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México vive una violencia de “todos contra todos”

Jueves 19 de mayo, 2016.
06:24 pm
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Por: Silvia Núñez Esquer/Cimacnoticias
Oaxaca.-Parte de lo que pasa en México es la falta de memoria que tenemos como sociedad, opinó Natalia Brushtein, cineasta argentina-mexicana radicada en nuestro país por más de 30 años. La realizadora presentó su documental “Tiempo suspendido” en el pasado Festival Internacional de Cine del Desierto (FICD 2016). En el trabajo cinematográfico recrea la historia de su abuela Laura Bonaparte, quien fuera una importante activista de las Madres de la Plaza de Mayo, organización humanitaria que buscaba a las personas desaparecidas durante la dictadura militar en Argentina. NataliaBrushtein01_DSC_0187silvianunezBrushtein toma el papel de nieta y ya instalada como tal, hace preguntas, refuerza imágenes en la deteriorada memoria de su abuela, quien vivía internada para su cuidado en una clínica. Natalia la entrevistaba para el documental, lo que logró en los últimos años de vida de Laura. Pero también recorre lo andado por su abuela mientras revisa los documentos, manuscritos, fotografías y periódicos que Laura atesoraba en un baúl. Así nos muestra cómo revisaron juntas el material que hoy día constituye el tesoro familiar más importante por el valor histórico que para Argentina tiene la documentación del pasaje más oscuro, en el que desaparecieron más de 30 mil personas a manos del Estado en los años 70 y 80. De sus dos hijas y dos hijos, a Laura le desaparecieron tres y al padre de sus hijos lo secuestraron y quemaron junto con otras personas. Todo eso cargó en su espíritu esa abuela cuyo rostro al tiempo de la filmación tiene una expresión apacible y divertida, tal vez regalada por el tiempo, convirtiendo los recuerdos tormentosos en la nebulosa de un pasado tan difícil de soportar. De profesión psicoanalista, Laura Bonaparte fue entrevistada y filmada en diversos momentos de su vida siempre ligada a la lucha por la aparición con vida de todas las personas víctimas del Estado argentino, lo cual rescata Natalia para dar un completo panorama de la vida de esta mujer, que ahora podemos conocer gracias a que su nieta ha llevado al cine parte de su historia. EL DOLOR EN ARGENTINA En entrevista con Cimacnoticias, la realizadora de “Tiempo suspendido” dijo que en Argentina el enemigo era bien identificado: era el Estado. Sin embargo, en México, país a donde emigró con su abuela hace más de tres décadas, no se alcanza a vislumbrar con exactitud entre quiénes es la pelea. Parecería que es una guerra de “todos contra todos”. “Mi abuela hizo un trabajo muy importante en la memoria colectiva de Argentina. Fueron 40 años de lucha para el punto en que está en este momento ese país, en cuestión de justicia, porque desafortunadamente en cuestión de democracia no ha avanzado”, comentó Brushtein. Lo que recuerda de su padre desaparecido –hijo de Laura y de quien sólo tiene unas cuantas fotos–, cuando ella apenas tenía un año de edad es vago, difuso, mientras que a su abuela la rememora como la persona con la cual vivió en México, cuando salió para refugiarse en nuestro país ante la inminente amenaza de ser asesinada. Desapariciones, asesinatos, presos políticos… ése era el escenario que dejaron atrás la abuela, la madre y la hija pequeña, parecido al contexto actual de México, donde llevamos 27 mil desaparecidos. Sin embargo, Natalia Brushtein consideró que no es exactamente igual que la Argentina de esos años, pues allá claramente había un gobierno que no quería que hubiera personas que pensaran de manera diferente, gente que quisiera un mundo mejor. “En México no se identifica quién contra quién, sino que es todos contra todos. En México desaparecen a cualquiera, no sólo activistas políticos, que son los más afectados. No sólo periodistas, que también son muy afectados, sino la sociedad civil en general. Te puede tocar porque te quieren asaltar, porque te quieren robar, porque te quieren silenciar o porque eres mujer. Nadie está libre de caer en las garras del asesinato o desaparición forzada”, explicó. “EL PAÍS PIERDE SU IDENTIDAD” Agregó la cineasta: “Estamos encerrados en nuestras propias vidas por miedo, por falta de interés, por falta de comunicación porque finalmente lo que pasa en México también de alguna manera está silenciado, está modificado y está manipulada la información. Los medios de comunicación están muy cerrados y la mayoría de la gente tiene muy poca información de lo que realmente pasa en México. “Me duele mucho ver a un país que poco a poco está perdiendo su identidad como país. Mi abuela lo decía: ‘Una sociedad sin memoria es una sociedad sin identidad’. Lo que pasa en México es que empieza a ser un país sin identidad porque no lucha por sus propios habitantes. “Para un país y para las personas es imposible superar el daño por desapariciones y asesinatos masivos. Son marcas que quedan para siempre –advirtió quien pertenece a una familia en la que desaparecieron al menos cuatro de sus integrantes, todos familiares directos–. Uno aprende a sobrevivir, aprendes a llevarlo hacia adelante y los que pueden, intentan con la propia experiencia transmitirla a los demás, pero las marcas quedan para siempre. “Es incomprensible que una persona desaparezca, porque necesitas el cuerpo para poder enterrarlo, para saber que ya no está más. Como ser humano uno puede entender que la muerte es parte de la vida. Duele, pero es parte de la vida. El desaparecido es algo en donde no te dan chance ni siquiera de hacer un duelo, y esa esperanza siempre está, algún día va a aparecer, porque no puede existir un desaparecido”. Respecto a la diferencia entre una persona desaparecida y un colectivo de personas desaparecidas como los estudiantes de Ayotzinapa en México, Brushtein sostuvo que el individuo deja una huella en la familia, pero el colectivo, si bien está conformado por varios individuos, deja una marca en la sociedad. En Argentina, los 30 mil desaparecidos fueron prácticamente de la misma generación. Se focalizaron en personas de entre 18 y 30 años de edad. Eso es dejar sin una generación que está en proceso de ser la que desarrolla el país. Deja un hueco, una marca que no puedes tapar con nada, es un vacío en la sociedad. Los 43 normalistas son 43 maestros que desaparecen y que dejan un vacío en la sociedad, expresó. “Los 27 mil desaparecidos en México son un hueco que queda en la sociedad y que no puede ser que no lo veamos. Eso sin hablar de la cantidad de desplazados y muertos que hay. Y que ni siquiera son cifras que podamos saber cuántos son en realidad. Ese es el problema, que no está claro hacia quién está dirigida la violencia, es a cualquiera y afecta a todos”. Natalia Brushtein estudió cine y se ha dedicado a la edición de documentales. Como antecedente hizo el cortometraje “Encontrando a Víctor”, sobre la desaparición de su padre, pero decidió profundizar y ampliar hasta concretar la realización de “Tiempo suspendido”, su primer largometraje.

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