De Oceanía a Oaxaca
Acelerada extinción de lenguas autóctonas
Eneas Magaña/Tercera Parte
Oaxaca, Oax.- En la entrega anterior, diversos organismos internacionales –UNESCO, ONU, National Greografic- prevén la desaparición de lenguas autóctonas –del 50 al 90 por ciento, según sus proyecciones- al finalizar este siglo. De manera contundente llegan a afirmar que cada día alguna comunidad del planeta pronuncia la última palabra en su idioma; otros, más optimistas, aseguran que eso ocurre cada dos semanas.
Los especialistas coinciden en señalar que la dinámica evolutiva de las diversas lenguas con que se expresan y comunican hoy las más antiguas comunidades del planeta varía según el número de hablantes, el statu quo de sus hábitats, de su pérdida territorial y por consiguiente de su biodiversidad, así como de los entornos culturales de la población hablante.
En todo el planeta se llevan a cabo en la actualidad programas implementados por instituciones internacionales, entre los que se encuentran planes de difusión y salvamento, resguardando principalmente entornos culturales tendientes a que montes, selvas, ríos o montañas, que hoy están en manos privadas o públicas, debieran compartirse con los hablantes de esas comunidades cuyas lenguas mueren, al mismo tiempo que han perdido la posesión de sus tierras originarias.
En su programa mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) identificó al menos 18 lenguas en peligro de desaparición extendidas en Argentina, Canadá, Escocia, India, Japón, Malasia, México y Suecia, Australia, Croacia, Gabón, Guatemala, Lituania, Panamá.
En Europa, una lengua en extinción es el gaélico. Introducida en Escocia hacia el año 5OO de esta era, esta lengua se desarrolló como dialecto gaélico diferenciado en el siglo XIII.
Se habla en el norte y el centro del condado de Ross, en las islas Hébridas y en la isla de Skye. También se habla en Australia, en Canadá y en Estados Unidos, aunque el tamaño de las poblaciones hablantes cada día se reduce.
También en Europa está la lengua saami, cuyo pueblo indígena vive desde hace miles de años en la zona septentrional de Noruega, Suecia y Finlandia, así como en una gran parte de la península de Kola, en Rusia. Los primeros rastros escritos de la lengua saami se remontan a los años 1600, con la traducción de la literatura misionera.
Hace más de 600 años, el karaim era una lengua hablada por las comunidades del territorio de la actual Lituania y de Ucrania. Las áreas lingüísticas ocupadas por la lengua karaim se limitan a las conversaciones en familia, entre amigos y en la práctica de la religión, pues muchos de los cantos y rezos se hacen en esta lengua y en hebreo.
En Croacia, el istro-romano es hablado por unas 300 personas que viven en algunos pueblos del noreste de la península de Istria. El istro-romano tiene muchos vocablos italianos y eslavos como resultado del estrecho contacto entre los hablantes de esas lenguas en el transcurso de los siglos.
En Asia, está la lengua Kadazandusun de Malasia, el cual consta de 13 dialectos hablados por más de 300.000 personas en las regiones de Ranau, Tambunan, Penampang, Paptr, Tuaran, Kota Belud, Kota Kinabalu de Malasia. También se habla en las regiones de Beafort, Kinabatangan, Labuk-Sugut y Keningau, así como en algunos pueblos nómadas de las regiones de Tenom y de Tawau.
El kayan-murik es una lengua del Estado de Sarawak, también en Malasia, que habla una pequeña comunidad de indígenas de 1.200 personas que viven en la ribera del río Baram. Los kayams, que son agricultores sedentarios, practican el comercio y el trueque con diversas poblaciones que viven aguas arriba o aguas abajo del río Baram. Son buenos artesanos y sobre todo saben construir embarcaciones a partir de un solo tronco de árbol, el belian.
En tanto, en Japón está la lengua ainu la que anteriormente se hablaba en las cuatro islas japonesas; los ainus viven hoy día principalmente en Hokkaido y en las islas Kuriles (antes también en la isla de Sakaline, Rusia). No se ha encontrado ningún vínculo lingüístico común entre el ainu y otras lenguas del mundo. Los especialistas han encontrado 19 dialectos. No es sino hasta principios de 1997, el gobierno del Japón reconoció oficialmente a los ainus como minoría indígena japonesa.
En Asia continental, en India se encuentra el sharda es la lengua original de Cachemira. Es una derivación de la rama occidental del brahmi, con una antigüedad de casi 1.200 años, cuando se formó el cashmiri con sus entonaciones, variaciones y sonidos particulares. El sharda adoptó entonces esas particularidades vocálicas, distinguiéndose así del sánscrito, hoy en día lengua muerta.
También en India está la lengua lepcha hablada en las provincias de Sikkim y Darjeeling, en la región de Bengala del Oeste, India. A diferencia de muchas otras lenguas del Himalaya, el lepcha tiene su propio sistema de escritura. La mayor colección de manuscritos en lengua lepcha (más de 180 libros) se encuentra en Leiden, Países Bajos.
Los mishmis están afincados en el noreste del Arunachal Pradesh central, en las colinas de Mishmi, entre los ríos Dibang y Lohita y hablan la lengua idu mishmi. Los mishmis, repartidos en un vasto territorio del valle de Asma, más allá de Sadiya, se dividen en tres grupos en función de su distribución geográfica: los idu mishmis, los digaru mishmis y los miju mishmis. Viven principalmente de la agricultura y son de religión hinduista.
Nota: Al final de la seria se identifican todas las fuentes usadas para este reportaje.
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