La música mueves montañas
Pablo Leites/La Voz de Argentina
Desde la explosión que significó One Blood (Una Sangre), el disco de 2005 que le valió un Grammy, la difusión y aceptación de Lila Downs en círculos aledaños a los estrictamente comerciales de Argentina ha crecido de manera exponencial. Quizá por eso extraña un poco el hecho de que sea esta su primera visita. “Fíjate que yo todavía me lo pregunto, porque desde hace años hay gente que nos escribe desde tu país, y no sé que habrá pasado”, dice con voz y modos sumamente cálidos, a horas de arribar al país para una serie de shows que incluyen el espectáculo ¡Mujeres! junto a Mercedes Sosa y la peruana Susana Baca en la Vieja Usina.
En lo estrictamente musical, se sabe, lo de la nacida en Heroica Ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca, México, transita por un abanico de géneros lo suficientemente amplio como para cobijar sin complejos rancheras, jazz, blues, rock, chamamé, cumbia o cuanto ritmo latinoamericano se le cruce en el camino.
Forma y contenido
Pero también está claro que las letras de esta antropóloga diplomada en Estados Unidos, hija de una cantante mexicana y un cineasta estadounidense, exceden lo meramente pintoresco y suelen ir al hueso de cuestiones sociales como la inmigración y los derechos humanos, tópicos que aparecen de manera recurrente en su discografía y también en Ojo de Culebra, el álbum de este año cuyo segundo nombre anglo es Shake Away (Sacudirse). Y si no, que lo diga ella misma.
“En Oaxaca hemos tenido unos enfrentamientos políticos entre el sindicato de maestros y el gobierno, yo estaba ahí, por lo que me ha afectado y he tomado posición. Sucede que cuando haces eso empiezas a dividir a tu propia gente. Me di cuenta de que parte de mi familia estaba de un lado y parte del otro. Lo mismo en Estados Unidos, donde paso buena parte de mi vida. Allí he sentido que hay miedo, como un temor grande a lo desconocido, y entonces me pareció necesario componer unos versos que hablen de la renovación espiritual desde la metáfora de la serpiente. Tú sabes que en México la serpiente es algo muy sagrado, representa lo nuevo de la tierra, la fertilidad, el buen augurio, todas cosas positivas. No fue tan consciente sino más bien a base de una serie de sueños y de una transformación por la que yo misma pasé, de una situación de mucho odio, rencor y miedo temor que debí superar. ¿Cómo? Es un misterio y, al mismo tiempo, si buscas la manera de hacerlo se te cae como a la culebra, lo tiras y sales renovado”. De curanderas y hechiceras
La transformación personal de Downs, en verdad, tuvo mucho que ver con la medicina alternativa, puntualmente con una curandera que le ayudó a lidiar con la imposibilidad de tener hijos después de muchos intentos.
“Ahora estamos pensando en adoptar (con Paul Cohen, su esposo y director artístico). Pero por ahora estoy reconciliada con mi cuerpo, razón por la que he dedicado este disco a todas las curanderas: fue un reto personal, físico y emocional. Lo que trato de hacer es recordar que esta sabiduría indígena, que en México sigue una tradición ancestral, vale mucho. Y a ella hay que volver, hay que ir más a la naturaleza para curar nuestros males, incluida esta obsesión por el materialismo que todo lo invade”, señala. -¿Es posible que Ojo de Culebra sea tu disco más ecléctico en lo musical?
–Es amplio, pero creo que en realidad es el menos pensado, porque se dio muy orgánico. Arrancó con unos temas basados en el second line de Nueva Orleans y en el blues, que siempre ha sido una compañía muy importante para mí. Tú sabes que mi padre escuchaba muchísimo a Miles Davis, a Thelonious Monk y a Billie Holiday, y si bien a veces he cantado canciones de ese estilo en vivo, nunca había grabado nada. Me propuse rendir un homenaje a esa raíz racial musical que compartimos con Estados Unidos. Porque la frontera física existe, pero recibimos mucha influencia de la negritud, del blues y del gospel. Por otra parte también estaba la necesidad de colaborar con músicos que habitan en Nueva York y traen consigo esas influencias, y con músicos de Latinoamérica que aportan mucho a mi música.
–Es también el disco en que más invitados especiales incluiste. –No se me había ocurrido hacerlo antes, porque sabes, es todo un trabajo, siempre hay giras y había que hablar con ellos, ver si podían… cuesta encontrar el espacio y el tiempo. Pero ya, grabar con Mercedes Sosa es un sueño y un honor para mí, lo mismo con La Mari. Por cierto, me sorprendió también obtener una recepción tan cálida de gente de la estatura artística de quienes intervinieron en Ojo de Culebra. [caption id="attachment_3343" align="aligncenter" width="500" caption="Lila Downs en Córdova, Argentina"][/caption]
–¿Te sentís un poco embajadora musical de México?
–Yo ofrezco nada más que un crisol de todo lo que puede suceder en México, pero sin olvidarme que soy un ser humano con su propio punto de vista como artista. Eso lo hago con mucho respeto, y aunque me es muy difícil divorciarme de lo antropológico, de la búsqueda de las formas tradicionales del pueblo de México, también me interesa y me llena investigar en toda la música de Latinoamérica. Ahí es donde yo pretendo aportar mis centavitos. –¿Cómo instalar un tópico como la violencia contra las mujeres? –Es un tema bien serio, que a veces evitamos porque es triste, ¿no? Es difícil para las mujeres plantearlo sin ser vistas como revoltosas, como que queremos causar problemas a la sociedad, y ese es uno de los prejuicios que hay que cambiar. Además, En México hay una historia de corrupción tan grande, que cuando alguien quiere llamar la atención sobre algo, por mas humano que sea, está siempre latente el temor de que haya detrás una agenda para sacar rédito personal. Eso dificulta mucho las cosas, porque la gente entonces tiene que volver a tener fe en las cosas que se hacen y se dicen.
–¿Y se puede desde la música?
–Es difícil, claro. Hay que ser honestos, hay que ser dulces para que haya cambios, hay que saber pelear, pero de una manera constructiva…las cosas en Latinoamérica se logran con el trabajo y con mucha paciencia. Salvo excepciones, cuando se pierde la cabeza no se logra demasiado. Creo en la música, creo que tiene el verdadero poder de mover montañas.
El show
Lila Downs, Susana Baca y Mercedes Sosa actuarán este miércoles en La Vieja Usina (Mendoza y Costanera). Las cantantes de México, Perú y la Argentina presentaran el espectáculo Mujeres!
Los horarios de los distintos shows son los siguientes: apertura de puertas, a las 19; proyección de cortos relacionados con la temática de la “no violencia contra la mujer”, a las 20; Tamboorbeat, 20.30; más cortos, 21; Susana Baca, 21.30; Lila Downs, 22.45; Mercedes Sosa, 0.15.
Las entradas anticipadas, que van de $ 92 a $ 152 se consiguen en Disquerías Edén, Disquería del Perro (General Paz 70, subsuelo), boletería de La Vieja Usina y los distintos puntos de venta de Autoentrada, en los shoppings de la ciudad y Grido del Cerro.
pleites@lavozdelinterior.com.ar
Fuente: www.lavoz.com.ar www.liladowns.com
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