Ciudad de México.- Tania Eulalia Martínez Cruz, galardonada en la Categoría B de Logro Académico, con el Premio Nacional de la Juventud 2016, aseguró, a nombre los premiados, que “todos estamos aquí para sumarnos y construir un mejor país, porque hay que trabajar por lo que amamos, por la tierra que pisamos, regresar a donde hemos sembrado nuestros ombliguitos al nacer, porque esta es nuestra tierra, porque México soy yo, México eres tú y México somos todos”.
Luego de hacer un recuento de lo que ha logrado con grandes esfuerzos a lo largo de su vida, afirmó ser un ejemplo de la inversión en educación pública. “Es aquí cuando me doy cuenta que Nelson Mandela tenía razón al afirmar que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo, y me gustaría que muchos jóvenes que aún viven en inequidad social puedan tener el mismo acceso que yo”, dijo.
Subrayó que “la transformación de México recae en este tipo de historias, luchas emprendidas por valientes en la persecución de sus sueños, valientes como mi abuela, mi madre, mi padre y los 18 galardonados que están el día de hoy aquí”.
Enfatizó en la importancia de “preservar lo preservable, como la lengua, nuestras raíces, nuestras tradiciones; pero también por abrir camino para muchas mujeres de nuestras comunidades indígenas y otras zonas rurales quienes enfrentan muchos mayores retos.”
No me queda más, continuó, “que reconocer que amo a México y que lo amo porque tengo fe en él, porque sé que no sólo tenemos recursos humanos, tenemos capital humano, como el que está el día de hoy aquí; porque soy realista, porque veo que México nos necesita tanto como nosotros necesitamos de México. Lo amo, porque soy una firme creyente de que no sólo necesitamos palabras, necesitamos sumar acciones para construir una mejor nación”.
La oaxaqueña de 29 años de edad, originaria del municipio de Tamazulapam del Espíritu Santo, Mixe, emitió un discurso emotivo que inició con unas palabras en su lengua originaria que le dijo su abuela Eulalia cuando partió a Holanda en el año 2013: “Debes llevar el reboso -de algodón y con rayas de colores, característico de la indumentaria tradicional- a tierras lejanas para que no te olvides de dónde eres y cuál es tu identidad”.
Motivada, expuso ser hija de maestros que fueron parte de la primera generación de profesores indígenas y ahora ella es el resultado de una educación pública, pero que luchó para salir adelante y construir algo diferente a favor de ella, de su familia y su comunidad.
Estudio en la Universidad Autónoma de Chapingo y cumplió su sueño de convertirse en investigadora. Actualmente es candidata a Doctora en Conocimiento, Tecnología e Innovación por la Universidad de Wageningen en los Países Bajos.
Cuenta con la maestría en Ingeniería Agrícola y Biosistemas por la Universidad de Arizona, Estados Unidos e Ingeniería en Irrigación por la Universidad Autónoma de Chapingo.
Como parte de su trayectoria, Tania Martínez, ha asumido un gran compromiso con su entorno social, por lo que colabora en un proyecto documental sobre personas indígenas recluidas en prisión por delitos menores, además de desarrollar talleres de sensibilización e inclusión social para la seguridad alimentaria y el empoderamiento de la mujer.
En el 2009, obtuvo la beca Flullbright García Robles, para realizar de 2010 a 2012, sus estudios de maestría en Ingeniería, convirtiéndose así en la primera becaria indígena del programa. Recibió el Premio como ex becaria sobresaliente a la misma y el premio “Susana Azpiroz Rivero” por su trayectoria académica, además ha sido oradora distinguida en la Semana de la Educación Internacional de los Estados Unidos.
Como proyecto a futuro continuará sus estudios de Desarrollo Internacional en la University of Sussex, Reino Unido, realizará un posdoctorado en el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias en Kenia, África, con un trabajo documental sobre las semillas de maíz como patrimonio cultural, denominado “Cultura Tecnológica”.