Ciudadania Express
Martes 30 de diciembre, 2008. 01:11 am

Solo dos de cada diez mexicanos con acceso a internet

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·        Sólo unos cuantos lo hace en las mejores condiciones, destacó el investigador del IIS de la UNAM, Raúl Trejo Delarbre

·        La red informática mundial se implanta en cada nación de acuerdo con la situación social y otros factores, como la economía o las políticas educativas y de Estado, precisó

·        Aunque tiene múltiples usos, sólo en pocas ocasiones sirve para aprender y conocer más, sostuvo

 

Oaxaca, México.- En la actualidad, sólo dos de cada 10 mexicanos tienen acceso a Internet, y de éstos, sólo un pequeño porcentaje lo hace en las mejores condiciones, afirmó el académico del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, Raúl Trejo Delarbre.

 

Explicó que en el país el uso de la red es desigual, pues existe un número considerable de gente que navega en cibercafés y les cuesta, o lo hacen en sus trabajos, pero no es su actividad principal, o bien, se conectan a velocidades inferiores a las de la banda ancha, es decir, no pueden descargar material escrito y/o audiovisual con rapidez.

 

Sostuvo que la diferencia, es un factor que también se manifiesta en el uso de cualquier tecnología y  en el caso de Internet, se trata de un recurso que se implanta en cada nación de acuerdo a su  situación social, y otros factores como son  la economía o las políticas educativas y de Estado.

 

[caption id="attachment_4515" align="aligncenter" width="500" caption="Trejo Delarbre afirma que el internet propicia también la desigualdad social en México"]Trejo Delarbre afirma que el internet propicia también la desigualdad social en México[/caption]

Los países más ricos no son necesariamente los que hacen uso de la red informática mundial, ni los más pobres, quienes carecen de este recurso, destacó el sociólogo.

 

En América Latina, han surgido formas de aprovechar esa tecnología, que permiten a sectores de la sociedad más desprotegida acceder a ella y, por lo regular, lo hacen a un mayor costo, y con más limitaciones.

 

Mientras, en naciones desarrolladas, es poco común la existencia de cibercafés, pues sitios como éstos existen más para turistas, o simplemente no los hay. Aquí, en cambio, aumenta en forma considerable la utilización de Internet en esos espacios, pero a costos más altos de los de cualquier usuario en su oficina o domicilio, precisó el autor de Viviendo en el Aleph. La sociedad de la información y sus laberintos.

 

La red de redes tiene muchos usos: diversión, compras, comercio electrónico y pago de servicios, entre otros, pero sólo en pocas ocasiones sirve para aprender y conocer más, sostuvo.

 

Aunque sea inherente a este tipo de tecnología, para instruirse es necesario que la gente sepa cómo acceder a sitios que ofrezcan información confiable, para ello, dijo que  se requiere de una asesoría especializada, y cierta experiencia en las destrezas necesarias para el uso de la computadora y la generación de información útil.

 

Esto, destacó, hace pensar en la necesidad de una política de Estado, que permita accesos económicos y eficientes, como ocurre en países como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Colombia, donde se cuenta con programas para aprender el uso de Internet y, en muchos casos, desde la primaria.

 

En México, en cambio, cada quien se vale de su propia intuición e imaginación, mediante el ensayo y error, lo que implica un rezago en las capacidades de aprovechamiento, aseveró el especialista en medios de comunicación.

 

En ese sentido, dijo que un método sobre el uso de la red debería ser integral con objetivos y metas a mediano y largo plazos, en materia de  infraestructura y proyectos.

 

Aquí se ha creado un mito sobre la existencia de computadoras en los salones de clase y pocas veces esta infraestructura va acompañada de proyectos, señaló.

 

Asimismo, en las aulas aún hay profesores que dotan de una visión catastrofista del uso de la red, pues ellos mismos tienen fobia, inseguridad o temor a usar nuevas tecnologías y descalifican el empleo de estos recursos.

 

Por otra parte, mientras en otros países se suele propiciar el contraste, la calidad y la competencia, en la nación no sucede así. El acceso a Internet está casi monopolizado por una sola empresa, lo que implica soportar la mala calidad en el servicio, con costos 50 y 100 por ciento más altos que en otras regiones desarrolladas, puntualizó.

 

Para un mexicano, tener teléfono, Internet y televisión de paga, cuesta alrededor de dos mil pesos; por estos servicios, con mayor calidad, cualquier usuario en Europa paga no más de 500; en Estados Unidos, incluyendo la cuenta de celular, tiene un costo de 400 pesos, y en Japón, con Internet 15 veces más veloz, se desembolsa entre 300 y 400 pesos.

 

Así, mientras no haya paridad entre las tarifas internacionales y las nacionales, se arrastrará un rezago en precios, disponibilidad y calidad de estos servicios, concluyó Trejo Delarbre.

 

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