Urgente basar la política social en decisiones gobierno-ciudadanía: Canto Chac

UAM/Ciudadanía

Oaxaca, México.- En México es urgente reorientar la política social con base en una nueva relación gobierno-sociedad, en la que los procesos decisorios dependan de la multiplicidad de actores sociales, afirmó el doctor Manuel Canto Chac, profesor-investigador del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Durante su participación en el Foro El agotamiento de un modelo de desarrollo. ¿Hacia dónde va México? Debates sobre política económica y social, afirmó que a partir de un diagnóstico de lo realizado hasta este momento, “es claro que urge ahora el rediseño de la política social desde otro enfoque”.

Las propuestas sugeridas por Canto Chac incluyen la discusión de una agenda en la que se incorpore la concepción de política social como un instrumento de desarrollo dotado de herramientas democráticas que propicien el involucramiento de los diversos actores.

El académico especificó que la discusión sobre las políticas en general y de la política social en específico habría que ubicarla de manera paralela en el plano de las argumentaciones técnica y política, lo cual implica ver el desarrollo social como el proceso progresivo de realización de los derechos económicos y sociales de la ciudadanía, como se le define, por ejemplo, en la Ley de Desarrollo Social para el Distrito Federal.

“Tenemos que atrevernos a discutir el sentido mismo de la política social”, ya que nadie duda de que ésta pueda ser un instrumento para erradicar la pobreza, dijo en esta actividad convocada por el Gobierno del Distrito Federal a través de la Escuela de Administración Pública.

[caption id="attachment_21969" align="alignleft" width="300" caption="Necesaria una nueva relación ciudadanos-gobierno para establecer las políticas sociales en México"][/caption]

Al respecto refirió el caso de los países desarrollados, en los que las evidencias históricas indican que “sin políticas de seguridad social no hubiera sido posible el crecimiento económico”.

 

 

El investigador dijo que uno de los principales problemas para la reformulación de la política social en México “es la falta de involucramiento de los diversos actores sociales y políticos”, entre ellos los partidos políticos, cuyo argumento principal en la materia es cómo tener más dinero, “y no cómo se le puede utilizar eficazmente”.

Acerca de los grupos empresariales señaló que “poco cuestionan y más bien aplauden una política de transferencias asistenciales”, que para ellos tiene la virtud de ya no estar vinculada con sus costos de producción.

Expresó que los sindicatos “se desentendieron de la política social dirigida sólo a los pobres de la sociedad”, sector del que tratan de diferenciarse sin percibir que el deterioro de su seguridad social no es más que “reflejo de una política social cuya concepción de redistribución es la de estandarización a la baja”.

“Bajo cualquier hipótesis de reformulación de la política social, urge reintroducir estos temas en la agenda con el fin de que el sector laboral sea un agente de la política social”, sentenció.

En cuanto a las organizaciones campesinas manifestó que éstas modificaron el eje de sus demandas de la “lucha por la tierra” a la “lucha por hacerla producir”, porque saben que para eso se requiere de recursos financieros y capacidad organizativa, y cuya fortificación vuelve a ser un tema obligado de la agenda de la política social, por la contribución de ellas al fortalecimiento organizativo de la sociedad.

Canto Chac probó que existe una “multiplicidad” de estudios que demuestran que “una de las principales estrategias” para el incremento de los rendimientos de la política social es su democratización vía la participación de la sociedad.

El docente calificó de “paradójico” que a esa democratización se opongan tanto políticos de derecha como de izquierda, cuando la participación ciudadana en la política social “ya es uno de los principales aportes de América Latina al mundo en general”.

Admitió que la categoría de gobernanza puede ayudar a la política social, pero “en su versión latinoamericana que supone la inclusión de los principios de democracia, respeto de los derechos humanos y a las culturas locales, la participación de los actores de la sociedad civil, así como de descentralización del poder y de la gestión”.