Red 21
Oaxaca, México.-Si cada año se registran 1,2 millones de víctimas fatales estimadas en el tránsito mundial, 300.000 personas fallecen siendo peatones. En Uruguay muere un peatón cada cuatro días aproximadamente –algo menos de cien personas al año- un 16,7% de los muertos en siniestros de tránsito según cifras de 2013.
El problema, lejos de retroceder en función de campañas educativas o similares, que son mínimas -cuando las hay- está creciendo particularmente en los países de ingresos bajos y medios con economías que repuntaron en los últimos años, en tanto la rápida motorización y aumento de vehículos no condice con la atención que merecen los peatones.
Pese a que compartir el mundo con los vehículos es ya tan cotidiano que se incluye en el proceso natural de nuestro andar y movernos por el mundo, la motorización creciente es todo un desafío, no por cotidiano menos inocuo. Las ONG´s que atienden el tema recuerdan que “todos somos peatones” en tanto más allá de toda circunstancia comenzamos y terminamos a pie casi todos nuestros desplazamientos.
El alto riesgo de los peatones jóvenes
Los países de recursos bajos y medios, tienen problemas mayores entre sus peatones más jóvenes, tanto por la mayor población de menores en relación con la cantidad de vehículos, como por factores de ausencia de enseñanza adecuada a cómo comportarse en el tránsito y una falta de señalización generalizada para quienes cruzan la calle.
En los países de altos ingresos, la vulnerabilidad de los peatones es mayor cuanto más edad presenta, ya que más allá de factores educativos y de prevención, su condición física de disminución de la visión, más lento andar y menor capacidad de reacción influyen directamente en el problema.
Educar en primer término y hacer cumplir las normas, particularmente de preferencia en los cruces para los peatones y de cumplir las velocidades máximas los vehículos aparecen como claves inmediatas para mejorar la siniestralidad, dicen los especialistas.
Pese a que compartir el mundo con los vehículos es ya tan cotidiano que se incluye en el proceso natural de nuestro andar y movernos por el mundo, la motorización creciente es todo un desafío, no por cotidiano menos inocuo. Las ONG´s que atienden el tema recuerdan que “todos somos peatones” en tanto más allá de toda circunstancia comenzamos y terminamos a pie casi todos nuestros desplazamientos.
