UNAM/Cambio Climático
Oaxaca, México.- Los esfuerzos para detener el cambio climático en el planeta son insuficientes, y no basta con controlar las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera; se requiere detener la destrucción de bosques tropicales, que avanza a un promedio de 10 a 15 millones de hectáreas anuales, e incluir a las especies en peligro de extinción en los mercados internacionales de carbono.
Así lo demandaron ecólogos del mundo reunidos en dos agrupaciones líderes en su campo: la Asociación de Biología Tropical y Conservación (ATBC por sus siglas en inglés) y la Sociedad de Ecología Tropical (GTOE por sus siglas en inglés).
Tras una reunión celebrada hace unos días en Marbug, Alemania, ambas agrupaciones emitieron la Declaración de Marbug, en la que destacan “la necesidad urgente de maximizar la conservación de la biodiversidad en las negociaciones sobre el carbono en los bosques”.
[caption id="attachment_21961" align="alignleft" width="300" caption="La drámatica desforestación mundial"][/caption]
“Si buscamos detener el nocivo cambio climático, simplemente debemos reducir la desenfrenada destrucción de los bosques tropicales, que es responsable de arrojar cada año cinco mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera”, dijo Miguel Martínez Ramos, investigador del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco) de la UNAM y quien presidió en 2007 la ATBC.
“Pero no basta con reducir las emisiones de carbono, también debemos salvar a las especies en peligro de extinción”, enfatizó.
Bosques tropicales, núcleos de vida
La declaración destaca que los bosques tropicales se encuentran entre los ecosistemas biológicamente más ricos de la Tierra y mantienen por lo menos la mitad de todas las especies vegetales, animales y hongos en un área histórica que equivale apenas al siete por ciento de la superficie terrestre del planeta.
Esos ecosistemas desempeñan una gama de servicios ecosistémicos primordiales, como el almacenamiento de grandes cantidades de carbono en su biomasa viva y en el suelo, con lo que reducen la erosión del suelo y las inundaciones corriente abajo; además, liberan cantidades abundantes de vapor de agua hacia la atmósfera que crean nubes y promueven vida, generando lluvia.
[caption id="attachment_21962" align="alignleft" width="300" caption="Los bosques y su impoirtancia vital para los ecosistemas"][/caption]
Además, los bosques tropicales son el hogar de un número estimado de 50 millones de personas indígenas y proporcionan los medios de subsistencia para grandes números de comunidades rurales.
En contraste, la rápida destrucción de estos ecosistemas produce alrededor del 20 por ciento de todas las emisiones de origen humano de gases de efecto invernadero –el equivalente a cinco mil millones de toneladas de dióxido de carbono anualmente—, causa importante del calentamiento global.
La declaración destaca también que deforestación tropical promueve el calentamiento del planeta aún más al reducir la formación de nubes, las cuales reflejan hacia el espacio mucha de la radiación solar que llega a la Tierra.
Cambio de estrategia
En su documento, los científicos afirman que el problema es que, con frecuencia, los mercados internacionales de carbono se enfocan en proteger bosques en extinción que se encuentran en las tierras más baratas, como en la Amazonía.
[caption id="attachment_21963" align="alignleft" width="300" caption="La amazonía "][/caption]
Bajo los acuerdos que se negociarán este próximo diciembre dentro de la Cumbre de Cambio Climático de las Naciones Unidas en Copenhague, Dinamarca, este tipo de mercadeo de carbono muy pronto podría acumular miles de millones de dólares cada año.
“Las especies más amenazadas no están únicamente en la Amazonía”, dijo William Laurance, Presidente 2008 de la ATBC e investigador de la Universidad James Cook en Australia.
“Estas especies se encuentran también en los últimos pedacitos de bosque que quedan en países como Filipinas, Madagascar, India, África del Oeste, las cadenas montañosas de los Andes en América del Sur y en aquellos de Mesoamérica. Estos lugares representan regiones donde se concentra la mayor biodiversidad mundial y son refugios finales para miles de especies de plantas y animales amenazadas”, añadió.
Por su parte, Martínez Ramos, investigador del CIEco de la UNAM, insistió en que es posible cambiar de estrategia y proteger a los bosques.
“Existe un enorme potencial para ayudar a proteger a los bosques en desaparición con recursos económicos de los mercados de carbono; pero si no somos cuidadosos podríamos desperdiciar nuestra oportunidad de salvar vida silvestre que es crítica para el futuro del planeta”, sentenció.
“Hacemos un llamado urgente a todos los países y corporaciones para que inviertan en fondos de carbono que ayuden a preservar a los bosques tropicales que aún existen”, señaló por su parte Manfred Niekisch, presidente de la GTOE y director del Zoológico de Frankfurt en Alemania.
“Al hacer esto, paguen un poco más para proteger a los hábitats más amenazados. De este manera podremos ayudar a reducir el calentamiento global y también a salvar algo de la extraordinaria y amenazada vida silvestre del planeta”.
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