El autismo es una condición y motivo de orgullo

Fortino Torrentera O. Oaxaca.- A penas hace poco más de un siglo apareció en los anales médicos el término “autismo”, del cual, en las tres últimas décadas se han encontrado nuevos perfiles y se ha reconocido que grandes mentes de la historia, tuvieron esta condición, por lo que este día se dedica al orgullo autista. Definido como un trastorno neurológico complejo que generalmente dura toda la vida, actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 individuos y a 1 de cada 42 niños varones, haciéndolo más común que los casos de cáncer, diabetes y SIDA pediátricos combinados. Se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social, y es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. A un grupo de trastornos conocidos como trastornos del espectro autista (ASD por sus siglas en inglés), esta condición les impide comunicarse y relacionarse con otros; al tiempo de estar asociada con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos. Desde 2005 se declaró cada 18 de junio el Día Mundial del Orgullo Autista, promoviendo una jornada para reflexionar y celebrar que las neurodiversidades no son siempre patologías, ya que los autistas tienen mejores capacidades para procesar información que la habitual, algo que pauta una realidad contemporánea: hay un alto promedio de autistas que trabajan en sectores de tecnología de la información. El psiquiatra irlandés Michael Fitzgerald, del Trinity Collage de Dublín, sostiene que “la genialidad y el autismo si bien no van necesariamente de la mano, tampoco son en absoluto antagónicos, ejemplo de ello han sido Albert Einstein, Isaac Newton, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig Van Beethoven, Emanuel Kant y Hans Christian Andersen, de quienes se reconoce que padecieron en algún período de sus vidas, determinada forma de autismo”. En esta celebración enfocada a la neurodiversidad del espectro autista, se apoya la creencia de que los autistas no sufren una enfermedad cerebral, de la misma manera que los que tienen la piel oscura no sufren una enfermedad en la piel. Los niños que tienen TEA muestran desde temprana edad una acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los sentimientos de los demás, así como tampoco presentan mayor necesidad de consuelo en momentos de aflicción. Casi nunca imitan a los otros niños ni a los adultos, y tampoco practican juegos sociales ni de proyección imaginativa. Así es que todos debemos respetar el espacio de los demás y entender sus condiciones para que su vida y la nuestra transcurra en completa armonía, lo cual solo se comprende conociendo, informándose sobre esta condición que puede llegar a ser severa.