Por Lilia Torrentera G.
Oaxaca, México.- Ahora resulta que los ricos tienen mucho que envidiar a los pobres de America Latina ya que de acuerdo a un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) los ciudadanos de aquellos países que han experimentado un crecimiento económico acelerado en los últimos años se encuentran menos satisfechos con sus vidas que los ciudadanos que viven en países con tasas más bajas de crecimiento. Es decir, que "estamos jodidos pero contentos"
Pareciera que tal informe tiene más de contubernio con Televisa para que los mexicanos pierda el miedo a la crisis y “por la mañana se levante a trabajar como siempre los han hecho” según Gloria Trevi en un spot francamente grotesco para la dignidad de una sociedad que se ha visto mancillada día a día por este consorcio televisivo, favorecido para enriquecerse desde las cúpulas del poder político.
EL BID que ha marcado las políticas públicas de Latinoamérica que en nada han favorecidos a mejorar los niveles de vida de millones de personas en condiciones de pobreza y desigualdad, ahora se preocupa por la baja estima que tienen los ricos ante su riqueza desorbitada.
Dudaría mucho que Carlos Slim o Emilio Escarraga Jean puedan tener este tipo de malestar, con perdón del mencionado estudio, porque de ser así, bastaría que estos dos personajes de la farándula Forbes, se desprendieran de un 50 por ciento de sus millonarios ingresos para resarcir en mucho, el robo que hace Telemex en el cobro de sus tarifas telefónicas y Televisa y otras empresas con la colecta del Teletón, por ejemplo.
Se me ocurre por ello, que quizás el presidente Calderón pueda implementar un nuevo programa de atracción turística, no como los casinos, sino para promover el programa “Tu pobreza es mi riqueza” en el que los insatisfechos millonarios o funcionarios de su gabinete o del IFE que va a gastar 3.5 millones de pesos para que sus consejeros estrenen camionetas de lujo, realicen viajes “holístico” por las comunidades más pobres del país y se les quite ese complejo de culpa y melancolía por el dinero.
Pero mejor juzgue usted la sobrada estupidez del mencionado estudio que no tiene otro fin, que mediatizar junto con el poder político y económico, a la ciudadanía ante la inminente recesión económica que se aproxima. Y dice así:
Informe es la última edición de la serie Desarrollo en las Américas, la principal publicación del BID.
Los niveles de satisfacción en Trinidad y Tobago, Chile, Perú y Ecuador -los países con mayores tasas de crecimiento en la región en los últimos años-, son inferiores a los de países como Guyana, El Salvador, Paraguay y Guatemala, cuyas economías evidenciaron poco o ningún crecimiento.
El estudio, una investigación sin precedentes de las percepciones públicas en la región, usa información de la Encuesta Mundial Gallup (Gallup World Poll) y de otras investigaciones encargadas por el propio Banco para complementar la encuesta.
Ciudadanos de América Latina y el Caribe fueron consultados sobre la forma en que perciben aspectos claves de sus vidas, incluyendo la calidad de la educación, los servicios de salud, la vivienda y el empleo. Algunas respuestas resultaron a veces sorprendentes.
Los niveles de satisfacción no son necesariamente los más altos en los países más ricos, en aquellos donde se brindan los mejores servicios sociales, o en los de mayor crecimiento. Países en la región con altos ingresos per cápita, como Brasil, Argentina, Chile y Uruguay mostraron niveles de satisfacción de vida moderados, y se ubicaron detrás de países con menor ingreso per cápita, como Guatemala, Colombia y Jamaica.
"En términos generales, los latinoamericanos están satisfechos con sus vidas, pero curiosamente, las personas que viven en algunos de los países más pobres, son los más optimistas, mientras que los ciudadanos de algunos de los países más desarrollados se encuentran entre los más pesimistas", dijo el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.
"No es sorprendente que personas con mayores ingresos se encuentren más satisfechas con sus vidas que aquellas con menores ingresos. Sin embargo, el crecimiento económico alienta el descontento en lugar de generar mayor felicidad, al menos en el corto plazo".
Las percepciones pueden estar influenciadas por diferencias culturales y por el progreso económico reciente de un país. El estudio muestra que el crecimiento económico acelerado hace que las aspiraciones de las personas por un mejor estilo de vida crezcan aún más. Los cambios rápidos en la economía, y no solamente en los niveles de ingreso o consumo, afectan los niveles de satisfacción en el corto plazo.
"Los gobiernos que concentran sus políticas únicamente en el crecimiento, están destinados a perder apoyo a largo plazo si no responden a las altas expectativas que acompañan al crecimiento en áreas como la educación, la salud y la distribución de ingresos", explica Eduardo Lora, economista jefe interino del BID y coordinador del estudio. "La dificultad radica en responder a esas demandas sin eliminar el crecimiento".
Los niveles de satisfacción de vida en América Latina y el Caribe fueron calculados usando datos provenientes de la Encuesta Mundial Gallup de 2007. A los encuestados se les pidió calificar su satisfacción con la vida en base a una escala de cero a diez, siendo cero el nivel más bajo de calificación posible.
Gallup entrevistó a más de 40 mil personas en 24 países de América Latina y el Caribe entre noviembre de 2005 y diciembre de 2007. El margen de error de la encuesta varía en relación a cada país, y oscila entre el 3.1 por ciento y el 5.1 por ciento.
AMÉRICA LATINA Y EL RESTO DEL MUNDO El informe "Desarrollo en las Américas" de este año, titulado "Calidad de Vida: Más Allá de los Hechos", revela que las percepciones de las personas en la región sobre la educación y el empleo pueden diferir de la realidad.
Los datos de la encuesta muestran, por ejemplo, que la mayoría de personas en América Latina y el Caribe están satisfechas con la educación pública, a pesar de que los estudiantes de la región obtienen bajos resultados en las pruebas internacionales de rendimiento escolar.
Venezuela, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Honduras y República Dominicana, por ejemplo, mostraron niveles de satisfacción con la educación superiores a Japón, a pesar de que los estudiantes de esos países rindieron en promedio 35 por ciento menos que los estudiantes japoneses, de acuerdo al estudio.
El informe también indica que el 81 por ciento de las personas en la región están satisfechas con sus trabajos, un promedio mayor que los trabajadores de países con mayores ingresos per cápita, como Japón y Corea del Sur. La satisfacción es mayor a pesar de que un cuarto de la población en la región no gana lo suficiente para estar encima de la línea de la pobreza, o que la proporción de personas auto empleadas o con trabajos sin remuneración se haya incrementado.
La región mostró en general altos niveles de satisfacción con sus vidas, en comparación con otras regiones del mundo, incluso después de tomar en cuenta las diferencias de ingresos. América Latina registró en promedio un nivel de satisfacción de vida de 5.8, superior a Europa y Asia Central, pero inferior al 7.5 registrado en América del Norte y el 7.2 de Europa Occidental.
Casi el 80 por ciento de la población en la región dice estar satisfecha con su situación de vivienda, más que los encuestados en Europa y Asia Central. En general, el 85 por ciento de los entrevistados en la región dijeron sentirse satisfechas con su salud, comparable a la mayoría de otras regiones, pero más que los encuestados de Europa y Asia Central.
ESCALA DE SATISFACCIÓN
Los ciudadanos de Costa Rica, Panamá, México y Venezuela expresan los mayores niveles de satisfacción de vida en la región. Ecuador, Nicaragua, República Dominicana y Haití -el único país de la encuesta cuya economía se contrajo en ese periodo- registraron los niveles más bajos de satisfacción.
Los ciudadanos de países con mayor crecimiento económico están a menudo menos satisfechos con sus condiciones de salud, vivienda y empleo, y con los servicios educativos proporcionados por sus respectivos gobiernos. En contraposición, la mayoría de países con un rendimiento económico bajo, a excepción de Haití, se encuentran entre los más satisfechos.
Los chilenos son los menos satisfechos en relación con sus condiciones de salud, educación, vivienda y empleo. Los ciudadanos de Costa Rica se encuentran entre los más satisfechos con esos servicios.
A nivel individual, los ciudadanos de menores ingresos de cada país reflejaron mayores niveles de satisfacción en relación con la educación, la vivienda, el empleo y la salud, una indicación de que pueden tener menores aspiraciones que las personas con mayores ingresos, señala el estudio.
Más Allá del Ingreso
Además de mayores ingresos, muchos otros factores pueden afectar la satisfacción de las personas con sus vidas y sus respectivos países. Algunos de ellos están fuera del alcance de las políticas públicas, como las relaciones familiares, las amistades y las creencias religiosas. Otros, sin embargo, pueden ser objeto de acción gubernamental.
"Este informe es un recurso extraordinario para los gobiernos en la región que en estos momentos están enfrentando decisiones difíciles en el marco de una crisis financiera que está reduciendo el crecimiento económico y afectando la recaudación tributaria", dijo el presidente Moreno. "Los gobiernos pueden decidir mejor sus prioridades si entienden la manera de pensar de las personas". La encuesta muestra que la satisfacción de vida en la región puede reducirse enormemente si los ingresos de las personas no son lo suficientemente estables como para asegurar que puedan adquirir alimentos de consumo básico, mantener su salud, conservar sus activos y una vivienda accesible.
"Las conclusiones del estudio incrementan la urgencia de los gobiernos por mantener o incluso expandir programas como las transferencias condicionadas, particularmente en aquellos países que están sufriendo un descenso marcado en las remesas de sus trabajadores migrantes", dijo Moreno.
Otro resultado fundamental del estudio está referido a la satisfacción con el empleo. Lo que importa a la mayoría de personas en la región es tener un empleo que le otorgue independencia y que sea un lugar donde sientan que sus opiniones sean escuchadas. La seguridad social y otros beneficios laborales juegan un papel menor en los niveles de satisfacción laboral. Los resultados desafían el sentido común sobre lo que es importante para los trabajadores, y ofrecen a los gobiernos una oportunidad para repensar las políticas laborales y de seguridad social que se deben aplicar durante periodos de lento crecimiento económico. El crimen es otra preocupación central entre los ciudadanos de América Latina y el Caribe. Sesenta por ciento de los entrevistados -el porcentaje más alto entre todas las regiones del mundo- no se sienten seguros de caminar a solas durante la noche. Un alto desempleo impulsado por un lento crecimiento económico puede alimentar el conflicto en las ciudades -donde vive el 77 por ciento de la población de la región- lo que incrementa en los gobiernos locales la necesidad de adoptar políticas que reduzcan la violencia y fortalezcan la seguridad pública, dijo Lora.