FILO 2016/“He sido una gigolo de Sor Juana”: Margo Glantz

Rodrigo Islas Brito Oaxaca.- En Oaxaca Margo Glantz se ha declarado  “sorjuanista”, por lo que no parece extraño que haya sido precisamente este 12 de noviembre (fecha del 335 aniversario del natalicio de la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz la fecha) el día en la que la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, FILO 2016 haya decidido rendirle un homenaje por su dilatada trayectoria  como escritora, ensayista y crítica literaria    “He sido un poco gigolo de Sor Juana, he dado clases en Estados Unidos siempre sobre Sor Juana y me han pagado bastante bien en dólares, y ahora que está subiendo el dólar”. Comenta la homenajeada en el escenario del Teatro Macedonio respecto a Juana Inés de Asbaje y Ramírez Santillana, sobre la que la autora  enfocara  una de sus líneas fundamentales de investigación y creación ensayística, a la que dedicó en la década de los 90 trabajos esenciales en la bibliografía sorjuanista como Sor Juana Inés de la Cruz, ¿hagiografía o autobiografía? , Sor Juana Inés de la Cruz: saberes y placeres o Sor Juana: La comparación y la hipérbole.” “Es un poco absurdo lo que estoy diciendo, tenía que mencionar a Sor Juana y la mencione muy mal” dice la escritora con un poco de pena ante una audiencia que ya está riendo con su ocurrencia. “Yo soy muchas cosas” comenta para más aclaraciones la mujer que bautizó a la literatura de la onda con un nombre que al mismo protagonista principal del movimiento, José Agustín, terminó por no hacerle mucha gracia. Con las preguntas de los jóvenes escritores Brenda Lozano y Diego Rabasa, Glantz comenta que empezó a escribir ficción tardíamente porque no encontraba la organización que necesitaba para sus escritos, que primero empezó a escribir ensayo, también tardíamente, alrededor de los 32 años Dice que el ensayo es tan importante como la ficción, que son vasos comunicantes, que la ficción desemboca en ensayos y viceversa. Del nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump  lo mira como el principio de una era nefasta, de una “era en la que se extinguen las abejas y renacen los abismos”. “Estamos empezando a enfrentar racismos que pensábamos que eran obsoletos y no podían resurgir”. Habla sobre su padre , Jacobo Glantz ,un poeta judío inmigrante de Odesa, Ucrania , que a finales de los años treinta estuvo a punto de perecer linchado por una tribu de fascistas. “Cuando murió a los ochenta años  el único idioma en el que podía expresarse era el ucraniano. Ya no hablaba en yiddish, el idioma que pensaba que era su lengua materna. No lo recordaba, para mi gran asombro, él que fue un gran poeta en esa lengua”. “Nunca lo oímos hablar en ucraniano. Pero entonces esa era su verdadera lengua materna, ¿porque nunca supimos que estaba tan relacionado con esa lengua?”. Recuerda la ensayista asegurando no son los recuerdos más antiguos los que se presentan cuando ya el cerebro ha dejado de recordar los más recientes. Habla que desde muy joven la literatura fue su conexión con el mundo “Todos mis libros si no son completamente autobiográficos, son autorreferenciales o quizás han de insertarse  en eso que se ha dado en llamar auto ficción”, dice la autora de Las genealogías   y  Yo también me acuerdo Habla de que los mecanismos del recuerdo van modificando la estructura de una vida , apunta que fue un trabajo muy hermoso el de escribir fragmentos literarios que se van produciendo y tratan de encontrar su verdadero cause “Juan Rulfo fue criticado al principio por hacer una pedacería y obligar al lector a hacer un rompecabezas”, recuerda sobre el autor de Pedro Paramo, a lo que agrega que la literatura la ha formado, que esta es su educación sentimental simbólica. Fiodor Dostoyevski, Leon Tolstoi, Anton Chejov y Nikolai Gogol son los escritores rusos que comenta encontró cuando niña en la biblioteca de su padre y a los que no pudo abandonar jamás. Señala que sus principales obsesiones  temáticas son “el cuerpo, la lectura y como la lectura genera obsesiones”. Catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de varias y prestigiosas universidades como Harvard, Yale y Princeton sus obras reflejan su compromiso con temas relacionados con las mujeres como el erotismo, la sexualidad, la migración y la memoria. Apunta finalmente antes de recibir el premio homenaje de la FILO encarnada en una obra de Francisco Toledo, Margo Glantz aclara que toda literatura  es política, que su trabajo es analizar lo diferente, lo que es contaminado.