Indolencia legislativa ante crímenes contra periodista en Chihuahua

-Pese a que el gobernador Javier Corral sabía de las amenazas, nada hizo por protegerla Oaxaca.- Ante el crimen de la periodista Miroslava Breach Velducea, de 54 años de edad y corresponsal de La Jornada durante 20 años en la capital de Chihuahua, este jueves 23 de marzo, cuando salía de su casa alrededor de las 7:15 A.M. acompañada de uno de sus dos hijos, es evidente la omisión oficial para legislar y establecer protocolos de seguridad a comunicadores en zonas de alto riesgo. Miroslava Breach Velducea recibió ocho impactos de bala de un resolver calibre 38, lo cual demuestra el alto profesionalismo de los sicarios que al dejar un mensaje –“por lenguona”-, señaló el presidente del Club de Periodistas de Antequera, A.C. Ángel Soriano Carrasco, al insistir en la necesidad de proteger a los compañeros en entidades dominadas por la delincuencia organizada. La compañera murió cuando era trasladada al hospital pues la efectividad de la ejecución no permitió auxiliarla en el lugar de los hechos ni durante su traslado. Esto ocurrió en la esquina de las calles Río Aros y José María Mata, colonia Granjas, en la ciudad de Chihuahua, cuando la periodista salía de la cochera de su casa a bordo de su camioneta Renault guinda. La compañera colaboró en el Diario de Chihuahua, y fue directora del periódico Norte de Ciudad Juárez y se caracterizó por denunciar el trasiego de la droga en zonas serranas de la entidad y en ciudades chihuahuenses lo cual le valió varias amenazas, mismas que eran del conocimiento del gobernador Corral –quien así lo reconoció- pero no hizo nada “porque no hubo denuncia oficial”, en tanto fue ubicado en Mazatlán jugando golf. Diversos organismos nacionales e internacionales condenaron el hecho y el Congreso de la Unión –diputados y senadores- guardaron un minuto de silencio por tan lamentable hecho. Un homenaje a la compañera debe ser el establecimiento de protocolos de seguridad eficaces para proteger a los comunicadores que laboran en zonas de alto riesgo, que es ya casi todo el país, para proteger a los comunicado