bajos, ciertos mitos y supersticiones con los que en el organismo quieren acabar. Por ejemplo, la creencia de que las embarazadas pueden llegar a tener bebés con problemas si ven un eclipse o las relativas a los objetos voladores no identificados (ovnis), que "mucha gente piensa que son objetos extraterrestres". No obstante, corrobora el presidente de la agrupación, el misterio detrás de estos elementos se desvanece cuando se ve que las supuestas "naves nodrizas" han sido confundidas con Venus -planeta que en ocasiones se ve muy brillante y luego desaparece-, basura espacial, un satélite sacado de órbita o un meteoro que entra en la Tierra. Por las puertas de la sociedad han pasado figuras como Porfirio Díaz, el cantautor Francisco Gabilondo Soler y el fundador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Luis Enrique Erro; en el momento de su máximo auge llegaron a tener más de mil socios entre sus filas. Durante estos más de cien años, lo más importante que ha desarrollado la asociación no es un producto per se, sino haber logrado que la gente se interese por la ciencia, aprenda y a partir de ahí consiga "cosas externas" y aplicaciones que vayan más allá de lo astronómico, opina. Es lo que tiene la ciencia, comenta Farah, "no vas a saber para qué sirve" hasta que comienzas a hacerla. - See more at: http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n3866807.htm#sthash.F3eakYD8.dpuf