Miranda SALAS
Oaxaca, México.- Al cumplirse 112 años desde su primera instalación en la plaza principal de esta ciudad colonial, La Noche de Rábanos”, es una tradición oaxaqueña que perdura por el trabajo arduo de los hortelanos y hortelanas que año con año, retratan en gigantes y diminutos tubérculos, la vida diaria de los habitantes de la Verde Antequera.
La responsabilidad de que esta tradición no se extinga en medio de crisis económicas y ambientales, es el Gobierno Municipal, por ello, año con año, cada 23 de diciembre se prepara un amplio programa artístico-cultural que arropa a la muestra del arte sobre rábanos.
[caption id="attachment_38002" align="alignleft" width="300" caption="El arte de la horteleria, hoy en el zócalo de la ciudad"]
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Ha llegado a tal la consolidación de este festejo decembrino, que en este año, se espera que la muestra de La Noche de Rábanos, registre unos 100 mil visitantes, que podría arrojar una derrama económica de unos 208 millones de pesos así lo da a conocer la Coordinadora de Desarrollo Municipal, Luz Divina Zárate Apack.
Para aderezar con música y danza, esta colorida muestra en la que se presenta obras de arte más que piezas, no sólo en rábanos, sino en totomxtle y flor inmortal, indica la funcionaria, diversas instituciones culturales como la Casa de la Cultura Oaxaqueña (CCO) así como art´sitas locales.
Los niños son los nuevos promotores de esta tradición, por ello, a las 9:00 horas en la Plaza de la Danza, inicia el concurso de hortelería infantil.
Después a las 16:00 horas, de este miércoles, los citadinos así como visitantes nacionales y extranjeros, podrán recorrer los stand instalados alrededor del zócalo para observar la elaboración de las piezas que participaran en el concurso en las diversas categorías.
A las 21:00 horas, autoridades municipales presidirán la ceremonia de premiación a los hortelanos ganadores en cada categoría que se llevará acabo en el Museo del Palacio.
La Noche de Rábanos concluirá un espectáculo de fuegos artificiales en la Alameda de Léon y el atrío principal de la Catedral Metropolitana, como un regalo del Gobierno Municipal para los asistentes a conocer a esta tradición.