Alberto Unda
Oaxaca.- El Debate entre candidatos a la Gobernatura de Oaxaca, demostró los avances democráticos que ha ganado Oaxaca en la última década: la participación libre y plural de más partidos políticos y el derecho ciudadano a conocer con civilidad, las propuestas de sus abanderados a través de un medio público estatal.
Hoy en día, es inoperante desde el punto de vista de ética política personal, utilizar al debate como una proclama de triunfo, porque es la ciudadanía, quien con su voto al final de cuentas, es la que tiene la última palabra.
La clase política oaxaqueña, que aun crea que las y los ciudadanos, se les puede seguir engañando con “ya ganamos el debate” y con ello la gubernatura, es mantenerse en el autoritarismo disfrazado y no entender esta sencilla fórmula de respeto al electorado
El triunfalismo, es muestra de soberbia, por ello, es plausible que Alejandro Murat Hinojosa, se haya abstenido realizar declaraciones de este tipo después de primer debate organizado por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana y la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión.
Murat Hinojosa, hizo caso omiso a las descalificaciones, que ya fueron refutadas con anticipación por los órganos electorales. El candidato de la Coalición “Juntos hacemos más” del PRI-PVEM y PANAL, es tan elegible como todos sus oponentes, incluyendo al michoacano, Benjamín Robles Montoya.
Este primer debate sirvió de ensayo, esperemos que sea así, para que los candidatos conocieran el terreno y que en el segundo y última oportunidad de dirigirse al electorado, se debatan propuestas y no, quien mejor ataque al contendiente con ironías dolosas o falsas acusaciones.
En los hechos Alejandro Murat, así lo hizo. Antepuso propuestas sólidas a señalamientos a su origen y familia. La edad, la preparación académica y la visión más contemporánea de la realidad, hacen que su proyecto de gobierno sea vea prometedor. Pero no la tendrá fácil con el electorado oaxaqueño que clama no más engaños, no más corrupción.
Murat Hinojosa debe escuchar a las voces de los políticos experimentados de su partido, quienes en sus cargos han demostrado entender y responder de manera acertada a las demandas de una sociedad asqueada de los mismos engaños. Las reglas de expertos fuereños, no sirven en Oaxaca. Vender imagen a la ciudadanía le hace lo que al viento a Juárez a la hora de votar.
Ardores y dolores de candidatos
También en el debate salió a escena la fractura entre quienes lograron de distintas maneras, llevar al triunfo, hace seis años, al actual gobernador Gabino Cué Monteagudo y que por sus diferencias y ambiciones personales, fueron desterrados del “gobierno del cambio”.
Así, Salomón Jara y Benjamín Robles con su cúmulo de ardores a cuestas, aprovecharon el debate para denostar a quien los corrió de la jauja del poder que disfrutaron cómodamente en los primeros cuatro años de este sexenio alejados totalmente del pueblo al que ahora dicen representar y defender.
Un Robles Montoya omnipotente a lado de Gabino Cué, que igual repartía puestos y privilegios o se despachaba con abundancia grotesca, cuando fue funcionario estatal y que luego fue impuesto por su amigo entonces, para ocupar una curul inmerecida en el Senado de la República. Decir ahora que el gobierno de Gabino Cué es corrupto, es admitir que también fue cómplice hasta que quedó fuera de la burbuja gabinista.
Robles Montoya hizo propuestas de ficción que provocan la risa de cualquier ciudadano de a pie con un sentido común más agudo que este egocéntrico trepador.
Es el mismo caso de Salomón Jara, que tras su destitución en la entonces Secretaria de Desarrollo Agropecuario, Recursos Forestales y Pesca (SEDAF), por obvio desfalco de más de 50 millones de pesos, ahora ofrece al electorado la reactivación del campo que prácticamente desmanteló y dejó en la miseria a miles de campesinos y campesinas.
Lo más temerario y verdaderamente descabellado de su propuesta, es imponer una réplica de la forma de gobernar de y con Manuel Andrés López Obrador en Oaxaca, es decir, que la sociedad oaxaqueña pague tributo vía erario público para mantener la vida millonaria del líder “moral” de MORENA y toda su familia y de toda su pandilla además iniciar el resurgimiento del Cartel de la Sección 22 para regresarle a la impunidad, corrupción y el violento modus operandi contra la sociedad con el control de la educación.
Mención aparte es para José Antonio Estefan Garfias, quien no mostró en mucho, la experiencia profesional y administrativa de la que presume, pues prácticamente leer un guión en un debate y apantallar con un manejo de redes sociales a “nivel experto”, dejó mucho que desear.
Responder la pregunta de una supuesta electoral hecha vía Tiwtter, no es algo que vista a alguien que quiere gobernar Oaxaca, donde el 70 por ciento de su población es indígena y se localiza en comunidades de media y extrema marginación y pobreza, sin infraestructura de comunicación, llámese caminos y menos internet.
El ex priísta no tuvo otra manera de denostar a Alejandro Murat que no fuera solo con el trillado lugar de nacencia, porque hacer otros señalamientos, sería como escupir al cielo aun cuando se milite en otro partido.
Su llamado plan “Ordenar para prosperar”, es un reciclaje de programas que encubren la continuidad de las fallidas políticas impulsadas desde “lo oscurito” por el también ex priista Diódoro Carrasco Altamirano a través de otro ex priísta, Gabino Cué Monteagudo.
Se incurre entonces en un engaño superlativo a la sociedad, ofreciendo algo que fue plagado de corrupción. Mantener con el mismo formato, y posiblemente con los mismos rufianes, programas como útiles y uniformes escolares, becas estudiantiles, cocinas comunitarias entre otros, es aceptar que el negocio y el enriquecimiento, sigue para unos cuantos a costa de la dignidad de los que menos tienen.
Si algo se debe destacar en Estefan Garfias, es la experiencia adquirida en 35 años en cargos públicos obtenidos gracias a su militancia en el PRI y que le dan un bagaje para aspirar a gobernar Oaxaca, lo que no es garantía y ya lo comprobó la sociedad oaxaqueña, es que en caso de ganar, su administración cumpla lo que ofreció o sea igual o peor a la encabeza Gabino Cué con la coalición del 2010.
Sobre los candidatos del Partido de Renovación Social y Manuel Pérez Morales del Partido Social Demócrata, lo más que se puede destacar, es la facilidad de cómo se pueden obtener partidos locales para servir de franquicias personales a base de padrinos y chantajes, por lo que competir en esta o cualquier elección, es una transacción financiera: más votos más dinero, ya sea en prerrogativas o componendas para el disfrute personal y familiar de estos vivales.
Habrá que dar un reconocimiento a Francisco Jiménez Jiménez, candidato del Partido Unidad Popular, que pese a la extinción paulatina de su instituto político y sin tener nada que perder, defendió los ideales que alguna vez enarboló Heriberto Pazos para la inclusión de los más marginados al bienestar social.
Gabino Cué más ausente que nunca
La veda electoral, le ha servido de remanso al gobernador Gabino Cué Monteagudo que al frente de la presidencia de la Confederación Nacional de Gobernadores, la CONAGO, le ha permitido ser apapachado a cada rato por el presidente Enrique Peña Nieto.
Sus ausencias son suplidas por Jorge Castillo quien en sus lujosas oficinas encubiertas en el corazón del centro histórico, realiza las audiencias con funcionarios estatales, autoridades municipales, líderes sociales y partidistas para dar instrucciones y verificar personalmente que los negocios marchen viento en popa.
Se dice, que el acercamiento con Peña Nieto, le ha procurado a Gabino Cué un espacio de negociación para salir bien librado de su sexenio.
Apenas emergencias como la inseguridad en la ciudad de Juchitán que tuvo eco internacional o la audiencia pública infantil por Día del Niño, hacen que el mandatario estatal se acuerde de que gobierna Oaxaca.
De ahí que desde inicios de abril, se ven cómo funcionarios y funcionarias, aprovechan la ausencia del jefe, para afinar detalles de su “Año de Hidalgo”.
Como el caso del Secretario de las Culturas y Artes, Alonso Aguilar Orihuela, que mochó decenas de programas como los Nidos de Música para otorgarse un jugoso porcentaje de los 33 millones de pesos que otorga la Federación para el desarrollo cultural y artístico de los estados y que maneja de manera discrecional con la complicidad de un Consejo Ciudadano de los cuales muchos de sus integrantes, se han beneficiados en proyectos personales con este recurso.
El despreció de este funcionario a la ciudadanía marginada de la ciudad de Oaxaca, es evidente ya que quitó del Festival de la Ciudad, los conciertos de las cantantes oaxaqueñas así como actividades en las agencias y colonias cuando en 2015, se destinaron 2 millones de pesos por Francisco Martínez Neri, entonces titular de SECULTA.
Lo mismo pasó con la Convocatoria C*16 a la que Aguilar Orihuela, quien se presume como creador y escritor, redujo en 40 becas con un estímulo de solo 49 mil pesos.
Con esta autoritaria decisión se dejaron de entregar tres millones de pesos en 60 estímulos con un monto cada uno de 60 mil pesos para la realización digna de proyectos culturales.
Y qué decir de la desaparición del programa Nidos de Música, que con un millón 200 mil pesos, benefició a 250 niños de las regiones de la Mixteca, la Sierra Juárez y la Costa con el rescate de sus tradiciones e instrumentos musicales a través de cursos intensivos de un mes cada uno y con maestros de primer nivel coordinados por el reconocido etnomusicólogo Rubén Lenguas.
La equivocación de designar a este mocito de cuentas en la Seculta le ha causado un déficit más a Gabino Cué, pues dejó al descubierto el tamaño de la importancia que la cultura tuvo en su sexenio.
Si esto pasa en Seculta, donde como dice el propio “Chito” Orihuela, “el gobernador la mantiene en ayuno financiero”, qué no pasará en las Secretarias en las que corre el dinero.