Cultura ecológica, eje indispensable en los programas educativos de universidades de México
Por Agustín Cabral Martell
Dedico esta publicación a mis jóvenes tutorados de la carrera de Procesos Ambientales del 1º. Semestre de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro Unidad Laguna, que con gran entusiasmo y dedicación inician su preparación profesional a fin de que la población de México viva en un ambiente cada vez más sano y limpio.
El ser humano vive una paradoja; por una lado crea tecnologías de información cada vez más veloces, realiza estudios y procesos orientados a acrecentar riqueza en términos monetarios y, por otro, cierra su conciencia con respecto al cuidado y respeto que requiere el ambiente y, al hacerlo, desafía el orden del universo; porque de manera irracional le voltea la cara al cuidado y cultivo de Gaia (1) y, con esta acción, niega la interdependencia que tiene con el planeta de quien recibe los elementos que le permiten permanecer con vida.
En términos generales esto se refleja en los currículos educativos del área de las licenciaturas, en las acciones de las personas y en las elecciones de profesión, ya que las licenciaturas relacionadas con el campo se encuentran en desventaja con respecto a otras áreas debido a que el interés por las carreras del agro se ha reducido. En el análisis de ocho currículos, objetivos y perfiles de egreso de licenciaturas en ciencias agropecuarias se puede constatar la ausencia explícita de una formación ecológica en los programas. Quizás es en el currículo oculto donde se encuentra la presencia de esta perspectiva, aunque por lo que se ha observado, no es así, puesto que en los centros educativos del área sigue desechándose todo tipo de papel, no existe un lugar para depositar las baterías sin carga, no se comercializan compostas derivadas de productos orgánicos, la basura no se deposita en donde se debe, se siguen utilizando herbicidas y fungicidas tóxicos para los seres humanos, entre otros.
Todo lo anterior se lleva a enfatizar la importancia que tiene la toma de conciencia del cuidado que merece el medio ambiente, así como los requerimientos de acciones precisas que se habrán de tomar. Para esto, se torna necesario explicitar esta área de formación en los documentos de las carreras, especialmente de aquéllas cuyo campo de acción esté directamente relacionado con la producción del sector primario.
La cultura ecológica es indispensable; por esto se propone la generación de un eje transversal en el cual se incorpore esta perspectiva en los programas académicos y que se refuerce con acciones concretas como proyectos emprendedores que impliquen volver a usar, reciclar materiales, elaborar compostas, generar y utilizar control biológico y procesos ecológicos en los cultivos, el uso racional del agua, así como el desarrollo de procesos educativos que impliquen la reflexión y la acción que se requiere plantear, para promover el respeto al ambiente. Todo esto habrá de manifestarse explícitamente en la definición del perfil, objetivos y trabajo de campo de la profesión, todo lo cual habrá de traducirse en materias, temas y prácticas que lleven a la creación de una cultura que promueva el respeto y cuidado de la Tierra.
Para llevar a cabo esta tarea se proponen cuatro acciones fundamentales que permitan lograrlo:
1. Elaborar un diagnóstico de la situación que prevalece en los planes de estudio con respecto a la cultura ecológica.
2. Diseñar un programa de formación ecológica que se traduzca en las acciones de la comunidad académica, así como en los contenidos de las diversas asignaturas que integran el currículo, lo cual se expresará a través de actitudes y de la comprensión de la educación cósmica.
3. Generar proyectos emprendedores con productos cuya materia prima emerja de procesos ecológicos y sustentados en el cuidado y respeto por el ambiente.
4. Evaluar los resultados.
5. Establecer brechas de desempeño y áreas de oportunidad que permitan replantear objetivos y acciones para lograrlos.
En la medida en que esto se dé, se generará la conciencia de un planeta vivo y de los valores ecológicos que se verán reflejados en la acción cotidiana de quienes integran la licenciaturas relacionadas con el agro y aquéllas que estén interesadas en la construcción de un mejor país y, de esta manera, se podrá revertir la irracionalidad de la carrera de la tecnología versus el ser del hombre por aquella que la contempla en su justa dimensión: como un valor al servicio de los seres humanos que caminamos sobre Gaia.
1 Gaia, conocida como la Madre Tierra (en Griego Gaia se deriva de ge o ga que significa tierra). Ella era la diosa de la tierra y se dice que Gaia nació del caos, del gran vacío en el universo, se consideró como elemento primordial del cual todos los dioses se originaron y fue adorada en toda Grecia.(Con información de El Siglo de Durango)
Fuente: Ana María Arras Vota. Universidad Autónoma de Chihuahua.
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