Oaxaca, México.- "Rodolfo Morales 1925-2001", es la exposición que se inauguró en el Centro Cultural de Real de Catorce en la ciudad de San Luis Potosí en homenaje al pintor oaxaqueño quien falleció hace ocho años.
[caption id="attachment_11675" align="aligncenter" width="300" caption="Homenaje a Rodolfo Morales en el Centro Cultural Real de Catrce/Foto:El Sol de San Luis"][/caption]
La muestra es parte de la Colección Pago en Especie de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que ha decidido exhibir las obras selectas de los más destacados artistas mexicanos para difundir las artes plásticas clásicas y contemporáneas en el país.
Rodolfo Morales nació en Ocotlán, Oaxaca, en 1925, se traslada a la Ciudad de México en 1948 para estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas San Carlos. Posteriormente, viaja por Europa y Estados Unidos, lo que le permitirá conocer el trabajo de muchos de los maestros que influirían en su obra como Picasso, Giorgio de Chirico o Marc Chagall. A su regreso a México, continúa con la que sería una de las carreras más prolíficas, hasta su muerte, ocurrida en 2001.
Enriquecido por la tradición y cultura de su pueblo natal, en la obra de Rodolfo Morales también se pueden encontrar influencias de artistas mexicanos como Rufino Tamayo, María Izquierdo y Manuel Rodríguez Lozano, combinación que dio por resultado un lenguaje personal que lo identificó como uno de los artistas oaxaqueños más importantes del siglo pasado.
[caption id="attachment_11676" align="aligncenter" width="500" caption="El pintor de los Sueños, Rodolfo Morales en San Luis Potosí"][/caption]
A través de una afortunada incursión en diversas técnicas como el óleo, la gráfica o el collage, Morales creó una imaginería única que conformó sus historias impregnadas de melancolía y soledad; historias en las que sus personajes transitan de un mundo a otro, de una atmósfera onírica y llena de misterio a la de los recuerdos de la infancia y a la vida cotidiana de la gente común, durante tiempos paralelos, pasado y presente, o durante tiempos desconocidos, tiempos de sus mundos íntimos.
La riqueza cromática de las obras de Morales es única e inconfundible. En las escenas que describen edificios en ambientes surrealistas, melancólicas novias o cuerpos etéreos que recuerdan a la muerte se encuentran elementos comunes: flores, paisajes, edificios coloniales, símbolos patrios en los que todos nos identificamos. (Con información de El Sol de San Luis)
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