Carlos VILLASEÑOR
Oaxaca, México.- Regreso de Sao Paulo, después de asistir al II Congreso Iberoamericano de Cultura. Me cansé de que los delegados y promotores culturales de los 21 países de la región me preguntaran por qué no había asistido la Presidenta de CONACULTA, ni representación alguna de las instituciones mexicanas… no tenía respuesta.
[caption id="attachment_30280" align="alignleft" width="300" caption="Ceremonia de inauguración del II Congreso Iberoamericano de Cultura, en Sao Pablo, Brasil"][/caption]
A
djunto una imagen de la mayor librería de Sao Paulo, en un lunes por la tarde. Habla por sí misma. Me impresionó mucho ver la desbordada creatividad de Brasil en Museos, Teatros y –sobretodo—en la calle.
El sistema de Centros Culturales del SESC, la política de Vale- Cultura, los Puntos de Cultura, solamente se explican a partir de la dinámica cultural que ejercen cada día las personas de Brasil.
Pero no es el único caso. En Ecuador, se discute una Ley de Cultura que fue producto de trabajar un amplísimo consenso social, en contacto directo con la gente. En Medellín, se ha logrado revertir el más alto índice de criminalidad a nivel mundial, mediante el ejercicio de una política cultural transversal.
Colombia ha propuesto un III Congreso Iberoamericano, con el tema de la música, que tendrá efectos determinantes sobre la circulación sonora simbólica en Iberoamérica… en fin, tuve oportunidad de contemplar un panorama refrescante sobre el quehacer cultural.
[caption id="attachment_30281" align="alignleft" width="300" caption="Una librería de envidia"][/caption]
No son los únicos casos, pero sería muy largo de narrar todas las buenas experiencias que conocí platicando con varios Ministros de Cultura, con promotores culturales de Iberoamérica y conviviendo con la gente.
En México, que bueno que se apoye al cine mediante la homologación para el 2010, del presupuesto que tuvo IMCINE en el 2009. Lo malo es que no es producto de una priorización, sino de una reacción ante la movilización que produjo el escandaloso recorte de un 46 por ciento.
Sin embargo, el INAH e INBA siguen con apenas 25 millones, entre ambos, para llevar a cabo sus actividades; después de haber pagado servicios personales, gastos de operación e inversión física.
Urge que la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados reflexione profundamente sobre el monto y el sentido del gasto para el 2010.
La situación que estamos viviendo en el sector y –sobretodo—la crisis social que se está profundizando cada día, obligan a que pongan la mira en cómo generar mecanismos legales y administrativos que, mediante el fomento al ejercicio del derecho a la cultura y la libertad cultural, propicien la regeneración de la creatividad, el desarrollo de espacios de diálogo e interculturalidad, y la empatía con la diversidad interna y exterior.
La propuesta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados no puede quedarse solamente en haber logrado un balance adecuado de recursos entre la Federación, los Estados, las Asociaciones Civiles, los gestores culturales y los sindicatos.
Es urgente que logre aglutinar la participación de todos para alcanzar una meta superior, que es redefinir el sentido de nuestro desarrollo desde lo propio. Solamente así se podrá contemplar con optimismo el presupuesto del 2010, año del Bicentenario y del Centenario.
Estoy seguro de que las Convenciones de la UNESCO y la Carta Cultural Iberoamericana, y el diálogo franco y horizontal con otros países de la Región, pueden ser una guía importante en ese proceso.
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