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Historias del Sismo/ El canto de corazón, un regalo para las comunidades devastadas en Oaxaca
Lunes 18 de septiembre, 2017. 10:14 am 435 lecturas | 0 comentarios
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Lilia TORRENTERA G.Oaxaca.- Una emocionada Diana Bracho, primera actriz del cine mexicano, debió contener la emoción de estar en tierras oaxaqueñas en momentos de desgracia pero con aplomó fungió como conductora del gran concierto Oaxaca Corazón, cuyo público hizo retumbar el auditorio Guelaguetza la noche del domingo con sus ovaciones a las cantantes que regalaron su voz en beneficio de los damnificados del sismo del 7 de septiembre.
La ciudadanía oaxaqueña respondió, como lo sabe hacer cuando se le llama al tequio y más cuando se trata de un desastre natural. Prácticamente el boletajes se agotó, no así el llamado que hizo el periodista y poeta Mardonio Carballo para que la ayuda no cese no solo para la zona del istmo, sino también para la población en total abandono de la Sierra Juárez y la región mixe.
La tarde noche también regaló su calidez con la que disipó los pronósticos de lluvia y tormentas, y se convirtió así en parte de la escenografía del concierto convocado por Lila Downs y Susana Harp.
La poeta Natalia Toledo, vino a reivindicar el valor de las raíces zapotecas de los pueblos del Istmo de Tehuantepec cuya destrucción le duele tanto que por ello con el señorío de juchiteca recordó en sus dos poemas en su lengua materna, la fortaleza con la que siempre se sale adelante en momentos de dolor.
Mardonio Carballo con su narrativa poética y entre imágenes proyectada en la pantalla gigante, hizo un repaso del tamaño de la tragedia en la que no solo las comunidades istmeñas padecen sino también de los pueblos mixes y serranos.
Luego vinieron las cantantes a la que tocó interpretar tres canciones cada una, y en las que pusieron todo su talento y todo su corazón en agradecimiento a la respuesta del público que llenó el auditorio.
Primero entraron en escena todas las cantantes con el tenor Antonio Cisneros para interpretar la canción Pinotepa con el acompañamiento de la Banda de Música del Estado bajo la dirección del talentoso maestro Eliseo Martínez.
Después Eugenia León, cantó Mi Oaxaca y La Paloma, haciendo que el público le regalará un prolongado aplauso.
Vino entonces Geo Meneses que con su voz interpretó El jinete y El cascabel, para luego hacer la presentación de la cantante italiana Fillippa Giordano.
Con un elegante vestido blanco, Filippa apareció en el escenario para cantar No me platique más, del compositor Vicente Garrido y luego invitando al público a hacer una plegaria a la Virgen de Guadalupe por la situación de desastre que vive Oaxaca, cantó el Ave María.
El grupo Raíces levantó el ´ánimo en esta fiesta de solidaridad al intepretar La bamba y dar paso al tenor Antonio Cisneros que con la canción Mujer oaxaqueña hizo gritar al público femenino que se identificaba con cada una de las regiones de esta pieza compuesta por Rodolfo Villegas.
Vino entonces Ana Díaz con la canción Arrecife de Coral y Las Amarillas en donde hizo lucir la tesitura de su voz.
El anunció que Tania Libertad aprecia en escena, hio gritar a la multitud, y no fue para menos, porque como homenaje a la zona devastada del Istmo, le cantó La última palabra en zapoteco y luego Vamos de José Alfredo Jiménez.
En una especie de intermedio, todas las cantantes salieron nuevamente para interpretar La llorona, y con una prolongado aplauso, el público recibió a la cantante de música mexicana, Aida Cuevas a la que se le entrecortó la voz, cuando dijo “aunque no tuve el rpvilegio de nacer en Oaxaca, soy mexicana” al recordar por lo momentos díficiles que se pasan a raíz del sismo de 8.2 grados en la escala de Richter.
Luego, con su magnífica voz canto con emoción El pastor, la canción que cantará hasta el último día de su vida y Se me olvido otra vez.
Alejandra Robles por su parte, cantó La Bruja con una interpretación que gsuto mucho al público.
Fue Natalia Cruz, ataviada en un vestido de tehuana color verde turquesa, pero que aun cuando llevaba el pesar de tanta desgracias vivida de cerca, le dedicó a los asistentes Tardecita y La totopera
A Susana Harp le tocó interpretar El feo y Naela, esta última canción de la que contó su historia como siempre lo hace a modo de comprender el significado de cada una de las canciones que inrepreta.
Y por fin llegó Lila Downs que cerró la tanda de cantantes, con La martiniana y Mezcal para luego estar acompañada de todas las participantes del Concierto Oaxaca Corazón y que entre todas cantaron el Dios nunca Muere para poner de pie a todo el público y en señal de homenaje a las 78 víctimas del sismo del 7 de septiembre.
Y aunque todos dieron por hecho que así terminaba el concierto, Susana Harp dijo, “buenos nosotras hacemos que nos pidieron otra”, y se soltó la fiesta con La cumbia del Mole y las Chinas Oaxaqueñas adornándola.
El agradecimiento fue incotable de las cantantes para quienes asistieron al concoerto pero en especial para los patrocinadores que lo hicieron posible de manera gratuita, que de no ser así, Oaxaca Corazón no hubiera sido posible, ni mucho menos poder recabar estos fondos, que a decir de Lila Downs, será la prensa la que atestigüe su entrega directa a los afectados.
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