Adiós Jaime Avilés

 Roberto SANTIAGO

 Oaxaca.- En apenas días, el país  ha perdido a tres mexicanos cuya aportación a la vida nacional fue clave en los más diversos sentidos: Marcelino Perelló,  Eduardo del Río, Rius y Jaime Avilés Iturbe.

Pareciera que los tres se pusieron de acuerdo para partir casi al mismo tiempo, dejando en nuestras mentes y corazones un profundo dolor por su ausencia.

Marcelino fue un emblemático dirigente del movimiento estudiantil de 1968.

Ríus monero extraordinario que definió un nuevo rumbo para la caricatura como forma de denuncia y protesta y Jaime, cronista incomparable, corresponsal de guerra, escritor y periodista como pocos.

Solo con Jaime Avilés Iturbe tuve el privilegio de una relación personal, gracias a él y al antropólogo Jaime Luna, logré en 1982 ser corresponsal en Oaxaca, del diario unomásuno, dirigido entonces por Manuel Becerra Acosta.

Periodista, escritor y cronista, Jaime Avilés Iturbe, fue hombre comprometido con las luchas sociales más trascendente de nuestro país, ciudadano que amó entrañablemente, la libertad de hacer lo que le viniera en gana, pero con su alma abierta y su mano extendida para ayudar a quien pudiera, falleció el martes, a la edad de 63 años.

Jaime Avilés, me presentó con  Manuel Becerra Acosta, director del diario, quien me pidió presentarme con Carlos Payán Velver, quien me dio instrucciones para empezar a enviar información de Oaxaca.

El propio Jaime con paciencia e inmejorable amistad, guio mis primeros pasos en la tarea de ser el representante en Oaxaca, del mejor periódico de México, en ese lejano 1982

Como cronista y corresponsal de guerra, Jaime Avilés dejó un legado incomparable y no fue menor su aportación crítica al papel de la clase política más retrograda del país.

En su columna Desfiladero, hacia caminar desfilar la corrupción, impunidad y podredumbre de infinidad de representantes de esa pestilente dirigencia partidista y política, de esos funcionarios, gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales, cuya afición a robarse el dinero del pueblo, es y ha sido imparable.

La Rebelión de los maniquíes y Los manicomios del poder., reúnen algunas de sus magistrales crónicas, Jaime, participó en la antología de crónica mexicana A ustedes les consta, compilada por Carlos Monsiváis.

Cubrió el alzamiento zapatista de Chiapas de 1994 y junto con el periodista italiano Gianni Miná escribió Marcos e l’insurrezione zapatista. También publicó dos versiones de una novela sobre esos acontecimientos: Nosotros estamos muertos (Grijalbo) y Adiós cara de trapo (UACM). Su obra ha sido traducida al francés y al italiano.

Avilés hizo sketches de teatro y ocasionalmente subió al escenario como actor.

En sus últimos años editó la revista electrónica Polemón, en la que él mismo publicó en semanas recientes testimonios sobre el curso de su propia enfermedad.

Adiós Jaime Avilés Iturbe, gracias por tus enseñanzas, gracias por enseñarnos el valor y honor de un periodista y de un ciudadano de tu estatura.