Oaxaca, Oax.- El músico ecuatoriano Esteban Pérez Esquivel habla sobre su actividad y la importancia de la laudería para la cohesión cultural en las comunidades latinoamericanas.
En entrevista con el diario El Comercio de Ecuador, el hijo del premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, expone cómo la construcción de instrumentos ayuda a, recuentro cultural, luego de participar en la II Bienal de Arte Indígena, en la que impartió talleres de laudería con materiales como el cartón y aserrín.
Esteban Pérez Esquivel ¿Cómo influyó ser hijo del premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel en su decisión de ser un luthier? Siempre estuve rodeado de artistas que compartían proyectos con la familia. Tengo una fuerte influencia musical por parte de mi madre, quien es pianista y compositora.
Usted construye guitarras clásicas pero también realiza instrumentos de música con materiales accesibles al público. ¿Cuál ha sido el proceso de su trabajo? Realizo luthería clásica para sostener mi economía, pero en Argentina y, en otras partes del mundo, es necesario que todas las personas tengan acceso a la música y para esto es conveniente que construyan sus propios instrumentos. En Argentina, en los planteles educativos, se enseña música, pero los niños no cuentan con instrumentos. O en otros casos tienen los instrumentos pero la pedagogía no es la adecuada. Ante esta realidad, ¿qué acciones ha tomado desde su profesión? Fundé la Escuela Muxxica, donde se puede aprender música de manera pedagógica y divertida, pues mientras se imparten las clases se cuenta a los estudiantes las tradiciones de los diferentes pueblos y sus instrumentos.
¿Cuáles son las técnicas que se utilizan para hacer los instrumentos? Los instrumentos son construidos con aserrín y cartón. Con el cartón se pueden hacer maravillas, como guitarras, bandoleones, guitarrones...
¿Cuáles han sido los resultados con sus estudiantes? Ellos son personas con capacidades especiales que ahora trabajan en algunas instituciones, no solo dentro de Argentina sino que han sido contratadas afortunadamente para que hagan música en otras partes del mundo. A Muxxica acuden todas las personas a partir de los 10 años. ¿La construcción de instrumentos ayuda también a una redefinición de la identidad colectiva?
La gente, sin darse cuenta, cuando diseña sus propios instrumentos musicales, dibuja símbolos que pertenecían a culturas ancestrales, es decir, que en su inconsciente guardan las tradiciones. La música es un elemento unificador; es un reencuentro con la cultura y a través de la construcción de los instrumentos se vuelve al trabajo comunitario. Y por ese aporte a un trabajo comunitario ¿se puede conseguir apoyo estatal?
No, todo es autogestión. Son las ganas de enseñar música con un lenguaje adecuado, utilizando códigos que son necesarios para cada grupo. Me sostengo por los talleres que dicto y por los proyectos que logro concretar. ¿En esa edificación cultural también hay un trabajo hacia lo social?
Fuente.elcomercio.com
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