Las piñatas dan colorido a la Navidad mexicana
Xinhua
Oaxaca, México.- Las piñatas llenan de colorido los hogares mexicanos, las calles y templos religiosos del país y son motivo de alegría de chicos y grandes, pues son infaltables en las celebraciones festivas de Navidad, Año Nuevo y fiestas infantiles.
De origen incierto, las piñatas están convertidas en una de las tradiciones de México más arraigadas y son parte fundamental de los productos típicos de las celebraciones decembrinas en el país.
Hechas con ollas de barro, cartón y papel, decorados con multicolores papel "de China" y metálico, las piñatas hacen de toda fiesta el evento más esperado, tanto en las fiestas para niños como en las convivencias con motivo de fin de año y la fiesta de la Navidad.
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El origen de esa artesanía no está bien definido, pero el antecedente más claro es que proviene de China, en donde para recibir el Año Nuevo confeccionaban la figura de una vaca, la decoraban con papel multicolor y las llenaban con semillas, dijo a Xinhua el antropólogo Víctor Zurita.
En entrevista en el Museo Nacional de Culturas Populares de la capital mexicana, el historiador señaló que "desde tiempos inmemoriales, los mandarines chinos golpeaban esa piñata con un madero o vara gruesa de algún árbol y su contenido lo esparcían en el campo".
Era una creencia muy arraigada en el pueblo chino de que de esa manera se obtendrían mejores cosechas en la agricultura, señaló Zurita. Posteriormente, los restos de la "piñata" se quemaban y las cenizas se guardaban, ya que los chinos la consideraban de buena suerte, mencionó el investigador social.
Según Zurita, la llegada a México de las primeras piñatas procedentes de ese país asiático ocurrió hace más de 500 años, cuando un primer grupo de comerciantes chinos organizaron La Nao de China y arribaron al país, trayendo consigo lo que ahora es una de la tradición mexicana más arraigada.
Derivado del italiano pignatta, que significa olla, la piñata mexicana es una vasija panzuda de barro, papel o cartón, llena de dulces que en el novenario previo a la celebración católico-pagana de la Natividad del Niño Jesús (noche del 24 de diciembre) se cuelga en patios, en espera de ser rota por algunos de los concurrentes.
Con los ojos vendados, adolescentes y adultos participan en lo que es el momento más álgido de la convivencia, familiar y laboral: Romper la piñata golpeándola con un palo o bastonazo.
La participación de los niños para tratar de romper la piñata la hacen con los ojos sin cubrirles los ojos con algún lienzo, ya que en muchas ocasiones apenas logran, debido a su escasa fuerza, levantar el pesado palo.
En época decembrina, las piñatas se fabrican en forma de estrellas con picos y adquieren un simbolismo religioso.
"Cada uno de los picos representa uno de los siete pecados capitales, los cuales deben de ser vencidos mediante la fé, y al quebrar la piñata se obtienen dulces y frutas como símbolo de recompensa del perdón divino", dijo a Xinhua el sacerdote católico, Eulalio Méndez.
Entrevistado durante la celebración de una Posada en la capilla (pequeño tempo católico) del Barrio Santa Crucita, en la Delegación Xochimilco, sur de la capital mexicana, el ministro del culto católico destacó que "romper la piñata es casi un culto religioso y un fuerte motivo de convivencia familiar" en el país.
"La piñata representa el pecado. Hay que romperla con un palo, que es la fuerza de la virtud que Dios da para luchar contra la falsedad del mundo. Quien le pega, tiene los ojos vendados, lo cual significa que en el mundo se va a ciegas contra el pecado", expresó el prelado Méndez.
Pagana o no, la costumbre de romper la piñata durante los festejos navideños es la costumbre más arraigada en el país y el motivo más significativo de convivencia familiar, en un ambiente de amor, amistad y mucha Navidad