La Constitución, en el siglo del mercadeo político globalizado

Lilia TORRENTERA G. Oaxaca.- La Constitución nacional, en la actualidad, transita en la globalización del mercadeo político y económico, cuyas reformas y leyes secundarias, responden al interés de una clase  política, patrimonialista, ignorante, falta de ética en complicidad con los poderes fácticos y la partidocracia.   Así lo sentencian los investigadores del Instituto de Investigaciones en Humanidades de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, Porfirio Santibañez y Francisco José Ruiz Cervantes al cumplirse este 5 de febrero,  el centenario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.   En entrevista a dos voces con Ciudadanía Express, los reconocidos  expertos en analizar el acontecer histórico del país, exponen sus puntos de vista sobre sí tiene o no importancia celebrar el texto constitucional en  el inicio del siglo XXI cuando sus reformas están confeccionadas al capricho del poder y con una sociedad hastiada de atestiguar la corrupción, injusticia e impunidad por la no aplicación del marco de derecho.   En ese sentido,  el profesor universitario, Porfirio Santibañez expone:   “En la actualidad a las leyes no le dan importancia; México ya no es de fechas; el calendario  cívico ya no se conmemora siendo como una forma de recordarnos  nuestra historia.  Se cifraron muchas esperanzas en que cambiando la ley,  el país lo haría también pero no pasó nada. Si  se lograron cosas  pero no hubo el cambio que todos anhelamos: creímos que impulsando una ley el mundo iba   a cambiar. Esta fecha en especial pasa desapercibida para una sociedad que ya cambió y vive en la incredulidad”.   Ruiz Cervantes por su lado, considera,  que además en una sociedad más informada como  la actual, la percepción de conmemorar una fecha, en este caso la promulgación de la Constitución,  ha dejado de tener ese sentido de unificación, de identidad, de orgullo nacional frente a un quehacer legislativo que aprueba leyes tasadas en intereses que no concuerdan con  el anhelo de país que la sociedad reclama.   Ambos  investigadores coincidieron que en años anteriores,  habían más voces que llamaba a  reflexionar sobre la  urgencia de un nuevo Constituyente ante tanto parcheo reformador de la Constitución.   “Hoy  de no ser  la academia, no escucha un eco a este respecto”   La exclusión, un defecto constitucional   Entre legajos de expedientes, libros,  cajas de archivo, apuntes, un retrato del presiente Juárez que dan el ambiente propicio a la entrevista para reflexionar sobre  los 100 años de la Constitución, Ruiz Cervantes asienta que si un defecto tienen las diferentes Constituciones que ha tenido el pueblo de México, es la exclusión.   “Una Constitución siempre será cuestionada por los que no participan  en ella. Así fue el caso en 1917, cuando fue impugnada por todas las corrientes revolucionarias que no participaron en su  redacción como  el zapatismo y villismo. La Constitución se impone con el triunfo de Obregón. Antes, la Constitución de 1857, fue severamente impugnada a grado tal que propició la Guerra de Reforma”.   Con la perspectiva del análisis político,  Porfirio Santibáñez explica porque la exclusión se podría considerar como un defecto inherente a cualquier texto constitucional y sus leyes.   “La Constitución es un ente polémico porque es el marco jurídico en que  no están representadas todas las fuerza sociales y políticas del país;  porque hasta ahora,  no ha habido las capacidades de aceptar los acuerdos y su resultado, lo que provocará siempre la impugnación. En toda Constitución y toda ley, la impugnación está presente porque siempre deja inconforme a un sector. En el caso de la Constitución de 1857, fue el clero quien la impugnó pero se sigue aplicando el dicho de la Colonia, “acátese pero no se cumpla”. No se puede entender cómo Oaxaca que fue una cunas de las leyes de reforma, los nombres religiosos que estaban proscritos, inundaban la nomenclatura de las comunidades indígenas. Salvo Pinotepa del Rey y San Juan Bautista Valle Real, tuvieron que cambiar de nombre porque eran  impensables mantener su vinculación con la corona española, sin embargo, a pesar de la vigencia de la Constitución, se siguieron imponiendo los nombres de santos en el territorio oaxaqueño.   El control constitucional     Para el investigador Porfirio Santibáñez, la ignorancia e insensibilidad en  la clase política actual,  es el sello del rezago de la educación en el país,  derecho que se diluye poco a poco y que  se manifiesta en las más de 400 reformas a la Constitución mexicana.   “Yo veo una vertiente, la falta de educación de las élites y los grupos que dirigen el país. Un ejemplo fue la aspiración de José Vasconcelos de ser gobernador, pero Plutarco Elías Calles, no lo deja pasar y en su lugar impuso al general Serrano, que ni siquiera era militar de carrera, mientras que  Vasconcelos, ya había fundado la Secretaria de Educación Pública y la refundación de la  Universidad Nacional en el periódo de Obregón”.   Explicó, que  la imposición de la  ignorancia a través de reformas constitucionales,  es una constante que se denota con más crudeza en el México de nuestros días.   “Lo ha dicho García Cantú  al señalar que en la relación entre el poder y el saber, al saber siempre le irá mal”   El investigador universitario es certero en su análisis al  precisar el peso específico que tiene el poder sobre la Constitución:   “El poder que tiene su propia lógica por ello, las leyes son una cosa  secundaria realmente. El marco jurídico constitucional y sus bases  sirve como un instrumento de control para que no se desborde la anarquía y el caos para evitar que se desate una lucha salvaje por el poder, porque la Constitución   sí pone límites, pero no pasa de eso”.   Así que en la  conformación del texto constitucional en la que el pueblo mexicano  haya participado y esté realmente representado, no existe en el país, solo existen  grupos diversos en disputa.   Sostuvo que incluso mucho de lo que ha sucedido a lo largo de la historia de México y traducido en sus leyes,  no se explican sin la intervención de Estado Unidos, y el contexto actual lo confirma.   Por su parte  Francisco José  Ruiz Cervantes,  actual director del Instituto de Investigaciones en Humanidades de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (IIHUABJO),   expuso que a un siglo de la promulgación de la Constitución 1917,  está no ha logrado contener las mejores leyes más anheladas de la sociedad.   “Basta ver cuantas reformas ha habido,  unos dicen que 400 otras que hasta 600 para hacerla perfectible para adecuar a la Constitución a los cambios de sociales, políticos y económicos, así como al contexto internacional”.   Refirió que el articulado en la Constitución de 1917,  no hizo mucha gracia a Estados Unidos,  “sobre todo a los cabildeos del petróleo que argumentaban que tenía un carácter expropiatorio a través del artículo 27 Constitucional; también los ingleses la consideraban un robo a sus intereses; y cuando Elías Calles quiso reglamentar  el tema del subsuelo, se le tachó de comunista; se acusó a México de país bolchevique y se habló de una posible intervención a nuestro país”.     Ruiz Cervantes expuso que las reformas más profundas a la Constitución con Carlos Salinas de Gortari y ahora con Enrique Peña Nieto,  exponen con  crudeza cómo la aprobación de leyes responde a los intereses de grupos en las que  los sectores mayoritarios son excluidos. De ahí el surgimiento del zapatismo en Chiapas que se opuso a la  entrada del Tratado de Libre Comercio y que a la postre confirmó que no era el camino económico para el país  máxime con el inicio de la presidencia de Donald Trump.     Partidocracia al servicio del dinero   ¿Cuánto es el daño que los partidos políticos han hecho al pueblo mexicano al aprobar leyes al servicio del poder?   En su respuesta,  Ruiz Cervantes exponen que  todavía en el siglo XX,  la ciudadanía confiaba en que la apertura democrática sería la opción para tener leyes que garantizaran el bienestar social.   Y recuerda que en los años 80 la esperanza era que con participación de más opciones políticas se rompiera el monopolio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con nuevas fuerza, de izquierda y derecha, luego llegó la alternancia  en la Presidencia y gubernaturas en estados como Oaxaca, pero que a la vuelta del  año 2000,  todo se convierte en desencanto”.   “Creo que se le puso mucha confianza y esperanza a la alternancia y a los partidos políticos para resolver los problemas nacionales y no fue así por lo que hoy existe total desconfianza hacia toda la clases política y  elites partidistas”.       El investigador Porfirio Santibañez retoma entonces el tema de la ignorancia en  las corrientes o tribus que conforman  actualmente  la partidocracia al ejemplificar que en una sesión de la actual Legislatura local, un  diputado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), subió a tribuna con una evidente carencia de experiencia parlamentaria y un alarde exagerado como si estuviera en una plaza pública por lo que recibió una paliza de un diputado del PRI que lo exhibió de no haber leído el dictamen que iba a impugnar.   “Una cosa es el mitin y otra el Congreso donde se va a debatir y argumentar. Y a eso me refiero cuando sostengo que no existe educación para la democracia, la cual es resultado de un pueblo educado y esto es una de las grandes fallas de este sistema. Vasconcelos lo vi muy claro: un pueblo que no tenga educación y cultura, será un pueblo manipulado por tiranos”     Él investigador recuerda  cómo  Jesús Reyes Herodes, abrió el sistema político mexicano a  la participación de nuevas expresiones partidistas al aplicar una máxima que sigue vigente “todo los que resiste apoya”.   Indicó que antes de la reforma política de febrero de 1977,  el PRI inicia un proceso de captación de personajes, líderes y académicos, como una acción permanente de Estado y  corrompe con dinero, prebendas,  privilegios, con fuero y oportunidades de negocios  a todo lo que representaba  oposición que en la actualidad después de la caída del socialismo, se agudiza con el fenómeno de la globalización.   “De ahí surge el pragmatismo político; el poder por el poder; ya no es el poder para resolver los problemas de la Nación y se acaban las ideologías. Entonces un partido que era hegemónico se convierte en lo que hoy conocemos como la partidocracia, Creo que uno de los mayores éxitos del PRI,  fue haber atraídos a un proceso de corrupción  todos los partidos políticos, organizaciones sindicales, líderes y  grupos sociales que ha dado como resultado que tengamos muchos partidos con las mismas prácticas priístas”.   Al contextualizar esta descomposición  al  interior del sistema político y  su repercusión en la aprobación de leyes que  modernicen  el texto constitucional acordes a las demandas  actuales del pueblo mexicano, Porfirio Santibañez  denuncia la actividad abusiva, voraz y corrupta de quien asumen un cargo público o de representación popular:   “Hoy vemos cómo desde los presidente municipales, regidores o funcionarios andan buscando esos privilegios para el enriquecimiento personal”.   Señala el caso más patético se registra en  el poder legislativo federal y estatal, en el que el voto se vende para aprobar leyes sin importar sus repercusiones para la sociedad y la Nación.   “Hoy en día la corrupción priista en todos los partidos es lo que predomina. Octavio Paz escribió sobre el triunfo del mercado y advertía de la serie de repercusiones y en ellas la política se convirtió en un mercado; es el mercado de los votos, de las decisiones, porque así como han comprado elecciones también  se compran leyes, se compran reformas; existen legislaturas  en Oaxaca que se sabe, vendieron su voto por 500 mil o hasta un millón de pesos. Es  el mercado de la política que no ve la consecuencia social que tendrá la  ley aprobada como el caso de las reformas estructurales de Peña Nieto que fueron votadas por todos los partidos y que la gente resiente  por ejemplo con los gasolinazos”.     La  inmovilidad social y la Constitución   Ruiz Cervantes por su parte,  refiere  el papel que ha jugado la sociedad para hacer valer el marco constitucional, ha  deambulado  entre la omisión, el  desinterés por conocer sus leyes con responsabilidades y derechos  a la vez dejar a otros la participación y protesta.   “No es válido el acto de  que la sociedad se victimice ante todo lo que hace  el gobierno y los partidos políticos, porque se elude  la responsabilidad de una manera fácil. Es necesario retomar la organización como manera de participar  e incidir en la aprobación de leyes que recojan  las problemáticas sociales del México de hoy, Lo hizo Rosario Ibarra de Piedra que como ciudadana que denunció,  se movilizó y protestó ante la desaparición de su hijo y que en la actualidad  este tema  ya cuenta con una ley para  investigar y castigar las desapariciones forzadas, es decir  también como  ciudadanos nos toca  exigir y proponer y no dejar al poder decidir por nosotros”.     Porfirio Santibáñez indica que  también  la falta de conocimiento de las leyes por la  sociedad demuestra, una vez más que no se está educado para la democracia.   “No conocer y exigir tus derechos, es falta de educación, porque si no los conoces, cómo se van a defender. Estamos educados en el conformismo, en la no participación y en el no activismo, derivado también de entendimiento equivocado de la política, que  ha sido prostituida por el poder cuando el concepto es tan rico socialmente al tratarse de buscar solución a los problemas de la comunidad”.   Por otro lado, indicó  existe quien por sus circunstancias de riqueza, han sido educados en el privilegio y la prepotencia,  pisoteando las leyes y los derechos de los demás. De ahí que ahora estemos  invadidos de  “#Ladies” o “#Lores” o los Golden boy de Peña Nieto o lo “yupis”.   Y remata, esto es un ejmeplo del d´ficit de la educación que nos  impide estar  educados para la democracia y repeto al marco constitucional.